La colitis ulcerosa es una enfermedad inflamatoria intestinal de causa autoinmune. Afecta sobre todo al intestino grueso, aunque también a otras partes del cuerpo. No tiene cura, pero se pueden tratar sus síntomas.
Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología
Actualizado: 14 de mayo de 2025
La colitis ulcerosa es una enfermedad inflamatoria crónica del intestino que afecta principalmente al revestimiento del colon y el recto. Los síntomas de la colitis ulcerosa pueden variar en intensidad. Las personas que sufren colitis ulcerosa no tienen síntomas la mayor parte del tiempo y pueden realizar una vida cotidiana normal, es lo que se conoce como períodos de remisión y pueden durar meses o incluso años. Pero cada cierto tiempo, y sin poder saber cuándo, presentan brotes de la enfermedad con síntomas muy marcados. Los síntomas más frecuentes en un brote de colitis ulcerosa son:
Diarrea con sangre o pus: es el síntoma más frecuente. La diarrea puede ser frecuente y puede contener sangre o pus.
Dolor abdominal: muchos pacientes experimentan retortijones, dolor abdominal y cólicos, que pueden variar en intensidad y ubicación.
Tenesmo: se siguen teniendo ganas de ir al baño después de defecar, y esto indica inflamación del recto, proctitis.
Sangrado rectal (rectorragia): la presencia de sangre en las heces o al limpiarse después de evacuar es un síntoma característico de la colitis ulcerosa. El sangrado suele ser leve a moderado.
Pérdida de apetito y de peso: la colitis ulcerosa puede llevar a una disminución del apetito, una menor absorción de nutrientes y una pérdida de peso no intencional, incluso una aversión a los alimentos.
Fatiga: muchos pacientes con colitis ulcerosa experimentan fatiga crónica, debilidad y falta de energía.
Anemia: el sangrado crónico puede llevar a una disminución de los niveles de hierro en la sangre y a la aparición de anemia, lo que puede causar debilidad y dificultad para concentrarse.
Fiebre, náuseas, vómitos, dolor en las articulaciones y erupciones cutáneas son otros posibles síntomas de colitis.
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El brote con el que comienza la enfermedad se caracteriza por los mismos síntomas, por lo que puede ser confundido fácilmente con una diarrea infecciosa en un primer momento. Con el tiempo es normal que los enfermos de colitis ulcerosa pierdan peso y que su intestino grueso se vea cada vez más y más afectado. Si la parte más afectada es el recto puede que el síntoma principal sea estreñimiento.
Como apuntan desde el Hospital Clínic de Barcelona, son síntomas indicativos de gravedad: la fiebre, el dolor abdominal y la afectación del estado general con fatiga, pérdida de apetito y de peso.
Complicaciones de la colitis ulcerosa
La mayoría de los enfermos de colitis ulcerosa tendrán una afectación leve o moderada del colon, pero entre un 10-20% sufrirán alguna de las siguientes complicaciones graves:
Hemorragia masiva: durante un brote de colitis ulcerosa es habitual perder algo de sangre a través del recto, pero en ocasiones la pérdida de sangre puede ser enorme. Tanto que el enfermo necesite transfusiones sanguíneas de urgencia.
Megacolon tóxico: sucede cuando el daño del colon es tan grave que deja de funcionar y los gases de su interior comienzan a acumularse dilatándolo. Puede provocarlo alteraciones metabólicas, fármacos, pruebas como la colonoscopia o el propio brote de la enfermedad. En la radiografía de abdomen se observará un colon tan ancho como cuatro dedos de la mano (6-7 cm de dilatación). El tratamiento intentará solucionarlo con antibióticos, corticoides y sueros, pero si en un día no se ha solucionado se deberá realizar una cirugía para extirpar todo el intestino grueso.
Perforación: es la complicación más grave de la colitis ulcerosa. Lo más frecuente es que suceda durante un megacolon tóxico, pero también puede aparecer durante un brote cualquiera. Se debe realizar cirugía de urgencia y la mortalidad es muy alta, hasta el 25% de los enfermos no lo superan.
Cáncer: el riesgo de cáncer de colon es más elevado en los enfermos de colitis ulcerosa que en el resto de los enfermos. Por ello se deben realizar colonoscopias cada 1-2 años para detectar a tiempo la aparición de tumores. Normalmente estos controles de colonoscopias se comienzan a realizar cuando la enfermedad lleva ya 10 años de evolución. Si en una biopsia aparecen alteraciones de la mucosa del colon será obligatorio extirpar todo el colon en un tiempo razonable.
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Por otro lado, la colitis ulcerosa, al ser una enfermedad autoinmune, puede afectar a todos los órganos del cuerpo, como sucede también en la enfermedad de Crohn.
Pioderma gangrenoso: es una alteración de la piel que se asocia con frecuencia a la colitis ulcerosa, aunque puede aparecer en cualquier persona. Aparece una pequeña úlcera con mucho pus en la piel que poco a poco va haciéndose más grande. Es muy frecuente que se confunda con una infección bacteriana y se trate con antibióticos sin resultado. Se trata con corticoides y deja cicatriz con frecuencia.
Colangitis esclerosante primaria (CEP): casi todos los casos están relacionados con la colitis ulcerosa, aunque sólo el 5% de los enfermos de colitis ulcerosa lo presentan. Produce deformación de la vía biliar, los conductos que transportan la bilis desde el hígado al intestino delgado. Las enfermos que tienen CEP tienen todavía mayor riesgo de cáncer de colon y también de sufrir cáncer de vía biliar.
Trombosis venosa profunda: al ser una enfermedad inflamatoria la sangre coagula más fácilmente en las venas. Por eso el riesgo de trombosis venosa profunda y de tromboembolismo pulmonar es mayor que en las personas sanas.