El cerebro de las personas obesas no 'controla' igual el apetito

Un área del cerebro implicada en el control del apetito –el hipotálamo– es significativamente mayor en las personas con sobrepeso u obesidad, lo que puede afectar a su sensación de hambre y saciedad y contribuir a la ganancia de peso.
Una chica joven con sobrepeso mira una hamburguesa que tiene en la mano

08/08/2023

La cantidad de comida que ingerimos cada día, así como el tipo de alimentos que elegimos están influenciados por una gran cantidad de factores, entre los que se incluyen desde nuestra genética y regulación hormonal, hasta el entorno que nos rodea o las emociones que experimentamos. No se conoce exactamente qué ocurre en nuestro cerebro para activar la sensación de hambre o saciedad, pero parece ser que una pequeña región cerebral conocida como hipotálamo desempeña un papel clave en el control del apetito.

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Conocer su funcionamiento podría ayudar a comprender mejor por qué algunas personas son más propensas a engordar que otras, y ahora una nueva investigación realizada por científicos de la Universidad de Cambridge ha demostrado que el hipotálamo es diferente en los cerebros de las personas con sobrepeso o con obesidad en comparación con las personas que tienen un peso saludable. Según los investigadores, esos hallazgos ponen de manifiesto la importancia que tiene la estructura del cerebro en el peso y el consumo de alimentos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que hay más de 1.900 millones de personas con sobrepeso u obesidad, un problema de salud pública que incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, cáncer o trastornos mentales, y que también afecta a los más pequeños, ya que este mismo organismo cifraba en 38,2 millones el número de niños menores de cinco años con exceso de peso en 2019.

“Una dieta alta en grasas podría desencadenar la inflamación de nuestro centro de control del apetito y cambiar nuestra capacidad para distinguir cuándo hemos comido lo suficiente”

La Dra. Stephanie Brown, del Departamento de Psiquiatría y del Colegio Lucy Cavendish de la Universidad de Cambridge ha declarado: “Aunque sabemos que el hipotálamo es importante para determinar cuánto comemos, en realidad tenemos muy poca información directa sobre esta región del cerebro en humanos vivos. Eso se debe a que es muy pequeño y difícil de distinguir en las resonancias magnéticas cerebrales tradicionales”.

Por ello, la mayoría de las pruebas que se han encontrado sobre el papel del hipotálamo en la regulación del apetito proceden de estudios en animales, que han mostrado que existen vías de interacción complejas dentro del hipotálamo, con diferentes poblaciones de células que actúan juntas para indicarnos cuándo tenemos hambre o estamos llenos.

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Un hipotálamo más grande en personas con obesidad o sobrepeso

Los investigadores emplearon un algoritmo desarrollado con aprendizaje automático para analizar resonancias magnéticas cerebrales de 1.351 adultos jóvenes en un rango de puntuaciones de índice de masa corporal (IMC) para buscar diferencias en el hipotálamo al comparar individuos con bajo peso, peso saludable, sobrepeso y obesidad.

Descubrieron así que el volumen general del hipotálamo era significativamente mayor en los grupos de adultos jóvenes con sobrepeso y obesidad. De hecho, la Dra. Brown y su equipo encontraron una relación significativa entre el volumen del hipotálamo y el IMC, y estas diferencias de volumen fueron más evidentes en aquellas subregiones del hipotálamo que controlan el apetito a través de la liberación de hormonas para equilibrar el hambre y la saciedad.

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Estos hallazgos se han publicado en la revista Neuroimage: Clinical, aunque los investigadores desconocen si los cambios estructurales que han detectado son una causa o una consecuencia de los cambios en el peso corporal, aunque podrían estar relacionados con la inflamación, ya que estudios previos en animales han demostrado que una dieta rica en grasas puede provocar la inflamación del hipotálamo, lo que a su vez genera resistencia a la insulina y obesidad.

Por ejemplo, en pruebas en ratones se ha observado que con solo tres días de alimentarse con una dieta rica en grasas ya se produce esta inflamación. Otros estudios han demostrado que esta inflamación puede elevar el umbral en el que los animales están saciados, es decir, que tienen que comer más alimentos de lo normal para sentirse llenos.

“Si lo que vemos en los ratones ocurre también en las personas, entonces comer una dieta alta en grasas podría desencadenar la inflamación de nuestro centro de control del apetito. Con el tiempo, esto cambiaría nuestra capacidad para distinguir cuándo hemos comido lo suficiente y cómo nuestro cuerpo procesa el azúcar en la sangre, lo que nos lleva a engordar”, ha explicado la Dra. Brown.

La inflamación puede explicar por qué el hipotálamo es más grande en estos individuos, destacan los investigadores, que señalan que se necesita más investigación para confirmar si el aumento de volumen en el hipotálamo es el resultado del sobrepeso, o si las personas con un hipotálamo más grande están predispuestas a comer más. También es posible que ambos factores interactúen entre sí desencadenando un ciclo de retroalimentación.

 “Nuestra esperanza es que, al adoptar este nuevo enfoque para analizar los escáneres cerebrales en grandes conjuntos de datos, podamos extender aún más este trabajo a los humanos y, en última instancia, relacionar estos sutiles hallazgos cerebrales estructurales con los cambios en el apetito y la alimentación y generar una comprensión más completa de la obesidad”, concluye el profesor Paul Fletcher, del Departamento de Psiquiatría y del Clare College de Cambridge y autor principal del estudio.
 

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Actualizado: 8 de agosto de 2023

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