Álvaro Pascual-Leone

Catedrático de neurología de la Universidad de Harvard y coautor de 'El cerebro que cura'
Un cerebro sano es clave para el correcto funcionamiento del organismo y ayuda a prevenir enfermedades. El experto en neurología de Harvard, Álvaro Pascual-Leone, nos enseña cómo disfrutar de una buena salud cerebral.
Álvaro Pascual-Leone
“El cerebro tiene la capacidad de compensar daños, y también de prevenirlos, de hacer que influyan menos en que una persona llegue a desarrollar una patología aunque esté predispuesta a ello”

07/03/2019

Es muy probable que alguna vez hayas oído aquello de mens sana in corpore sano (una mente sana en un cuerpo sano) referido a que la salud del cerebro depende de la del cuerpo. Álvaro Pascual-Leone, catedrático de neurología y decano asociado de Ciencia Clínica y Traslacional de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, director científico del proyecto 'Barcelona Brain Health Initiative' –un estudio sobre la salud cerebral a lo largo de la vida–, y coautor de El cerebro que cura (Plataforma Editorial, 2019), nos propone darle la vuelta a la famosa frase de Juvenal y afirma que un cerebro sano no solo es fundamental para mantener la salud en el resto del organismo, sino que realmente puede ayudarnos a prevenir y curar enfermedades. Según este experto nunca es tarde para empezar a cuidar nuestro cerebro y hay muchas cosas que podemos y debemos hacer para conseguirlo, que resume en los 'siete pilares de la salud cerebral' y que nos invita a poner en práctica.

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El cerebro que cura

1. Habéis titulado el libro 'El cerebro que cura'. ¿Es realmente posible que nuestro cerebro ayude a curar una enfermedad, o estamos hablando del 'efecto placebo?

Sí, es posible; de hecho, el cerebro puede curar porque precisamente el efecto placebo es uno de los mecanismos a través de los cuales este órgano promueve la salud general del individuo. El cerebro se activa en ciertas áreas por la expectativa, por la creencia en un resultado último, y eso es lo que con frecuencia se denomina efecto placebo, y no es más que la actividad en zonas cerebrales y en redes cerebrales específicas.

El efecto placebo es positivo, y su reverso, lo que llamamos el efecto nocebo, es un mecanismo a través del cual el cerebro puede empeorar la enfermedad o causar más problemas que conduzcan a que al final nos pongamos enfermos. En su forma más dramática hay toda una serie de datos sobre cómo la actividad cerebral puede llevar a tener un infarto de miocardio, e incluso a la muerte cardíaca, y cuando se dice que alguien “se murió de pena” porque al fallecer un ser querido no pudo sobrellevar el duelo y la soledad, se trata de mecanismos cerebrales que a través de mecanismos de estrés, entre otros, acaban causando daño sobre la salud general.

Para tener un cuerpo sano necesitas tener un cerebro sano; la diana número uno de la salud general es el cerebro y nunca es tarde para empezar a cuidarlo

Y al revés también es cierto, y cuando uno tiene una razón de ser, una razón para mantenerse vivo, una creencia y una vivencia de esperanza y expectativa, eso promueve mecanismos que llamamos de salutogénesis, que llevan a que uno sobrelleve mejor las enfermedades, o incluso no las desarrolle a pesar de estar expuesto a infecciones.

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Juvenal decía que para tener una mente, un cerebro, un alma sanos, tienes que tener el cuerpo sano, lo que se resume en la famosa frase mens sana in corpore sano. Pero el argumento central del libro es poner el énfasis en que también es cierto al revés: si quieres tener un cuerpo sano necesitas tener un cerebro sano, y hay cosas que podemos y debemos hacer para conseguirlo que además dan lugar a una mayor salud general. O sea, la diana número uno de la salud general es el cerebro, y nunca es tarde para empezar a cuidarlo.

2. Afirmas que el cerebro es plástico y está diseñado para cambiar a lo largo de nuestra vida. ¿Significa eso que seguimos generando o regenerando neuronas también durante la edad adulta? Lo pregunto porque recientemente ha habido controversia sobre este tema.

