Dra. Eugènia Miranda Sanromà

Traumatóloga, creadora del blog Miranda Trauma y autora de 'Tengo los huesos desencajados'
Los problemas en huesos y articulaciones nos afectan a todos en algún momento de la vida, y la Dra. Miranda Sanromà (alias Miranda Trauma), nos explica cómo retrasar su aparición, y cómo aliviar las molestias que provocan.
Dra. Miranda Trauma con su libro "desencajados"
“Hace 20 años era impensable operar a una señora de 80 años y colocarle una prótesis, pero ahora se las estamos poniendo a personas incluso con 90 años”

28/02/2019

Todos sabemos que la esperanza de vida ha aumentado considerablemente en las dos últimas décadas y que ahora los adultos mayores son, en general, mucho más activos, pero nuestro organismo en general, y los huesos en particular, no están preparados para durar tantos años sin dar algún que otro problemilla. La Dra. Eugènia Miranda Sanromà, médica traumatóloga, especialista en cirugía ortopédica y creadora del popular blog Miranda Trauma, acaba de publicar Tengo los huesos desencajados (La Esfera de los Libros, 2019), un libro en el que explica con lenguaje desenfadado y coloquial esos achaques óseos y articulares (esguinces, lumbago, artrosis…) que nos van a afectar a todos en algún momento de nuestra vida, y más pronto que tarde porque, como afirma Miranda, “a partir de los 35 empiezan los problemas de huesos”. Pero aunque no podamos detener la obsolescencia programada de nuestro organismo, cuidarnos sí está en nuestra mano, por ello, la traumatóloga también nos ofrece consejos y trucos para prevenir, retrasar o aliviar el dolor y la discapacidad asociados a estos trastornos.

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Desencados

El título de tu libro nos recuerda a la canción de Alaska 'Bailando' ('Tengo los huesos desencajados, tengo el fémur muy dislocado, tengo el cuerpo muy mal, pero una gran vida social), ¿te has inspirado en su letra para elegirlo?

En realidad se trata de un título divertido para hablar de cuando uno se encuentra mal en lenguaje coloquial porque no es un libro dirigido a los médicos, sino al público general, para que la gente pueda entender medicina sin volverse loca. Muchísimos de los ejemplos que pongo los he sacado de mi consulta, y hay muchas frases que he utilizado a lo mejor diez veces al día para explicar a mis pacientes lo que les pasa.

¿Es inevitable que a partir de una edad tan temprana como los 40 años –ahora que podemos vivir 100– ya empecemos a tener este tipo de problemas? ¿Tienen los huesos fecha de caducidad?

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Se puede decir que sí, como el resto del organismo, y por eso hay un capítulo que se llama 'obsolescencia programada'. Yo tengo 44 años y antes nos decían: “de los 40 para arriba, no te mojes la barriga”. De entrada, en la Edad Media, que no tenían antibióticos y no había anestesia ni medidas higiénicas, a los 35 años estaban todos muertos. Ahora, gracias a las vacunas, los antibióticos y, por supuesto, las medidas higiénicas de salud pública, hemos aumentado mucho la esperanza de vida, pero eso significa que no podemos pretender que todo nos funcione igual a medida que cumplimos años.

Ahora la gente mayor se cuida, practica deporte, pasea, hace cursillos, baila…, quiere tener calidad de vida y los cirujanos ayudamos a ello. Además, cuanto más activo eres, más salud tienes

Igual que un coche que está programado para hacer 100.000 kilómetros si dura hasta los 400.000 kilómetros seguro que le van a salir problemas de estructura, a los seres humanos también nos pasa. La buena noticia es que mientras que hace 20 años era impensable operar a una señora de 80 años y colocarle una prótesis, ahora se las estamos poniendo a personas incluso con 90 años.

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A medida que nos vamos haciendo mayores no nos conformamos con encontrarnos mal porque la vejez actual no es la de hace 30 años, que casi consistía en esperar a que llegara lo esperable; ahora la gente mayor se cuida, practica deporte, pasea, se apunta a hacer cursillos, baila…, quiere tener calidad de vida y los cirujanos ayudamos a ello.

También es un pez que se muerde la cola, porque cuanto más activo eres más salud tienes; eso va de la mano y el ejercicio físico es uno de los grandes pilares de la salud. Mantenerse activo y tener un peso adecuado es muy importante.

Estamos de acuerdo en que hay que hacer ejercicio pero ¿qué tipo de ejercicio? Lo pregunto porque conozco gente que precisamente ha descubierto que tenía mal la espalda o las rodillas en cuanto se ha puesto a hacer deporte.

