Respuesta de emergencia de la ONU al terremoto de Turquía y Siria

Los terremotos que han sacudido Turquía y Siria han provocado la muerte de miles de personas y una gran destrucción que, junto a las bajas temperaturas, amenaza con una crisis humanitaria ante la que la ONU ha lanzado una respuesta de emergencia.
Grupo de bomberos buscando supervivientes entre los escombros

4.murat / Shutterstock.com

07/02/2023

En la madrugada del lunes un potente terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter asoló el sur de Turquía y el norte de Siria provocando un gran número de muertos y dejando a miles de personas sepultadas bajo los escombros de los edificios derruidos. Se cree que al menos 5.000 personas han perdido la vida por esta catástrofe y más de 21.000 han resultado heridas, y la OMS ha advertido que el número de muertos podría multiplicarse por ocho, a medida que se encuentre a más víctimas sepultadas.

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Además, se calcula que más de 2.800 edificios habrían colapsado a causa del seísmo en Turquía, entre ellos el castillo el castillo de Gaziantep, de más de 2000 años de antigüedad. En Siria, las autoridades locales del noroeste del país han informado de que hay al menos 255 fallecidos y 811 heridos, y unos 325 edificios han sufrido daños, mientras que otros 224 habrían resultado completamente destruidos.

En opinión de los sismólogos se trata de uno de los mayores terremotos registrados en Turquía. Este primer terremoto fue seguido de un segundo gran terremoto de 7,5 grados en el centro de Turquía, en una zona situada más al norte, lo que ha generado una gran preocupación por la posibilidad de que se trate de un fenómeno conocido como triggering, y que consiste en que un terremoto afecta a una segunda estructura paralela de falla que termina por fracturarse y que podría desencadenar sus propias réplicas e incrementar el efecto devastador.

“La magnitud del seísmo de Turquía y su foco superficial, unos 17 km, implican un gran potencial destructor”

El Secretario General de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, ha pedido una respuesta internacional a esta crisis, ya que, como ha explicado, muchas de las familias afectadas por el desastre “ya tenían una gran necesidad de ayuda humanitaria en áreas donde el acceso es un desafío”.

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Galderic Lastras, profesor Titular en el GRC Geociencias Marinas, departamento de Dinámica de la Tierra y del Océano de la Universidad de Barcelona, ha explicado en declaraciones a SMC España que “el terremoto ha tenido una magnitud de 7,8 y su hipocentro se ha situado a unos 18 kilómetros de profundidad, que es una profundidad relativamente reducida para un seísmo de tal magnitud. En general, cuanto menor es la profundidad, mayores son las intensidades con las que se percibe en superficie y, por tanto, sus efectos sobre la población”.

“El terremoto principal ha ido seguido, como es normal, de numerosas réplicas, la mayor de las cuales ha ocurrido 11 minutos más tarde con una magnitud de 6,7. Si bien podrían ocurrir otras réplicas de gran magnitud a corto plazo, es esperable que su frecuencia y magnitud disminuya con el paso del tiempo”.

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Elisa Buforn Peiró, catedrática de Geofísica y Meteorología en el departamento de Física de la Tierra y Astrofísica de la Universidad Complutense de Madrid, ha explicado a SM Centre que: “La zona en que ha ocurrido el terremoto del 6 de febrero, de magnitud Mw=7.8, se encuentra situada en un límite de placas, donde la acumulación de esfuerzos derivada del movimiento de las mismas, se libera en forma de terremotos. La magnitud del seísmo de Turquía y su foco superficial, unos 17 km (U.S. Geological Survey) implican un gran potencial destructor”. 

Y recuerda que “los terremotos son sucesos naturales que no se pueden predecir ni evitar, por tanto, la clave es la prevención para poder mitigar y minimizar en lo posible sus daños. Los códigos o normas sismorresistentes, junto con los sistemas de Alerta Sísmica Temprana, son dos de las herramientas más eficaces para poder afrontar estos sucesos naturales y hacia donde deben encaminarse los esfuerzos de la sociedad”.

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La ONU apoya las tareas de rescate y ayuda a las víctimas del seísmo

Guterres ha manifestado el compromiso de la ONU en las labores de rescate y de ayuda a las víctimas y los organismos de ayuda de la organización ya se encuentran sobre el terreno, como los equipos médicos de emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que ya han recibido autorización para atender de inmediato a los heridos y a los más vulnerables, según ha declarado en Twitter su director general, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Estos profesionales han recibido una petición de ayuda internacional. “La prioridad inmediata es apoyar la respuesta a nivel local”, ha señalado la Dra. Catherine Smallwood, directora de emergencias que coordina la respuesta al terremoto de Turquía para la OMS, porque, según explica, a pesar de que Turquía “tiene una gran capacidad de respuesta a los terremotos”, el nivel de destrucción es tan grande que “han emitido una alerta para la asistencia médica internacional, y estamos coordinando el posible despliegue con las autoridades turcas”.

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Los equipos especializados de la Oficina de las Naciones Unidas para la Evaluación y Coordinación en Casos de Desastre (UNDAC) han afirmado que estaban “listos para desplegarse”, y la Unión Europea ha comenzado a enviar equipos de búsqueda y rescate a Turquía. También se han movilizado los rescatistas de los Países Bajos y Rumania, mientras que el Reino Unido ha anunciado que enviará 76 especialistas, equipos y perros de rescate.

El terremoto afecta a la ayuda humanitaria en Siria

Otra de las graves consecuencias del terremoto, según ha destacado la Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU (OCHA) es que, al tener su epicentro en el sur de Turquía, una de las ciudades afectadas ha sido Gaziantepun, que es un importante centro de ayuda de la ONU para el norte de Siria.

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En otras ciudades del norte de Siria, como Alepo e Idlib, también se han derrumbado miles de edificios, entre ellos dos hospitales. En esta región habitan millones de personas obligadas a desplazarse por la guerra y las condiciones climatológicas adversas constituyen dificultades añadidas a la hora de rescatar a todos los sepultados bajo los escombros, ya que se han producido fuertes tormentas de nieve en zonas de Siria y Turquía y se esperan temperaturas bajo cero en los próximos días.

Los niños forman parte de la población más vulnerable a las consecuencias de esta catástrofe, y el Gobierno de Ankara ha emitido una petición oficial de ayuda internacional y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha confirmado que estaba preparado para apoyar la respuesta de emergencia.

“Las imágenes que estamos viendo de Siria y Turquía son desgarradoras”, ha declarado Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF. “El hecho de que el terremoto inicial se produjera tan temprano por la mañana, cuando muchos niños dormían profundamente, lo hizo aún más peligroso, y las réplicas conllevan riesgos continuos”.

Es probable que los centros sanitarios y educativos como escuelas y hospitales hayan sido dañados o destruidos por los terremotos, y los daños en carreteras y otro tipo de infraestructuras clave complicará todavía más las labores de búsqueda y rescate y la respuesta humanitaria en general.

Actualizado: 5 de mayo de 2023

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