Fascitis plantar
La fascia plantar es una banda de tejido elástica situada en la planta del pie, que amortigua el impacto que se produce al caminar. El deporte, el exceso de peso, o un calzado inadecuado, pueden dañarla.

Qué es la fascitis plantar

Por: Natalia Dudzinska Camarero

Bióloga, especialista en Microbiología Ambiental y Epidemiología

Por: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 16 de julio de 2024

¿Qué es la fascitis plantar?

Para saber en qué consiste la fascitis plantar primero debemos conocer cuál es la estructura implicada en este trastorno. En la planta del pie existe una banda gruesa de tejido denominada fascia plantar, que se extiende desde el talón hasta los huesos de la bola del pie (punto donde comienzan los dedos). La función de esta banda es la de tensar la base del pie manteniendo la curvatura plantar, y amortiguar el impacto derivado del acto del desplazamiento sobre la planta del pie.

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La fascitis plantar es la inflamación de la fascia plantar debida, por lo general, a un exceso de uso (muy común en los deportistas), un estiramiento de la misma, o la presencia de ciertos factores predisponentes. Estas situaciones suelen generar en el tejido una serie de microtraumatismos que el organismo no tiene tiempo de reparar, de modo que terminan por producir su degeneración.

Fascitis plantar, ilustración de la zona inflamada

Es la afección más frecuente de dolor no traumático en el complejo tobillo-pie. Se estima que en torno al 10% de las personas sufrirá esta dolencia a lo largo de su vida. Se considera un problema autolimitado, es decir, que 8 de cada 10 casos se resuelven solos en un período aproximado de 10-12 meses tras el inicio de los síntomas, a pesar de motivar un buen número de consultas médicas y de generar molestias que en muchas ocasiones impiden realizar una vida normal.

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La mayoría de los casos de fascitis plantar se presentan en individuos varones activos de entre 40 y 70 años. Se trata también de un problema muy habitual entre los corredores, entre los que su prevalencia alcanza hasta el 25% de los casos.

Para su corrección, la mayoría de las veces se recurrirá a tratamiento médico y rehabilitador, y en raras ocasiones a la cirugía, pues es recurrente hasta en un 30% después del quirófano.

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