Peste
La peste es una infección zoonótica causada por la bacteria Yersinia pestis, transmitida por pulgas. Aunque las épocas de epidemias ya pasaron, aún se sufre en algunos países. Saber identificarla y prevenirla evitará males mayores.

Tratamiento y prevención de la peste

Fumigar para la prevención de la peste

La peste es una enfermedad de la que se tiene que dar aviso a las autoridades sanitarias.

Por: Dra. Sari Arponen

Doctora en Medicina, especialista en Medicina Interna y experta en microbiota

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

La peste se debe tratar con antibióticos de forma precoz. Es de elección el uso de estreptomicina o gentamicina durante 10 días. Otros antibióticos que se pueden utilizar de forma alternativa son la doxiciclina, el cloranfenicol (de elección en los casos de peste con meningitis) y el cotrimoxazol (de elección en embarazadas y niños). Las quinolonas como el ciprofloxacino o el levofloxacino pueden ser útiles en el tratamiento de la peste, aunque se reservan para los casos en los que no se puedan utilizar los otros antibióticos.

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La peste es una enfermedad de declaración obligatoria cuyo diagnóstico se debe notificar a las autoridades sanitarias. Los pacientes con cualquier forma de peste deben ser aislados hasta confirmar que no tienen neumonía para evitar la transmisión. En los casos de neumonía se debe mantener el aislamiento hasta que el cultivo de esputo es negativo y se haya realizado un tratamiento adecuado durante al menos 48 horas. Las personas en contacto con pacientes que sufren la enfermedad respiratoria deben recibir un tratamiento profiláctico con doxiciclina. Aquellos que hayan estado en contacto con pacientes que tienen la forma bubónica sólo deben recibir tratamiento si desarrollan una enfermedad febril inexplicable.

Consejos para prevenir la peste

Debido a su gravedad, es fundamental tomar ciertas medidas preventivas para evitar los casos de peste. En las zonas endémicas de peste hay que examinar a los animales domésticos de forma regular para detectar pulgas. También es muy importante el control de plagas de roedores, sobre todo en zonas pobladas. Las medidas sanitarias de higiene general ayudan a prevenir la transmisión de la peste a los humanos. Así por ejemplo:

Tratamiento y prevención de la peste

Si te encuentras con algún animal muerto, evita recogerlo o al menos utiliza guantes si es necesario tocarlos. En todo caso, comunica el caso a algún policía local o al funcionario del departamento correspondiente.

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Utiliza repelentes para insectos (con DEET) con el fin de prevenir picaduras de las desagradables pulgas, transmisoras de la yersinia pestis. Igualmente, desparasita a tu mascota con fármacos antipulgas de forma regular, y acude al veterinario si sospechas que pueda estar infectado. En todo caso, es preferible que evites dormir con tu perro o gato par reducir el riesgo de un posible contagio.

En zonas al aire libre, como casas con jardines, cobertizos o similares, es recomendable revisar que no se escondan roedores entre la maleza, las piedras, la basura o la leña. Además, intenta que tu animal de compañía no pasee o cace en zonas donde pueda haber roedores, y mantén su comida fuera de su alcance.

Se desarrolló una vacuna de células muertas, pero su eficacia era dudosa y no se utiliza. Se empleó sobre todo por parte de militares estadounidenses en zonas como Vietnam. Hay mucho interés en desarrollar una vacuna eficaz porque la peste se considera un agente de bioterrorismo de categoría A. Es decir, su uso como arma biológica alarmaría a la población, se transmite de forma fácil, podría tener un gran impacto en la salud pública y causar un pánico intenso en la población. 

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