Luxación o dislocación, cómo actuar
Si un hueso se desencaja de la articulación y no vuelve a su posición natural, se produce una dislocación o luxación. Se trata de una lesión frecuente, por lo que es importante saber cómo actuar en estos casos.

Qué es una luxación o dislocación

Alicia Díaz

Por: Alicia Díaz

Enfermera, experta en Primeros Auxilios

Actualizado: 28 de julio de 2023

El cuerpo humano tiene muchas articulaciones que permiten la movilidad de los miembros, y están formadas por la unión de unos huesos con otros mediante músculos, ligamentos y otros elementos. En situación normal estas piezas encajan perfectamente, pero a veces una de estas partes se separa de la otra y no vuelve a su posición natural, es lo que se llama una dislocación o luxación.

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Qué es una luxación y a qué zonas del cuerpo afecta

En otras plabras, una luxación o dislocación es una lesión en la cual los extremos de dos huesos en una articulación se separan, lo que resulta en la pérdida temporal de la alineación normal de la articulación. Esta lesión puede ocurrir debido a una fuerza traumática repentina, como una caída, un golpe o un movimiento brusco y violento que excede el rango normal de movimiento de la articulación.

Cuando una luxación ocurre, los huesos que forman la articulación ya no están en su posición correcta y, como resultado, los ligamentos que los mantienen unidos pueden estirarse o rasgarse. Esto causa dolor intenso, hinchazón, pérdida de movimiento y deformidad en la articulación afectada. Una luxación puede ser parcial, donde los huesos se desplazan parcialmente de su posición, o completa, donde los huesos se separan completamente.

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Generalmente las articulaciones más comprometidas y sus respectivas causas, como aclara el Dr. Antonio Guaglione Cabrera, especialista en Ortopedia y Traumatología, son la cadera (causada por fuertes impactos en la pierna que hacen palanca y causan la luxación), la rodilla (por una rotación forzada, mal apoyo y traumatismos en cualquiera de sus uniones), el codo (más habituales en niños por caídas cuando empiezan a caminar, o por tirones al agarrarles como el conocido codo de niñera), el tobillo (por traumatismos o pisadas en zonas con desnivel), el hombro (por un mal apoyo o movimientos bruscos), los dedos o la muñeca (por caídas, lesiones deportivas o impactos directos).

En principio las luxaciones no suponen un riesgo vital inminente, pero se deben tratar con celeridad por si hubiese vasos sanguíneos, nervios o músculos afectados. Como apunta el Dr. Gerardo Garcés, Catedrático de Cirugía Ortopédica y Traumatología en la Universidad de Las Palmas, "estas lesiones pueden ser simples cuando sólo implican el daño de los ligamentos de la articulación. Si van acompañadas además de una fractura articular nos encontramos ante una luxación compleja o luxofractura".

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En ocasiones puede ser difícil diferenciar una fractura –que es la rotura de un hueso– de una luxación. Sin embargo, ambas reciben el mismo tratamiento en primeros auxilios, y recibirán atención especial cuando los servicios sanitarios determinen el tipo de lesión que sufre el paciente.

El tratamiento de una luxación generalmente involucra reducir o reposicionar los huesos en su posición normal. Después de la reducción, se puede inmovilizar la articulación con una férula o vendaje para permitir que los ligamentos se recuperen. En algunos casos, puede ser necesario un tratamiento adicional, como terapia física, para recuperar la fuerza y la movilidad de la articulación.

¿Qué es una subluxación?

Hay veces en las que el hueso se desencaja de la articulación pero al momento vuelve a su cavidad, lo que se produce en estos casos es una subluxación, en la que, a diferencia de una luxación completa, los huesos aún tienen cierto grado de contacto, aunque no están en su alineación adecuada.

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Las subluxaciones pueden ocurrir en varias articulaciones del cuerpo, como la columna vertebral, las rodillas, los hombros, las caderas, los dedos y otras articulaciones móviles. Estas pueden ser causadas por diferentes factores, incluyendo traumatismos, tensiones musculares, movimientos bruscos o enfermedades degenerativas.

Los síntomas de una subluxación pueden variar dependiendo de la articulación afectada, pero comúnmente incluyen dolor, inflamación, pérdida de movimiento y sensación de inestabilidad en la articulación. En algunos casos, una subluxación puede causar síntomas nerviosos, como entumecimiento, hormigueo o debilidad, especialmente si afecta a la columna vertebral y comprime nervios.

El tratamiento para una subluxación puede incluir reposo, aplicación de hielo, terapia física, medicamentos para aliviar el dolor e inflamación, y ajustes quiroprácticos (en el caso de subluxaciones vertebrales). En situaciones más graves o complicadas, puede ser necesario recurrir a cirugía para corregir la subluxación

Creado: 12 de marzo de 2013

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