Gastritis
Tu mucosa gástrica puede irritarse por sustancias como los antiinflamatorios, la aspirina, la Helicobacter pylori o el alcohol, causando dolor de vientre, náuseas o inapetencia. Conoce las claves y la dieta para saber cómo evitar la gastritis.

Qué es la gastritis aguda, síntomas y tratamiento

Por: Dr. Miguel Vacas Córdoba

Especialista en Medicina Interna del Hospital Universitario Príncipe de Asturias

Por: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 20 de marzo de 2024

En el torbellino de la vida moderna, con su ritmo acelerado y su constante bombardeo de tentaciones culinarias, no es raro que muchos de nosotros experimentemos en algún momento esa sensación ardiente y molesta en el estómago, un indicio claro de que algo no va bien en nuestro sistema digestivo. La gastritis aguda, una inflamación del revestimiento del estómago que puede surgir repentinamente y causar dolor, náuseas e indigestión, es un mal común que, aunque temporal, necesita atención. Este artículo se adentra en las causas, síntomas y tratamientos de la gastritis aguda, brindando un panorama claro y comprensible sobre esta condición, tanto si te enfrentas a estos síntomas por primera vez como si buscas el modo de prevenir futuros episodios.

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¿Qué es la gastritis aguda?

La gastritis aguda es, en esencia, la respuesta inmediata de nuestro estómago ante un invasor o una agresión. Imagínate que el revestimiento de tu estómago es como un muro protector, diseñado para resguardar el interior de tu cuerpo de los ácidos y sustancias que procesamos al comer. Sin embargo, ciertos factores, como medicamentos, alimentos picantes, alcohol, o incluso estrés, pueden dañar este muro, provocando inflamación, irritación y, en algunos casos, dolor.

La forma principal es la gastritis aguda erosiva o hemorrágica, que se caracteriza además de po la inflamación por la presencia de erosiones (desgaste) en la pared del estómago que afectan únicamente a la mucosa gástrica. ;No obstante, existen otras formas de gastritis aguda que no son hemorrágicas, y que se deben a otros factores causales.

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A diferencia de su pariente cercana, la gastritis crónica, que se instala de manera más lenta y sutil, afectando a largo plazo, la gastritis aguda aparece de pronto, trayendo consigo síntomas que, aunque intensos, son generalmente temporales. Esta distinción es importante porque nos permite comprender no solo cómo tratarnos, sino también cómo prevenir futuros episodios. Mientras que la gastritis crónica puede requerir un manejo más prolongado y, a menudo, una indagación en causas subyacentes más profundas, la gastritis aguda suele responder bien a cambios en la dieta, medicación específica y, sobre todo, a evitar aquellos disparadores que la provocaron.

Causas de la gastritis aguda y factores de riesgo

Las causas y factores de riesgo de la gastritis aguda varían, incluyendo tanto agentes exógenos como situaciones físicas y emocionales específicas. Entre las principales causas y factores de riesgo se encuentran:

  • Gastritis producida por Helycobacter pylori: es una bacteria que infecta la mucosa del estómago produciendo en ocasiones úlceras, inflamación e irritación o algunos tipos de gastritis. Esta infección es una de las causas más habituales de gastritis aguda debido a que H. pylori puede alterar la protección natural del estómago contra el ácido gástrico, dañando así su revestimiento. En muchos casos, las personas infectadas nunca llegan a desarrollar ningún síntoma. Esta bactería puede contraerse por alimentos o agua contaminados o por vómitos, heces o saliva de una persona infectada.
  • Gastritis de estrés: situaciones de gran estrés físico, como traumatismos, quemaduras graves o cirugías hacen que los pacientes con enfermedades graves (politraumatizados, grandes quemados, hipertensión intracraneal, insuficiencia respiratoria grave que requiere ventilación asistida…), específicamente aquellos ingresados en las unidades de cuidados intensivos, puedan presentar úlceras o erosiones que a menudo se manifiestan como hemorragia. Estas lesiones se producen por múltiples causas, entre las que se encuentran la hipersecreción ácida del estómago y la pérdida de los mecanismos defensivos de la mucosa gástrica. Aunque menos frecuente, en estas unidades de pacientes críticos o aquellos con procesos que causan pérdidas sanguíneas o baja tensión arterial como algunas infecciones graves (sepsis), pueden presentar gastritis por baja perfusión sanguínea, por una disminución del riego del estómago. Su aspecto endoscópico es una mucosa negra por la necrosis.
  • Ingesta de medicamentos: el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), como el ácido acetilsalicílico (aspirina) o el ibuprofeno, puede dañar la mucosa gástrica, disminuyendo sus defensas o favoreciendo la producción de ácido clorhídrico.
  • Gastritis por tóxicos: alcohol, cocaína, cáusticos, enzimas producidas por el páncreas, reflujo biliar. Todos estos factores, mediante distintos mecanismos, originan un aumento en la secreción del ácido gástrico superior al que las propias células de la mucosa estomacal pueden tolerar, produciéndose la irritación e inflamación de ésta.
  • Alimentos y toxinas: la ingesta de alimentos muy condimentados, café, y toxinas presentes en algunos alimentos mal conservados pueden irritar la mucosa estomacal.
  • Otras infecciones: además de H. pylori, existen otras infecciones virales, fúngicas o parasitarias que pueden causar episodios agudos de gastritis menos reconocidas, especialmente en personas con el sistema inmunológico debilitado, como aquellas provocadas por el citomegalovirus, el VIH, los enterovirus, algunas bacterias como E coli, y los virus respiratorios. Suelen formar parte de síndromes más generales, no solo gástricos.
  • Reflujo biliar: la presencia de bilis en el estómago puede causar inflamación y síntomas de gastritis. La cirugía para extirpar parte del estómago, como la bariátrica, es la causa más común de este reflujo.
  • Radioterapia abdominal: la exposición a la radiación en el área abdominal puede afectar la mucosa gástrica.Tratamientos oncológicos como los fármacos de quimioterapia también pueden incrementar el riesgo de gastritis.
  • Condiciones de salud preexistentes: pacientes con shock, uremia (niveles elevados de urea en sangre) o cirrosis también tienen un riesgo aumentado de desarrollar erosiones y hemorragias en la mucosa gástrica. También puede estar asociada a la enfermedad de Crohn, la enfermedad celíaca o la sarcoidosis.

