Virus Nipah
Algunas zonas del sudeste asiático han registrado brotes de infección por el virus Nipah. Aunque el cuadro que produce es muy grave y la mortalidad es alta, es poco probable que se produzcan epidemias generalizadas.

Síntomas de la infección por el virus Nipah

Dra. Sari Arponen

Por: Dra. Sari Arponen

Doctora en Medicina, especialista en Medicina Interna y experta en microbiota

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

Parece ser que hasta una cuarta parte de las personas que se infectan por el virus Nipah no desarrollan síntomas. Lo habitual es que sí se desarrolle un cuadro clínico que es mortal en un alto porcentaje de los casos: fallece entre el 40-75% de los infectados. El período de incubación desde que se tiene contacto con el virus hasta que aparecen los síntomas es de unos días  hasta dos meses, aunque lo habitual es que sea de dos semanas o menos (de 4 a 14 por lo general).

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La mayor parte de los pacientes presenta inicialmente un cuadro con síntomas parecidos a los de la gripe. Es habitual la presencia de fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, vómitos e irritación de garganta. Estos síntomas tan generales no son específicos ni típicos de la infección por el virus Nipah, por lo que no sirven para sospechar de forma específica que el paciente esté afectado por dicho virus al menos fuera de un contexto de brote activo.

Además, el virus Nipah en más de la mitad de los casos produce síntomas neurológicos por encefalitis aguda. Los síntomas de la encefalitis pueden ser muy variados, como mareos, somnolencia y disminución del nivel de consciencia. Si hay afectación del tronco del encéfalo el paciente puede tener tensión arterial baja, aumento del pulso cardíaco, pérdida del tono muscular o de los reflejos o contracciones musculares anormales. En los casos más graves puede haber incluso convulsiones o coma.

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En otras ocasiones pueden aparecer síntomas respiratorios asociados al virus Nipah, que pueden ser desde muy leves, como algo de tos seca o una insuficiencia respiratoria leve, hasta los casos más graves, cuyos problemas respiratorios consisten en neumonía atípica extensa con insuficiencia respiratoria grave. El síndrome de distrés respiratorio agudo es un cuadro de extrema gravedad que aparece en los pacientes con mayor afectación.

En los casos graves también se ha descrito sepsis, fracaso de múltiples órganos, insuficiencia renal o hemorragia digestiva. Cuando se produce la curación después de la infección aguda, hay ocasiones en las que aparece una encefalitis de inicio tardío o una recidiva de la encefalitis. Otros pacientes presentan un síndrome de fatiga crónica postinfecciosa o un cuadro neurológico persistente. Según informa la OMS, cerca del 20% de los pacientes presentan secuelas neurológicas residuales, como trastorno convulsivo y cambios de personalidad.

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Creado: 8 de junio de 2018

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