Raw food o crudismo
El raw food, que se basa en el consumo de alimentos crudos o muy poco procesados, es una tendencia al alza. Te contamos sus beneficios, cómo contrarrestar sus carencias, y consejos para iniciarte en el crudismo.

Beneficios para la salud del raw food y posibles riesgos

Adrián Cordellat, periodista

Por: Adrián Cordellat

Periodista especializado en maternidad y comunicación médica

Actualizado: 5 de mayo de 2023

Como dieta basada en vegetales, el crudismo o raw food tiene muchos beneficios a nivel físico ya que, como indica Joan Carles Montero, miembro de la ONG Alimentacción, “la ciencia y todas las autoridades sanitarias de referencia nos indican que una alimentación saludable debe ser mayormente vegetal”. Este tipo de alimentación, por tanto, tendría entre sus seguidores unas “menores tasas prevalencia de cáncer de colon y próstata”, además de al estar exenta de grasas saturadas, grasas trans, colesterol, y de productos ultraprocesados, reduciría las posibilidades de padecer “diabetes tipo 2, hipertensión, sobrepeso y obesidad, ya que el consumo de azúcares refinados y grasas saturadas de baja calidad es nulo”.

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En la misma línea se pronuncia Daniel Blanco, director del Centro de nutrición y salud Reverde de Alicante, que señala al mayor aporte de micronutrientes, ya que éstos no se ven afectados por el calor, así como al hecho de que los ácidos grasos esenciales “no se vuelven perjudiciales al cocinarse, sino que se mantienen intactos, ayudándonos a regular, por ejemplo, nuestros niveles de colesterol en sangre”.

Gracias a esta dieta, por tanto, nuestro organismo cuenta con “más antioxidantes frente a posibles infecciones bacteriológicas, como un resfriado o una gripe”.

Riesgos de seguir una dieta crudista o crudivegana

Entre las deficiencias del raw food, por su parte, el director de Reverde señala que se trata de una dieta “baja en calorías y proteínas, por lo que deberíamos compensar con frutas más densas y calóricas”. Pese a ello, como argumenta Joan Carles Montero, una dieta vegana puede ser “perfectamente saludable, siempre y cuando esté bien planificada”, lo que requiere “conocer muy bien los alimentos y sus interacciones”, o bien contar con la ayuda de un profesional de la nutrición y la dietética.

Verdura cruda

En el caso de las dietas crudiveganas, se añade un poco de complejidad a esa planificación, “ya que puede llevar a un exceso de fibra, que derive en una dificultad para la absorción de algunos minerales”. En cuanto a la digestión, según el dietista-nutricionista, “hay controversia”, ya que existen personas que practican raw food que tienen buenas digestiones y “lo achacan a la no destrucción de enzimas presentes en los alimentos”, mientras que otras, sin embargo, “padecen de sensación de hinchazón y flatulencias”.

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En todo caso, y aun estando bien planificada, es muy probable que la persona que decida llevar este tipo de alimentación tenga que suplementarse “como mínimo, con vitamina B12”, ya que su procedencia es de origen animal. No obstante, según reflexiona Daniel Blanco, los animales de granja de hoy en día “tienen déficit de esta vitamina” de forma que se suplementan para que su carne sea rica en vitamina B12. “El 90% de la producción mundial de vitamina B12 se destina a los animales. Mejor suplementarnos nosotros que hacerlo a los animales para después comérnoslos. Es más sostenible”, concluye.

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Creado: 15 de febrero de 2017

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