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Síntomas de la gastritis aguda

Los síntomas de la gastritis aguda varían mucho de unas personas a otras, y en muchos casos los pacientes permanecen asintomáticos. Los más frecuentes son:

  • Dolor abdominal (dispepsia): dolor de dispepsia o indigestión, sensación de quemazón o dolor punzante que característicamente aumenta con las comidas por la mayor producción de ácido gástrico, mientras que se suele calmar con productos como los lácteos y el reposo digestivo. 
  • Náuseas y vómitos: sensación de malestar estomacal que a menudo precede al vómito, con sabor a la sustancia ingerida, y expulsión del contenido del estómago, que puede incluir sangre si la inflamación es severa.
  • Pérdida de apetito y sensación de plenitud gástrica: sensación de estar lleno rápidamente incluso después de consumir pequeñas cantidades de comida, más frecuente en la gastritis producida por H. pylori.
  • Eructos frecuentes: expulsión de gas del estómago a través de la boca.
  • En los casos más graves, hemorragia digestiva (vómitos con sangre o negruzcos, como los “posos del café”, o deposiciones negras, pegajosas y malolientes llamadas “melenas”). En ocasiones, esta hemorragia digestiva puede ser muy sutil, manifestándose únicamente a través de anemia leve debida a las pequeñas pérdidas de sangre que se producen. 

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Síntomas de la gastritis

Diagnóstico de la gastritis aguda

El diagnóstico de la gastritis aguda generalmente comienza con una revisión de la historia clínica, un examen físico y una analítica de sangre (donde se puede ver anemia) que pueden ayudar a sospechar una gastritis aguda. Pero para confirmar la presencia de inflamación y determinar la causa, el diagnóstico de confirmación de esta es histológico, es decir, es necesario analizar en el microscopio una muestra de tejido del revestimiento del estómago obtenida mediante una gastroscopia. En esta muestra se observan erosiones que afectan únicamente a la mucosa y no afectan a capas más profundas de la pared estomacal.

Además, mediante la toma de mucosa gástrica en la gastroscopia, se puede realizar una determinación de H. Pylori a través de una reacción química rápida para obtener un resultado en minutos. Pruebas para detectar la bacteria Helicobacter pylori, como análisis de sangre, una prueba de aliento, o un análisis de heces, también pueden ser parte del proceso diagnóstico.

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El tránsito gastrointestinal con contraste (mediante una papilla de bario) actualmente no se utiliza, salvo casos excepcionales.

Tratamiento de la gastritis aguda

Existen diferentes opciones para el tratamiento de la gastritis aguda. En ocasiones no es necesario tratarlas, puesto que las gastritis se pueden resolver espontáneamente. Pero en todo caso, te damos a dar las pautas y consejos a seguir para solucionar episodios de gastritis aguda o aliviar sus molestias: 

En primer lugar es importante evitar los alimentos irritantes (café, , alcohol, pimienta, mostaza, vinagre…), comidas muy condimentadas o picantes, alimentos muy ácidos, como los cítricos y sus jugos, productos de tomate, como salsas o jugo de tomate, alimentos grasos y frituras, chocolate, o las sustancias que pueden dañar la mucosa gástrica, como los antiinflamatorios. En la dieta para la gastritis también se aconseja fraccionar las comidas en una menor cantidad evitando la plenitud, así como evitar guisos muy elaborados que inviten a una hiperproducción de ácido gástrico (cocido, fabada, etcétera).

