Lesiones del tendón de Aquiles, ¿qué lo debilita?
Osteópata, quiromasajista deportivo y técnico superior deportivo
Actualizado: 5 de diciembre de 2024
Este tendón se encuentra en la parte posteroinferior de la pierna. Los tendones son la porción más consistente de un músculo, tienen un aspecto blanquecino, están compuesto por tejido de colágeno fibroso, y su función es la de hacer de punto de anclaje entre el músculo y los huesos. En el caso del tendón de Aquiles, es el segmento donde terminan los músculos sóleo y gemelo, ya que ambos comparten esta estructura, y se inserta en el hueso calcáneo (hueso del talón que le da esa redondez a la parte posterior del pie).
Históricamente este tendón se hizo famoso por la leyenda griega de Aquiles y la vulnerabilidad de esta región de su cuerpo, no obstante, su verdadero nombre es tendón calcáneo y, lejos de ser débil, es el más grueso y poderoso del cuerpo humano. Sin embargo, son varias las lesiones que pueden producirse en esta zona, desde una tendinitis o una bursitis a una dolorosa ruptura de este pilar de la pierna.
Debido a su ubicación, este tendón soporta enormes cargas de trabajo. Simplemente en el gesto de caminar debe soportar todo el peso corporal, elevarlo y desplazarlo hacia adelante. Si evolucionamos el gesto de caminar a su máximo nivel, hasta el movimiento de una carrera explosiva, veremos que la carga de trabajo que soporta se multiplica exponencialmente.
Si visualizamos el tendón de Aquiles de un jugador de baloncesto de ciento veinte kilos, que se eleva en un salto más de medio metro, observaremos que ese tendón en la caída debe recepcionar una cantidad de kilos descomunal. Y si llevamos este principio de física al extremo, como es el caso del atleta de triple salto, nos podremos hacer una idea de hasta dónde es capaz de llegar su capacidad de resistencia; un atleta de triple salto, en el primero de sus apoyos, debe recepcionar, con un solo pie, un salto de más de seis metros de longitud y, no contento con esto, ese tendón debe amortiguar para, acto seguido, impulsar de nuevo al atleta otros tantos metros más. Es un acto de absorción de impacto y propulsión digno de alabar.
Causas de lesión del tendón de Aquiles
A pesar de ser un elemento con la capacidad de soportar grandes cargas de trabajo, el tendón de Aquiles, como cualquier otro tendón, puede verse afectado por diversas lesiones, máxime teniendo en cuenta que la zona del tobillo es de uso cotidiano. Aquí explicamos algunas de las causas más frecuentes de las lesiones del tendón calcáneo:
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Terreno inadecuado
Una superficie dura (asfalto, pistas de cemento) resulta más cargante que una superficie blanda, debido al efecto amortiguador. Todo lo que no absorba el terreno lo absorberá la musculatura y, por extensión, el tendón. Por otro lado, un terreno irregular (camino pedregoso, correr por la playa...) incorpora el componente de la inestabilidad, que tiende a compensar y reducir la articulación del tobillo, siendo el tendón de Aquiles uno de los mayores implicados en esta labor de estabilización.
Dentro de este apartado es interesante mencionar que correr o andar cuesta arriba hacen que el tendón de Aquiles se encuentre en situación constante de elongación, y el trabajo desde esa posición provoca un mayor esfuerzo y, en definitiva, una mayor probabilidad de aparición de la lesión. -
Práctica de deportes propensos a la lesión
En la práctica de ciertos deportes aparecen movimientos bruscos que no son del todo controlados. Es el caso de los deportes de velocidad de reacción, como los de raqueta (tenis, pádel, etcétera), fútbol, o rugby. Son deportes en los cuales se generan situaciones de aceleraciones máximas en cortos espacios, como el gesto de un regate en fútbol, o llegar a una dejada corta en tenis. En estas acciones de arrancada explosiva desde una posición de espera, el tendón es sometido a una sobrepresión debido a la violencia de la contracción, y puede llegar a lesionarse gravemente.
Por otro lado, existen deportes que ya sea por la repetición o por la contundencia, acaban por ser terreno fértil para las lesiones tendinosas. En el primer caso, por repetición, encontramos a los corredores de largas distancias. Desde hace unos años, el running se ha convertido en un fenómeno de masas, y hay cientos de corredores populares en cualquier rincón de cada cuidad. Una persona normal, a un ritmo de trote normal, avanza a una media de ochocientas zancadas por kilómetro. Si al día entrena diez kilómetros, estará haciendo ocho mil zancadas. Ocho mil impactos que el tobillo debe amortiguar en cada entrenamiento. Si a esto se le suma que algunos cientos de zancadas pueden ser cuesta arriba y en terreno irregular… la lesión del tendón calcáneo es casi inevitable en muchos casos.
