Crujirse los nudillos, ¿puede ser perjudicial?

Hacer crujir los nudillos es un hábito que algunos repiten con frecuencia, pero ¿sabes si estos chasquidos reiterados pueden aumentar el riesgo de desarrollar artritis u otro tipo de lesión en las manos? Descubre qué dice la ciencia.
Mujer sentada en el escritorio de trabajo crujiendo sus nudillos

Por: Eva Salabert

Periodista experta en salud

Actualizado: 9 de enero de 2024

Morderse las uñas, tocarse el cabello o darse tironcitos del lóbulo de la oreja puede ayudar a liberar tensiones. Lo mismo ocurre con crujirse los nudillos, una costumbre que a algunos les da dentera, pero que otros repiten casi sin ser conscientes de ello porque lo han incorporado como un hábito más, hasta el punto de que un estudio publicado en 2017 en ​Clinical Orthopaedics and Related Research reveló que entre el 25% y el 45% de las personas se crujen los nudillos.

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Aunque no tengas este hábito seguro que has escuchado alguna vez ese sonido tan característico que se produce al hacerlo, y tal vez te hayas preguntado porque oímos ese chasquido y si esta práctica puede resultar perjudicial para las articulaciones a largo plazo o provocar artrosis, artritis u otros efectos adversos.

Por qué se oye un chasquido cuando crujimos los nudillos

La Dra. Magdalena Cadet, asistente de medicina de la Escuela de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, explica a qué se debe esa especie de chasquido que escuchamos, en declaraciones a Livestrong.com: “Los nudillos están protegidos por una cápsula que contiene líquido sinovial, que contiene nutrientes y también lubrica las articulaciones”. “Cuando uno hace crujir los nudillos al estirar, doblar o torcer los dedos, la presión negativa puede causar una variedad de gases, incluido nitrógeno o dióxido de carbono, que se introducirá temporalmente en la articulación”.

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Ruido producido por un hombre chascando sus nudillos

“También es posible que escuche crujidos causados ​​por el movimiento de tendones y ligamentos alrededor de la articulación”, añade y señala que después de hacer crujir los nudillos puede transcurrir hasta media hora antes de que sea posible volver a hacerlo porque los gases necesitan tiempo para disolverse de nuevo en el líquido sinovial de la articulación, y esa es la razón por la que no se puede crujir el mismo nudillo dos veces seguidas.

Un estudio publicado en Nature en marzo de 2018 utilizó un modelo matemático para explicar la generación de sonidos que acompañan el crack de nudillo y muestra que estos gases liberan burbujas que crean un estallido cuando colapsan. En cualquier caso, no todos somos capaces de chascar los nudillos, lo que una teoría atribuye, según la Dra. Cadet, a “que algunos individuos tienen un gran espaciamiento entre los nudillos, lo que los hace incapaces de realizar esta maniobra”.

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¿Hacer crujir los nudillos puede causar artritis u otras lesiones?

No hay evidencias científicas de que hacer crujir los nudillos sea un factor de riesgo de osteoartritis –el tipo más común de artritis– en la mano, y así lo constató un estudio publicado en ​Journal of the American Board of Family Medicine​en marzo de 2011, que encontró que la prevalencia de osteoartritis era similar entre los que hacían crujir los nudillos, y los que no.

Un caso curioso es el de un médico de California que experimentó consigo mismo para averiguar si existía una relación entre crujirse los nudillos y desarrollar artritis. Este doctor estuvo crujiendo los nudillos de una sola mano durante décadas y, finalmente, se hizo radiografías de ambas manos, lo que demostró que no había diferencias en la artritis entre ellas. Los resultados se publicaron en Arthritis Rheumatology en mayo de 1988.

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Mujer con dolor en los nudillos

Sin embargo, en ocasiones se han encontrado efectos adversos, como dislocaciones articulares y lesiones en el tendón en algunas personas después de que intentaran crujir sus nudillos. Y un estudio publicado en 1990 en el que se comparó a 74 personas que tenían la costumbre de crujirse los nudillos con regularidad y 226 personas que no lo hacían encontró que la fuerza media de agarre de los primeros era menor y que había más casos de hinchazón de manos. Sin embargo, la incidencia de artritis fue la misma en ambos grupos.

Signos que indican que debemos dejar de crujir los nudillos

Aunque parece que crujirse los nudillos es inofensivo y puede ayudar a aliviar el estrés y la tensión en determinadas situaciones, hay otras formas más sludables de conseguirlo. Además, si experimentas alguno de estos síntomas en tus manos deberías interrumpir esta práctica y consultar a un médico:

  • Dolor.
  • Inflamación.
  • Reducción de la movilidad de los dedos.

Una de las posibles causas de estas molestias es la crepitación, un término que se utiliza en medicina ortopédica y deportiva para describir un chasquido o crujido en una articulación que puede ocurrir a causa de una lesión o de artritis. A diferencia del crujido voluntario de los nudillos, la crepitación se puede producir al moverlos. La inflamación de los tejidos debido a la artritis reumatoide o la tendinitis (en la que el tendón se inflama por sobrecarga o lesión) también puede desencadenar crepitación.

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Hombre apretando una bola de goma antiestrés

Consejos para dejar de crujir los nudillos

No se ha demostrado que crujirse los nudillos sea malo para la salud, pero es un hábito que puede resultar molesto para los que conviven con el que lo hace, y tampoco se puede descartar por completo que pueda tener consecuencias negativas para algunas personas, ya que somos diferentes y también lo son nuestras circunstancias y entorno. Te damos algunas recomendaciones que te pueden ayudar a evitar esta costumbre o reducir su frecuencia:

  • Intenta controlar tu estrés. Esto no solo evitará que recurras a crujirte los nudillos, sino que también mejorará tu bienestar emocional. Para ello, puedes practicar ejercicio físico, técnicas de relajación o meditación, entre otras actividades.
  • Sustituye este hábito por hacer estiramientos de tus dedos, y antebrazos. Una rutina que te puede ayudar es extender los brazos, abrir las palmas apuntando con los dedos hacia arriba y utilizar la otra mano para tirar suavemente de los dedos extendidos hacia el cuerpo. Con los brazos todavía extendidos, dobla las muñecas de forma que los dedos apunten hacia el suelo y presiona el dorso de la palma. Termina cerrando ambas manos en un pulo y abriéndolas después para estirar y separar los dedos todo lo posible.
  • Mantén tus manos ocupadas. Para ello puedes apretar una pelota u otro objeto antiestrés, por ejemplo.

Creado: 9 de enero de 2024

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