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Es cierto. Tradicionalmente lo que hemos pensado, y lo que a mí me enseñaron en la carrera, es que el cerebro tiene las células que tiene, las neuronas que tiene, y que nunca en vida se generan más, pero esto no parece ser cierto porque sí que hay producción de neuronas nuevas, neurogénesis, una vez hemos nacido y a lo largo de la vida.

Tener una razón de ser, una vivencia de esperanza y expectativa, promueve mecanismos de salutogénesis que ayudan a sobrellevar mejor las enfermedades, o incluso las previenen

Ahora bien, tampoco es que se generen tantas neuronas que eso sea el mecanismo principal por el cual nuestro cerebro es capaz de adaptarse a retos, a daños o a enfermedades. Los mecanismos de plasticidad en parte usan neuronas nuevas, pero el 99% nada tiene que ver con nuevas neuronas, sino con un mejor uso de las conexiones que existen, y con la modificación y generación de nuevas conexiones entre ellas.

Concepto de cuidar el cerebro

Se trata de aprovechar mejor los recursos que tenemos, pero comparándolo con la circulación por carretera el primer paso sería que el tráfico vaya mejor por las carreteras que ya existen, mientras que el segundo paso consiste en que realmente esas carreteras se hacen más grandes, se hacen más anchas, e incorporan calzadas adicionales. Y eso es lo que ocurre a nivel neuronal gracias a la formación de nuevas arborizaciones dendríticas, nuevas ramificaciones de las células que permiten que tengan más conexiones unas con otras.

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3. Dada la plasticidad del cerebro y los cambios que experimenta con las actividades, las experiencias e incluso los pensamientos, ¿se sabe algo de cómo está cambiando el cerebro el uso constante de Internet y de las redes sociales?

Lo que sabemos es que cualquier cosa que hacemos, pensamos, experimentamos, sufrimos…, cambia el cerebro. Esta conversación nos cambia el cerebro a los dos, pero eso no es necesariamente bueno ni malo, sino que da lugar a cambios, y el resultado de esos cambios puede ser bueno para una gente y malo para otra, y también puede promover cambios subsiguientes. Es difícil de saber.

Cualquier cosa que hacemos, pensamos, experimentamos, sufrimos…, cambia el cerebro

Con la transformación que ha supuesto la aparición de las tecnologías y el uso mucho más frecuente de las redes sociales, con la consecuente falta de relación más personal y directa entre las personas, el cerebro va a cambiar seguro, pero eso ni es bueno ni es malo, sino que depende de lo que hagamos con esos cambios que tienen lugar en el cerebro.

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4. Dices que el 'síndrome de hipersensibilidad central' es una alteración del cerebro que le impide inhibir sensaciones que no son importantes, algo similar a lo que les sucede a las personas con fibromialgia cuando experimentan dolor con estímulos que no deberían ser dolorosos. ¿Tiene tratamiento ese síndrome, y podría ayudar a reducir las molestias de las personas con fibromialgia u otro tipo de dolor crónico?

Es una excelente pregunta. La fibromialgia o el dolor neuropático crónico son ejemplos de trastornos que dan lugar a una hipersensibilidad a nivel del sistema nervioso central, y no es que esa sea la única alteración que provoca la enfermedad, pero es una alteración crítica que da lugar al sufrimiento del enfermo, y se puede intentar reducir y modular ese grado de hipersensibilidad central con distintas estrategias, incluidas técnicas de estimulación cerebral no invasiva, que permiten modificar la actividad de forma muy precisa y personalizada, y se traducen en un beneficio a nivel clínico con una reducción de los síntomas.

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Entrenamiento cognitivo y plan vital, pilares de la salud cerebral

5. Uno de los 'siete pilares de la salud cerebral' que describes en el libro es el entrenamiento cognitivo pero, ¿es necesario realizar ejercicios mentales específicamente diseñados para esto, o existen actividades cotidianas al alcance de todos?

Los datos que hay en este momento sobre el entrenamiento cognitivo son muy claros en términos de un beneficio para la salud cerebral y para la salud general, pero esos ejercicios cognitivos no tienen por qué representar juegos de ordenador o el tipo de herramientas o de aplicaciones que se venden como entrenamiento cognitivo. De hecho, la evidencia de que eso ayuda es mucho menor que otras cosas con un planteamiento más sencillo, como hobbies, actividades que te gusta hacer pero que representan un reto cognitivo para tu cerebro.

