Hoy, día 25 de abril, se conmemora el Día Mundial de la Malaria, una enfermedad a la que está expuesta la mitad de la población mundial, unos 3.500 millones de personas, según ha advertido hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS). El paludismo o malaria provoca cada año unas 800.000 muertes. La mayoría de personas en riesgo y afectados viven en los países más pobres de la tierra.

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Por este motivo, la OMS ha hecho un llamamiento a reforzar los esfuerzos para controlar eficazmente la enfermedad, y a que se vayan adhiriendo nuevos donantes a la Alianza Mundial contra la Malaria.

La malaria está causada por un parásito denominado Plasmodium, que se transmite a través de la picadura de mosquitos infectados y, una vez en el organismo humano, se multiplica en el hígado y después infecta los glóbulos rojos.

Entre los síntomas más frecuentes de la enfermedad están la fiebre, las cefaleas y los vómitos, que generalmente aparecen entre 10 y 15 días después de la picadura del mosquito. Si no se trata, el paludismo puede poner en peligro la vida del paciente en poco tiempo, pues altera el aporte de sangre a órganos vitales.

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Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los sistemas sanitarios es que en muchas zonas del mundo los parásitos se han vuelto resistentes a algunos de los tratamientos antimalaria existentes. Por este motivo, cada vez más, se está proponiendo difundir un tratamiento rápido y eficaz con combinaciones de medicamentos basadas en la artemisinina, el uso de mosquiteras impregnadas con insecticida por parte de las personas en riesgo y la fumigación de los espacios cerrados con insecticidas de acción residual, a fin de controlar los mosquitos vectores.

Fuente: OMS / EP

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Actualizado: 23 de enero de 2017

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