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Yo creo que el problema es que queremos ir de 0 a 100 en un segundo, y a lo mejor hemos sido sedentarios 45 años, y a esa edad nos da el siroco y decidimos apuntarnos a hacer running o body pump, o cualquier otra actividad que se nos ocurra. Cuando recomendamos hacer ejercicio nos referimos a una actividad física aeróbica, como por ejemplo ir a pasear después de comer con tus amigas y discutir la telenovela o hablar del fin de semana, que te permita respirar y hacer un ejercicio vigoroso de caminar rápido, pero si hablamos de jugar al pádel, o de los que van a esquiar en invierno y el resto del año no hacen deporte, es arriesgado.

Pasear, hacer bicicleta estática para reforzar las rodillas, nadar, hacer aquagym, estirar… son actividades saludables que no 'fuerzan la maquinaria'

Y luego están los que vamos a llamar 'radicales de las endorfinas', los súper deportistas que siempre se plantean un plus más allá, y primero hacen media maratón, luego la maratón, luego un ironman…, y eso ya no sería un ejercicio en el sentido de ir a pasarlo bien, sino un deporte en el que luchas contra ti mismo y no te puedes permitir estar con lesiones. Yo diría que no hay que forzar la maquinaria, y esto ya lo tienen que controlar los especialistas en medicina deportiva.

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Mi libro no es un libro para deportistas, sino para que la gente entienda que pasear 45 minutos al día es saludable, que si tienes mal las rodillas te puedes ayudar de los palos nórdicos, que a lo mejor puedes hacer bicicleta estática para reforzar tus rodillas, que puedes ir a nadar, que puedes hacer aquagym, que puedes estirar tranquilamente…, me estoy refiriendo a esto.

La artrosis, ¿una cuestión de peso?

Afirmas, categóricamente, que existe una relación directa entre obesidad y artrosis. En ese caso, ¿mantener un peso adecuado bastaría para prevenir la artrosis?

No, no basta, pero ayuda bastante. En mi blog Miranda Trauma lo explico claramente en un artículo sobre la obesidad y el índice de masa corporal (IMC), y por cada punto que te pasas de 25 tienes un 15% más posibilidades de desarrollar artrosis. Y ponía un ejemplo que decía que si pesas 125 kilos y mides 1,70 –que no es algo excepcional– tienes muchísimas más probabilidades de padecer artrosis.

Si tienes un sobrepeso de entre 25 y 30 de índice de masa corporal y bajas cinco o seis kilos de peso eso repercute en un alivio para la rodilla

También puedes tener predisposición familiar, o haber sufrido un accidente, un traumatismo…, algo que haya hecho que esa articulación esté dañada, así que el exceso de peso no es lo único que influye. Y no me puedo dirigir a alguien que sea obeso y decirle que solo es culpa de su peso, no se puede demonizar a alguien que tenga un problema de obesidad. Se le puede explicar que tiene que hacer unos cambios de hábitos y tiene que cuidarse, pero no afirmar que su problema es solo que está paseando dos bombonas de butano. Hay algo más.

Concepto artrosis en la cadera
Artrosis en la cadera
En el caso de la artrosis de rodilla, por ejemplo, si tienes un sobrepeso de entre 25 y 30 de índice de masa corporal –que ya sé que no es el valor con el que se tiene que mirar el grado de obesidad, pero estamos hablando para el público general y no para dietistas o nutricionistas– y bajas unos cinco o seis kilos de peso eso repercute en la rodilla. No te puedo hablar de fórmulas, pero perder unos cinco kilos de peso puede significar un alivio de 30 en la rodilla. A veces incluso les pedimos a los pacientes que nos han hecho caso y han perdido más peso que se queden un ratito en la sala de espera para animar al personal a adelgazar.

Y una vez que ha aparecido la artrosis, que tanto dificulta los movimientos, ¿pueden los pacientes realizar algún tipo de deporte que les ayude a perder peso?

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Sí, se puede intentar que la articulación que está lesionada no tenga impactos de manera agresiva. Es decir, si tienes artrosis a nivel lumbar los deportes que incluyan aceleraciones y frenadas bruscas y cambios de dirección, como podría ser el pádel, quizá no es el ejercicio más idóneo para ti, pero por ejemplo caminar con unos palos de marcha nórdica, o incluso si el paciente se encuentra bien y quiere trotar por un terreno adecuado, quizás sí. Pero yo creo que el ejercicio apropiado para cada tipo de artrosis se tiene que consultar con el especialista que lleva a ese paciente.

Estar enganchados al móvil a la larga seguro que empeorará la sensación de dolor cervical y de artrosis del cuello

Le dedicas un capítulo a la rizartrosis o artrosis del pulgar. ¿Cuáles son los factores de riesgo para padecerlo?