Se puede intentar reducir y modular la hipersensibilidad central que sufren las personas con fibromialgia con técnicas de estimulación cerebral no invasiva

Yo con frecuencia dedico mucho tiempo a leer, a escribir, a estudiar, y por eso leer libros o hacer un crucigrama no es lo que mi cerebro necesita desde un punto de vista de un reto cognitivo, sino que lo que necesita es algo que sea muy distinto, a lo mejor aprender a hacer ganchillo o a bailar el tango, que requieren participación crítica del cerebro para aprender esas habilidades, y que además es algo que supone un reto en el que puedes y debes intentar poner empeño para hacerlo cada vez mejor.

Plasticidad del cerebro

Esas son las características clave del entrenamiento cognitivo, que son muy parecidas a las del entrenamiento físico, que no consiste únicamente en pasear ligeramente por la playa, sino en hacer intervalos de demanda física más fuerte para ponerse en forma y obtener beneficios de ese ejercicio. Y a nivel cognitivo es igual y no hace falta utilizar ordenadores o programas especiales, sino hacer cosas que no has hecho antes y en las que sea necesario esforzarse para mejorar.

6. Respecto a la motivación o plan vital, te refieres al Ikigai como uno de los factores que pueden propiciar que nuestro cerebro se mantenga sano, pero en el caso de que nos falle, ¿no podría resultar contraproducente? ¿No sería mejor tener varios planes y 'no poner todos los huevos en la misma cesta'?

Eso depende de cómo define uno el plan vital. Si el plan vital es llegar a tener 100.000 € en la cuenta corriente, esto lo considero un mal ikigai. Y no porque no sea bonito tener ese dinero y poder disfrutar de unas buenas vacaciones, sino porque es algo potencialmente obtenible, o al revés, puede ser que no lo alcances y entonces te sientas frustrado.

El entrenamiento cognitivo supone un beneficio para la salud cerebral y general, y para ello hay que realizar actividades que representen un reto cognitivo para el cerebro

Por eso es necesario definir el plan vital como aspectos o factores de la vida que lo trascienden a uno, que van más allá, como intentar recaudar dinero para ayudar a aquellos que están necesitados, definir tu proyecto vital en la proyección a los otros, o en la proyección a una idea o creencia –incluidas las creencias religiosas–; ese es el tipo de plan vital que es importante. No son las cosas concretas que quieres conseguir porque eso son hitos, momentos en el camino, y estamos hablando más de la dirección general de tu vida, de lo que te motiva a levantarte cada mañana y hacer lo que haces.

7. Haces también mucho hincapié en el ejercicio físico. ¿Cuál es el tipo de ejercicio más adecuado para un cerebro saludable?

No parece que se trate de un tipo de ejercicio concreto, como correr o nadar, sino que lo más importante es que tenga componentes tanto aeróbicos como anaeróbicos, no solo correr e ir en bicicleta, sino también levantar pesas.

Por otro lado, parece que también es importante que incluya intervalos de alta intensidad o de mayor intensidad, así que no se trata solamente de ir durante 15 o 20 minutos a un cierto ritmo, sino de forzar la máquina un poco más de vez en cuando y sacarle más partido.

Una de cada tres o cuatro personas a lo largo de su vida desarrolla discapacidad permanente por causa de enfermedades neurológicas o psiquiátricas

El efecto protector de la reserva cognitiva

8. Dices que hay personas con importantes lesiones cerebrales características del alzhéimer y otras demencias que, sin embargo, no presentan síntomas. ¿Esto se debe a que tienen una mayor reserva cognitiva?

Sí, esa es exactamente la definición de reserva cognitiva en la introducción del término por Yaakob Stern. Y se comprobó en un estudio con monjas en Minnesota a las que cuando fallecían les encontraban evidencias de patología de alzhéimer, pero en vida nunca habían mostrado trastornos cognitivos o problemas de memoria, y funcionaban perfectamente a pesar de tener la enfermedad.