En el otro supuesto, por contundencia, encontramos deportes como el baloncesto o el voleibol, donde los saltos y las recepciones a esos saltos son constantes y obviamente lesivas. -
Calzado inadecuado
La gente le suele dar poca importancia, pero nada más lejos de la realidad. Unas zapatillas de atletismo con una buena amortiguación ahorrarán kilos de carga y trabajo al tendón. De la misma forma, unas zapatillas desgastadas, de una talla inadecuada, o mal atadas, provocarán inestabilidad al tobillo y, como ya se ha explicado, la inestabilidad es asumida por parte de nuestra anatomía.
Unos zapatos con excesivo tacón provocarán un acortamiento en el movimiento del tendón, y un calzado excesivamente plano hará que el tendón esté sometido a tensiones innecesarias.
Otra posibilidad es el calzado de caña media, que provoca una fricción en la zona llegando a irritar el tendón. En cualquier caso, todas estas acepciones tendrán consecuencias negativas para el tendón calcáneo. -
Pronación
Llamamos pronación a la pisada que se realiza enfatizando en la parte interior de la huella. Este fenómeno provoca una torsión sostenida del tendón de Aquiles.
Tipos de lesiones del tendón de Aquiles y sus síntomas
Atendiendo a la morfología de la lesión del tendón de Aquiles, se puede definir la siguiente clasificación con los problemas que con mayor frecuencia afecta al tendón calcáneo:
Tendinitis del tendón de Aquiles
Como todas las 'itis', estaríamos ante una inflamación del tendón calcáneo. Por norma general viene provocada por una sobre solicitación. El síntoma más evidente es el dolor, que comúnmente va apareciendo de forma progresiva, siendo leve y apenas molesto en sus primeros estadios, e invalidante y muy doloroso en casos agudos.
Después de un periodo de inmovilidad, normalmente al despertarse, puede existir una sensación de rigidez y una sensibilidad mayor en esta zona, que remite en el transcurso del movimiento cotidiano, pero que aumenta si se reanuda la actividad deportiva.
Tendinosis del tendón de Aquiles
En este caso, el sufijo 'osis' nos indica un proceso degenerativo, que en ocasiones empezó como tendinitis y que posteriormente fue cronificándose. Realmente, cuando nos referimos al tendón de Aquiles, el término tendinosis sería más acertado que el de tendinitis, ya que apenas es significativo el componente inflamatorio en esta estructura.
La sintomatología es la misma que para las tendinitis, aunque el dolor suele estar más localizado en el punto de inserción que en todo el trazado de la vaina del tendón. Puede aparecer sensación de crepitación, e incluso sonido de chasquidos al movilizar ese segmento, debido a la aparición de nódulos y adherencias.
Rotura del tendón de Aquiles
Ya sea parcial o total, la lesión es invalidante, no permitiendo al paciente el apoyo efectivo con ese pie. El dolor es mucho más pronunciado que en los dos casos anteriores, siendo el de la rotura total un dolor agudo y punzante, llegando a percibirse el sonido del desgarro.
Tratamiento de las lesiones del tendón de Aquiles
En el caso de las tendinitis y tendinosis del tendón de Aquiles, el tratamiento será similar, y dependerá del tiempo de exposición a la lesión y el consecuente grado de afectación. En líneas generales, se llevará a cabo un tratamiento conservador usando la premisa RICE (Reposo, Hielo, Compresión, Elevación). Más allá de este protocolo, puede ser aconsejable seguir otras opciones como:
Cirugía del tendón de Aquiles
En casos graves como la rotura del tendón calcáneo, o tendinitis de larga duración que no remiten, la solución para tratar estas lesiones del tendón de Aquiles pasa por la cirugía. Esta intervención consiste en extirpar el tejido inflamado y eliminar las posibles adherencias y zonas anormales de la vaina. Como en cualquier otra cirugía, la recuperación debe ser de forma progresiva y bajo la supervisión médica.
El tiempo de recuperación estimado es de aproximadamente un mes para las tareas de la vida cotidiana, y para la actividad física se estará a lo dispuesto por el propio paciente y su capacidad de adaptación, aunque no suele ser antes del cuarto o quinto mes cuando pueda volver a correr.
La prevención de este tipo de lesión, aunque complicada, se resume en intentar mantener una buena preparación física muscular de la zona, utilizar siempre un calzado adecuado a tu deporte, tus características personales y al terreno, y realizar un calentamiento acorde al esfuerzo a realizar después.
Creado: 16 de marzo de 2015