Ser mujer, porque hay un componente hormonal importante y las mujeres tienen tendencia a ser más elásticas, y luego los trabajos repetitivos. La artrosis del pulgar es típica de señoras que han usado mucho las tijeras, como por ejemplo modistas, carniceras que están todo el día cortando carne, comadronas –que tienen que cortar el cordón umbilical, que es de una consistencia bastante dura–, y las mujeres que trabajan como asistentas del hogar.

Es un trastorno muy invalidante, porque usamos el pulgar para multitud de tareas cotidianas, desde coger un vaso a quitarnos la ropa. De hecho, si tienes un seguro de vida, en caso de accidente es el dedo por cuya pérdida más pagan las aseguradoras.

Refiriéndonos a cuestiones más modernas, y que probablemente en solo unos años coparán las consultas de los especialistas, cada vez hay más gente con el cuello torcido sobre su smartphone. ¿Qué consecuencias puede tener la whatsappitis de la que hablas en tu libro a largo plazo?

Las estadísticas de la hiperconectividad de los españoles son cada vez mayores y, de entrada, el hecho de pasar muchas horas conectado en una posición fija de flexión de cuello no es bueno. Además, dejamos de hacer muchas cosas bastante más interesantes y saludables por estar enganchados al móvil. Eso a la larga seguro que empeorará la sensación de dolor cervical y de artrosis del cuello, estoy convencida de ello.

Mantenerse en un peso adecuado y hacer estiramientos y algo de ejercicio de mantenimiento ayuda a no tener dolores de espalda

Para evitarlo, siempre es mejor consultar algo en el ordenador o en una tablet antes que en un móvil. Y otra opción sería levantar el móvil para que quedara a la altura de los ojos, o utilizar un atril como se hace con los libros. Creo que en el futuro tendremos muchas enfermedades relacionadas con la whatsappitis, que es un concepto que describió una doctora española y para mí fue un hallazgo casual que me gustó tanto que he querido hablar de ello en el libro.

Dolor de espalda, sexo… y juanetes

Nos recuerdas que ocho de cada 10 personas padecerán lumbalgia a lo largo de su vida, incluyendo, claro está, a los traumatólogos. ¿Ni siquiera vosotros podéis hacer nada para prevenir estos episodios tan dolorosos?

No, en absoluto. Es más, cuando me quejo de dolor de espalda y me preguntan si también a mí me duele, digo “sí, y también me moriré, igual que tú” (risas). Yo me considero buena paciente, aunque eso lo sabré en el futuro cuando esté más enferma, pero cuando me duele la espalda hay compañeros que me preguntan si ya me he infiltrado, y yo contesto que cómo me voy a infiltrar, que me he tomado un paracetamol o un ibuprofeno y me voy a la cama, y mañana ya veremos cómo estoy.

Es muy importante que las personas que llevan una prótesis de cadera sepan cuándo pueden reiniciar la actividad sexual y qué postura sí es adecuada, y cuál no lo es

Sí es cierto que para prevenirlo es más de lo mismo, sobre todo evitar tener un grado de obesidad importante. De hecho, casi todas las embarazadas tienen dolor de espalda porque aumentan de peso progresivamente y todo el peso lo tienen en la zona abdominal, cambian la forma anatómica de la espalda, que se vuelve más curva, con más lordosis, y eso hace que tengan más dolor de espalda, y tener obesidad es similar a un embarazo perpetuo.

Mantenerse en un peso adecuado, hacer estiramientos y algo de ejercicio de mantenimiento ayuda a no tener dolores de espalda. El resumen del libro es: no engordes, no dejes de moverte y practica ejercicio siempre que puedas y haz una dieta mediterránea saludable.

Me ha parecido muy buena idea tu capítulo titulado 'El kamasutra traumatológico, la creatividad al poder' en el que aconsejas las mejores posturas para practicar sexo según el problema articular u óseo del paciente. ¿Todo el mundo debería hacer un calentamiento previo aunque no esté diagnosticado para evitar 'accidentes'?

Yo no sé si la gente es muy impetuosa y es del “aquí te pillo, aquí te mato” (risas), y si tú sabes que tienes una cita romántica, no sé si te va a dar tiempo a calentar. Y no sé qué decir al respecto, porque si digo que sí me dirán que no hace falta calentar, y si digo que no dirán que soy una fogosa.

Este capítulo salió de una colaboración que hice con Tu vida sin dolor, que es una web gratuita y sin ánimo de lucro en la que colaboro y en la que participa gente de toda España que intenta visibilizar el dolor crónico. En ella hay artículos escritos por rehabilitadores, fisios, psicólogos…, con temáticas que varían desde ayudar a la señora que tiene una fibromialgia, a cómo abordar el dolor neuropático.