El plan vital no son las cosas concretas que quieres conseguir, sino la dirección general de tu vida, lo que te motiva a levantarte cada mañana y hacer lo que haces

Y sabemos que existe la capacidad del cerebro para compensar daños, y también la capacidad de prevenirlos, de hacer que influyan menos en que una persona llegue a desarrollar una patología aunque esté predispuesta a ello. Y ambos aspectos, tanto la compensación con el daño como la prevención de la patología, a la postre forman parte del concepto de reserva cerebral o reserva cognitiva.

9. ¿Cuáles son las actividades más indicadas para aumentar nuestra reserva cognitiva, son del mismo tipo que las indicadas para entrenar el cerebro?

Hay muchas cosas que seguimos aprendiendo que es importante que la gente conozca. Y la primera es que la idea de que uno nace con una cierta capacidad cerebral y a lo largo de la infancia y juventud debido a lo que estudia o a las personas con las que se relaciona, alcanza un cierto nivel de reserva cognitiva y a partir de ahí ya el resto de su vida no puede hacer nada para modificar la que tiene, ahora sabemos que no es cierta y que seguimos teniendo la capacidad de mejorar nuestra reserva cognitiva realizando tareas adecuadas.

El entrenamiento cognitivo, el ejercicio físico, actividades como la meditación y la relajación, y tener un propósito vital, ayudan a aumentar la reserva cognitiva

Y lo que se considera como tareas adecuadas son aquellas que he mencionado antes al hablar sobre el entrenamiento cognitivo –los retos cognitivos–, pero también es muy importante el ejercicio físico para fomentar y aumentar la reserva cognitiva, y otras actividades como la meditación y la relajación, y sobre todo tener una vivencia clara de un propósito vital, y definir por qué me levanto por las mañanas. Hay distintos aspectos que acaban siendo importantes no solo para optimizar la salud cerebral, sino también para aumentar y mejorar nuestra reserva cognitiva.

10. En el libro mencionas un ambicioso proyecto para estudiar la salud del cerebro y la prevención o el retraso de enfermedades: el 'Barcelona Brain Health Initiative' (BBHI). ¿Me puedes explicar brevemente en qué consiste y cómo se va a llevar a cabo?

Estamos muy ilusionados y creo que es un proyecto muy importante y con el que vamos a aprender mucho. En primer lugar quiero decir que está apoyado por el Institut Guttmann, donde tiene lugar, pero también por la Obra Social "La Caixa". Está dividido en tres fases, y la primera está diseñada para entender mejor cuáles son los aspectos críticos que hacen que algunos individuos se mantengan sanos y otros no. Para ello contamos con la participación de 5.000 voluntarios que nos han proporcionado información sobre su salud, y a los que estamos siguiendo para poder entender mejor qué diferencia a aquellos que en este momento están sanos pero a lo largo del seguimiento desarrollarán trastornos neurológicos o psiquiátricos, de los que no experimentarán estos problemas.

En las mujeres a partir de los 50 o 60 años la ansiedad y la depresión constituyen la causa número uno de discapacidad

La segunda fase, en la que estamos en este momento, consiste en caracterizar no solo los patrones de vida, sino la biología cerebral, que diferencia a los que se mantienen sanos de los que no. Entender con pruebas como resonancia magnética, estimulación cerebral, pruebas neuropsicológicas y genéticas, electroencefalograma, etcétera, cuáles son las características individuales a nivel del cerebro y su funcionamiento.

En la tercera fase, por último, y basado en ese conocimiento, pretendemos desarrollar estrategias e iniciativas para intervenir y prevenir la pérdida de la salud cerebral en general y no solo la aparición de demencias, porque aunque la demencia es muy prevalente entre la gente mayor, por ejemplo en las mujeres de mediana edad –a partir de los 50 o 60 años– la ansiedad y la depresión constituyen la causa número uno de discapacidad. Este es un estudio de salud cerebral a lo largo de la vida porque una de cada tres o cuatro personas a lo largo de su vida desarrolla discapacidad permanente por causa de enfermedades neurológicas o psiquiátricas, enfermedades del cerebro, y nuestro objetivo es prevenir eso.

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