Los antipsicóticos para la demencia causan más daños de lo que se creía

Revelan que administrar medicamentos antipsicóticos a personas con demencia tiene más efectos adversos de lo que se pensaba, ya que puede aumentar el riesgo de sufrir diversos problemas de salud graves, sobre todo al iniciar el tratamiento.
Mujer tomando antipsicóticos

18/04/2024

Los antipsicóticos se utilizan en las personas con demencia para manejar los síntomas conductuales y psicológicos que pueden ser especialmente problemáticos tanto para los pacientes, como para sus cuidadores. Estos síntomas incluyen: agresividad física o verbal, delirios (creencias falsas que pueden causar confusión), alucinaciones (oír voces o ver cosas que no son reales), ansiedad o depresión.

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Aunque los antipsicóticos pueden ayudar a manejar estos síntomas en algunos casos, su uso debe ser cuidadosamente valorado por los médicos debido a que están asociados al riesgo de sufrir efectos secundarios graves. De hecho, una nueva investigación realizada por expertos de la Universidad de Manchester, la Universidad de Nottingham, y las Universidades de Edimburgo y Dundee ha revelado que los pacientes con demencia que toman antipsicóticos tienen más probabilidades de sufrir accidentes cerebrovasculares, coágulos sanguíneos, ataques cardíacos, insuficiencia cardíaca, fracturas, neumonía y lesiones renales agudas.

Los resultados del estudio se han publicado en The BMJ e indican que los daños asociados al uso de antipsicóticos son más extensos de lo que se reconocía antes, especialmente en las etapas iniciales después de comenzar el tratamiento. Esto subraya la importancia de proceder con mucho cuidado al inicio del uso de estos medicamentos. Este estudio ha sido apoyado por el Instituto Nacional para la Investigación de Salud y Atención (NIHR).

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“Durante muchos años ha habido preocupaciones sobre la seguridad del uso de antipsicóticos para controlar los síntomas conductuales y psicológicos de la demencia, y se ha informado de un mayor riesgo de accidente cerebrovascular y muerte. Nuestro estudio muestra que el uso de antipsicóticos en este grupo de pacientes también se asocia con otros daños, como neumonía, tromboembolismo venoso, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca, fracturas y lesión renal aguda. Esto significa que es aún más importante tener en cuenta el riesgo de daño al considerar la prescripción de estos medicamentos y utilizar enfoques alternativos siempre que sea posible”, ha explicado el profesor Tony Avery, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nottingham e Investigador Senior del NIHR.

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Más riesgo de neumonía, ictus y lesión renal al tomar antipsicóticos

A pesar de estas preocupaciones, los antipsicóticos siguen prescribiéndose ampliamente para tratar síntomas como la apatía, la depresión, la agresividad, la ansiedad, la irritabilidad y los delirios y psicosis en las personas con demencia. Anteriormente, las advertencias regulatorias sobre la prescripción de antipsicóticos para estos síntomas se basaban en pruebas de un aumento en los riesgos de accidente cerebrovascular y muerte, pero la evidencia de otros resultados adversos era menos concluyente entre las personas con demencia.

Para aclarar esta incertidumbre, los investigadores analizaron los riesgos de varios problemas de salud potencialmente asociados con el uso de antipsicóticos en personas con demencia. El estudio utilizó datos vinculados de atención primaria, hospitalaria y de mortalidad en Inglaterra, identificando a 173.910 personas (63% mujeres) diagnosticadas con demencia a una edad promedio de 82 años, entre enero de 1998 y mayo de 2018, y que no habían recibido prescripciones de antipsicóticos en el año anterior a su diagnóstico.

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Se compararon con hasta 15 pacientes que no usaban antipsicóticos, seleccionados al azar, por cada uno de los 35.339 pacientes a quienes se les prescribió un antipsicótico tras su diagnóstico de demencia. Los investigadores también tuvieron en cuenta factores que podrían influir en los resultados, incluyendo las características personales del paciente, su estilo de vida, las afecciones médicas preexistentes y los medicamentos recetados.

Los antipsicóticos más comúnmente prescritos fueron risperidona, quetiapina, haloperidol y olanzapina, que juntos representaron casi el 80% de todas las prescripciones. En comparación con la falta de uso, los antipsicóticos se asociaron con mayores riesgos para todos los resultados, excepto la arritmia ventricular. Por ejemplo, en los primeros tres meses de tratamiento, las tasas de neumonía entre los usuarios de antipsicóticos fueron del 4,48% frente al 1,49% entre los no usuarios. Al año, esta proporción aumentó al 10,41% para los usuarios de antipsicóticos frente al 5,63% para los no usuarios.

El uso de antipsicóticos en este grupo de pacientes también se asocia con otros daños, como neumonía, tromboembolismo venoso, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca, fracturas y lesión renal aguda

Aunque al tratarse de un estudio observacional no se pueden establecer conclusiones firmes sobre causa y efecto, la investigación sugiere que es crucial que cualquier beneficio potencial del tratamiento con antipsicóticos se evalúe cuidadosamente contra el riesgo de daños graves, y que los planes de tratamiento se revisen regularmente en todos los entornos de salud y cuidado, ha señalado el profesor Darren M Ashcroft de la Universidad de Manchester.

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“Dado que se prevé que el número de personas que viven con demencia aumentará considerablemente en los próximos años, se necesita más investigación sobre tratamientos farmacológicos más seguros y tratamientos no farmacológicos más eficaces para los síntomas conductuales y psicológicos de la demencia”, concluye la doctora Pearl Mok, becaria de investigación en la Universidad de Manchester.

Tom Russ, profesor de Psiquiatría Geriátrica y Consultor Honorario en Psiquiatría de la Universidad de Edimburgo, que no ha participado en el estudio, ha declarado a SMC España: “Como alguien que trabaja con personas con demencia en una sala de admisión aguda en un hospital psiquiátrico, este estudio no me sugiere que estos medicamentos nunca deban ser usados, pero deben ser utilizados con moderación en situaciones donde se hayan explorado otras opciones (atención al dolor, salud general, intervenciones psicosociales incluyendo el modelo de Newcastle y terapias artísticas, así como otros medicamentos)”.

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Por su parte Robert Howard, Catedrático de Psiquiatría Geriátrica en la división de Psiquiatría del University College London (Reino Unido), ha destacado en declaraciones al mismo medio: “El estudio no pudo excluir la causalidad inversa, donde la presencia de una enfermedad física como la neumonía podría conducir al delirio, que luego podría ser tratado con un medicamento antipsicótico, pero todos los que recetamos en esta situación deberíamos tener en cuenta los riesgos del tratamiento. La iniciación de estos medicamentos en personas con demencia solo debe ser bajo supervisión especializada, con participación de los pacientes y miembros de la familia en discusiones informadas y revisiones”.

Actualizado: 18 de abril de 2024

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