Casi nueve de cada 10 personas que se operan de juanetes son mujeres, porque el uso de zapatos de tacón o de horma estrecha predispone muchísimo a padecerlos

Hay muchos dolores de espalda, y hay un dolor lumbar típico de hernia de disco y un dolor facetario. Aprender a diferenciar el dolor lumbar del facetario fue lo que inicialmente me llevó a escribir un artículo sobre dolor lumbar y sexo que publiqué en esa web. Y luego a partir de ahí continué con otros dolores, y quería hacer también mucho hincapié en las prótesis de cadera. Y es que la gente tiene que ir perdiendo ese pudor a comentar al médico sus dudas sobre relaciones sexuales y prótesis de cadera porque es muy importante que las personas que llevan una prótesis de cadera sepan cuándo pueden reiniciar la actividad sexual y qué postura sí es adecuada, y cuál no lo es.

Los juanetes además de antiestéticos pueden llegar a doler mucho, y he oído que la cirugía es muy molesta. ¿Cuánta culpa tienen de su aparición los zapatos de tacón, y en qué casos es recomendable operarlos?

Los zapatos de tacón tienen mucha, mucha, mucha culpa; es más, puedes hacer una estadística y, aunque estoy hablando de memoria, casi nueve de cada 10 personas que se operan son mujeres. Es cierto que puede haber juanetes masculinos, pero el uso de zapatos de tacón y el uso de zapato de horma estrecha predispone muchísimo a tener juanetes.

Es recomendable operarlos cuando duelen o cuando hay una imposibilidad para encontrar calzado. Pero tenemos que romper una lanza a favor de los anestesistas y de las nuevas técnicas de anestesia que realizan, ya que hay fármacos anestésicos de vida media muy larga que hacen que un enfermo pueda estar hasta 36 horas sin dolor. Y las técnicas anestésicas que realizan los anestesistas y que consisten en bloqueos para el posoperatorio permiten que esa extremidad que se ha operado esté anestesiada y adormecida y el paciente no tenga ese dolor tan horroroso que caracterizaba al posoperatorio.

Juanetes
Juanetes
Entre los factores de riesgo para padecer juanetes, además de ser mujer y seguir la moda –por llamarlo así–, está la predisposición en función a la forma de tu pie. El pie egipcio –en el que el dedo gordo es el más grande y los demás hacen una escalera descendente– tiene más probabilidades de tener juanetes. Sin embargo el pie cuadrado, o aquel en el que el segundo o el tercer dedo es más largo, no tienen tanto riesgo de juanetes.

La feminización de la traumatología

Dedicas tu libro a las mujeres, ¿somos las chicas más propensas a padecer de los huesos?

En realidad no, todos tenemos problemas de huesos tarde o temprano y este libro puede ser para hombres y mujeres por igual, lo que ocurre es buscaba un poco la complicidad femenina porque las mujeres también suelen ser las cuidadoras de la familia.

Quiero aprovechar también para hacer un pequeño inciso, y es que dedico un capítulo a la traumatología como modo de vida porque todavía hay pocas mujeres traumatólogas, sobre todo en América Latina. Tengo amigos traumatólogos en México DF y hace poco un compañero mexicano, Alfredo, me mandó una foto de las seis o siete traumatólogas que se estaban formando como residentes allí. Cuando él vino en el año 2005 solo conocía a una traumatóloga en todo su país, y esta foto es como el inicio de la feminización de la traumatología en Latinoamérica.

Y en cuanto a España, aunque no tengo estadísticas, sé que aunque se ha incrementado el porcentaje de mujeres que estudian medicina en España y ya supera al de varones, en el caso de las especialidades que requieren mucho trabajo manual como es la traumatología hay muchas menos chicas, yo creo que no será más de un 30%. En América Latina el porcentaje es mucho menor, pero sí se ha notado un cambio.

En el libro explico alguna anécdota como que podía atender a un enfermo, reducirle la fractura, ponerle el yeso, darle los papeles…, y cuando acababa me decía “¿y el médico cuándo va a venir?”. O pasar visita –yo siempre voy identificada– y si no dices claramente “soy la Dra. Miranda, el médico de los huesos”, que es la manera fácil para que lo entiendan los abuelitos, cuando has acabado de pasar visita de cuatro o cinco habitaciones preguntan que cuándo pasa el doctor.

Y el año pasado hice una entrada en el blog muy gamberra para el día de la mujer trabajadora sobre ocho cosas chorras que le puedes decir a una traumatóloga y contaba barbaridades que a mí me han dicho: “no te enfades rubia”, “pásame la cuña”… No es para que se ofenda nadie, solo quiero animar a las mujeres a que se dediquen a esta apasionante profesión.

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