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En cuanto a los antiinflamatorios, en el caso de que sea imprescindible administrarlos, se hará después de las comidas (nunca en ayunas) y con protección mediante omeprazol.

Los fármacos que se pueden utilizar para prevenir la aparición de gastritis y tratarla son los antiácidos, los antagonistas H2 (que disminuyen la secreción ácida del estómago), o el sucralfato. En la actualidad y desde hace décadas, la primera línea de tratamiento para la dispepsia son los inhibidores de la bomba de protones, destacando omeprazol, pantoprazol, rabeprazol, lansoprazol y esomeprazol. Estos fármacos consiguen mantener un pH en el estómago no excesivamente ácido, disminuyendo así los síntomas de la gastritis y facilitando la curación. 

Tratamiento de la gastritis

Ocasionalmente se pueden combinar los antiácidos con antiH2 (ranitidina) o antiácidos con inhibidos de la bomba de protones (omeprazol).

En los casos en los que exista presencia de H Pylori, el tratamiento de estas gastritis agudas debe consistir en la triple terapia con omeprazol o algún otro inhibidor de la bomba de protones, más dos antibióticos (amoxicilina y claritromicina en la mayoría de los casos).

La gastritis mejora a medida que lo hace la situación del enfermo, desapareciendo las lesiones a las 48 horas de la agresión aproximadamente. Cuando aparecen complicaciones como la hemorragia digestiva puede ser necesaria la realización de una gastroscopia, aunque la mayoría de las veces la hemorragia cede de forma espontánea sin necesidad de realizar pruebas invasivas. La cirugía (que generalmente consiste en la extirpación de todo el estómago) presenta una mortalidad muy elevada, y sólo debe utilizarse como último recurso.

¿Cómo se puede prevenir la gastritis aguda?

Prevenir la gastritis aguda implica cambios en el estilo de vida y la alimentación. Esto incluye moderar el consumo de alcohol y evitar el uso prolongado de AINES sin protección estomacal. También es crucial adoptar una dieta equilibrada, evitando alimentos que irriten el estómago. Mantener un peso saludable y evitar el tabaco puede reducir el riesgo. Por último, manejar el estrés mediante técnicas de relajación o ejercicio puede ayudar a prevenir la gastritis.

Pronóstico de la gastritis

El pronóstico para la gastritis aguda es generalmente bueno con tratamiento adecuado. La mayoría de los pacientes experimentan una mejora significativa de los síntomas con cambios en la dieta y medicación. Si se identifica y trata la causa subyacente, como la infección por Helicobacter pylori, la recuperación puede ser completa. Sin embargo, sin tratamiento, la gastritis aguda puede evolucionar hacia complicaciones como úlceras o, raramente, aumentar el riesgo de cáncer gástrico. El seguimiento médico es clave para un buen resultado.

Cuándo consultar con un médico en caso de gastritis aguda

Es importante consultar a un médico si sospechas de gastritis aguda cuando experimentas síntomas persistentes o severos como dolor abdominal intenso, náuseas, vómitos, especialmente si vomitas sangre, o si tienes heces negras o alquitranadas. Buscar atención médica ayuda a determinar la causa subyacente, prevenir complicaciones y recibir el tratamiento adecuado para aliviar los síntomas y evitar daños mayores al estómago. La detección temprana y el manejo de la gastritis son clave para una recuperación efectiva y para mantener la salud gastrointestinal a largo plazo.

La gastritis aguda puede ser tratada por varios tipos de especialistas, dependiendo de la gravedad de tus síntomas, tu historial médico y la causa subyacente de la gastritis. Los especialistas más comunes son:

  • Médico General o Médico de Familia: para casos leves, puedes comenzar consultando a tu médico general o de familia. Ellos pueden realizar un diagnóstico inicial y recomendarte tratamientos básicos.
  • Gastroenterólogo: si la gastritis es persistente, severa, o si hay complicaciones, probablemente te derivarán a un gastroenterólogo. Este es un médico especializado en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades del sistema digestivo, incluyendo el estómago.
  • Internista: los médicos internistas, quienes se especializan en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades en adultos, también pueden manejar casos de gastritis, especialmente si esta está relacionada con otras condiciones médicas.
  • Nutricionista o Dietista: aunque no tratan directamente la gastritis, los nutricionistas o dietistas pueden ser de gran ayuda para ajustar tu dieta y minimizar los síntomas de la gastritis, recomendando alimentos que no irriten el revestimiento del estómago.

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