Hipertensión arterial
La hipertensión arterial es el principal factor de riesgo cardiovascular: afecta a casi la mitad de los hombres y a cuatro de cada diez mujeres. Te contamos cómo mantenerla bajo control y cómo se puede prevenir.

Tratamiento de la hipertensión arterial

Por: Dr. Javier Rosado Martín

Médico de familia

Por: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 13 de mayo de 2025

El tratamiento de la hipertensión puede hacerse mediante dos vías, por un lado la adquisición de hábitos de vida saludables, con especial atención a la reducción del consumo de sal, y por otro lado mediante fármacos (antihipertensivos). El objetivo es mantener la presión arterial sistólica por debajo de 120 mm Hg para evitar complicaciones cardiovasculares o de otro tipo ligadas a esta afección tan común.

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Diversos ensayos clínicos han demostrado que bajar la presión arterial sistólica en 10 mmHg o la diastólica en 5 mmHg1 se asocia con beneficios clínicos significativos. Entre ellos, una reducción del 10 al 15% en el riesgo de muerte, una disminución del 20% en los eventos cardiovasculares graves, una caída del 35% en la incidencia de ictus, una reducción del 40% en los casos de insuficiencia cardíaca y cerca de un 20% menos de episodios coronarios.

Tratamiento no farmacológico de la hipertensión

Los tres pilares sobre los que debe asentar tanto la prevención como el tratamiento inicial de la hipertensión (HTA) son la dieta, el ejercicio y el abandono del tabaco. Así como la asunción de otros hábitos saludables:

  • La dieta mediterránea se considera la opción más saludable para este fin. En todos los hipertensos se recomienda una restricción moderada de sal, especialmente en individuos ancianos y de raza negra, que responden mejor a la disminución de sal. Por tanto, el consumo de sal no debe superar los 3-4 g/día, considerando también los alimentos con “sal oculta”, no sólo la que incorporamos en su elaboración. Igualmente, la reducción de peso si este fuera excesivo también es un aspecto fundamental, si bien una reducción de 5-10%, al menos como planteamiento inicial, puede ser un objetivo mucho más asequible que intentar conseguir el peso ideal. Incluso reducir entre un 3 y un 5% tu peso puede mejorar la presión arterial2.
  • La dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension) es otra buena opción dietética para conseguir la ansiada reducción de ingesta de sal en tus menús diarios. Su objetivo es reducir los niveles de sodio en la alimentación por debajo de 3,3 g (en la dieta DASH normal) o de 1,5 g cuando hablamos de la dieta DASH baja en sodio. Por otro lado, se incrementa la ingesta de minerales con potencial para mejorar los niveles de presión arterail como potasio, calcio y magnesio. Para seguirla se priorizan las verduras y frutas de temporada, las legumbres, cereales integrales, frutos secos y semillas, una mayor ingesta de lácteos, y se opta por pescados y carnes bajas en grasa. En este enlace tienes raciones, consejos y un menú para poner en práctica la dieta DASH.
  • El ejercicio moderado y ajustado a cada individuo debe ser la herramienta para combatir el sedentarismo y la obesidad, directamente involucrados en la aparición de hipertensión. Para frenarlos se recomienda una media de 30 minutos de actividad aeróbica diaria (andar a paso ligero, nadar, correr, montar en bicicleta…). Así, se estima que practicar actividades aeróbicas puede reducir la presión arterial alta entre 5 y 8 mm Hg3. Otras actividades, como el yoga, el pilates, e incluso el fútbol, puedes ayudar a controlar la presión arterial. Además, practicar ejercicio físico reduce la presión arterial nocturna, clave pues para reducir el riesgo cardiovascular. En este enlace tienes algunos ejercicios ideales para hipertensos.
  • Finalmente, el tabaquismo debe abandonarse con firmeza si se quiere prevenir la enfermedad cardiovascular en general, y la hipertensión arterial en particular. En este enlace puedes descubrir cómo mejora todo tu cuerpo al dejar de fumar.
  • Controlar el estrés es importante para mejorar la saluda física y mental y aprender a relajarse. Igualmente, es clave tener un sueño de calidad, de entre 7 y 9 horas de sueó diarias, con una rutina regular a la hora de acostarse.

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Lógicamente, hay otros factores de riesgo que no se pueden modificar4, hablamos de los antecedentes familiares de hipertensión, tener más de 65 años o padecer enfermedades concomitantes, como la diabetes y la insuficiencia renal. En estas personas, es particularmente importante que eviten los factores de riesgo vinculados con malos hábitos (sedentarismo, tabaco, obesidad) o una dieta inadecuada (demasiada sal o grasas saturadas, pocas frutas y verduras…), e incluso la exposición prolongada a la contaminación atmosférica.

Andar para reducir la hipertensión arterial

Tratamiento farmacológico de la hipertensión

El beneficio del tratamiento farmacológico es máximo en los pacientes de alto riesgo, es decir, los que tienen cifras de presión arterial más altas, o los que presentan otros factores de riesgo asociados, como tabaquismo, diabetes, colesterol, obesidadEn la actualidad existen muchas y muy diferentes opciones terapéuticas para tratar la hipertensión. No olvidemos que la dieta, el ejercicio y el abandono del tabaco son las primeras medidas a tomar, y que se deben mantener a pesar de iniciar un tratamiento con fármacos.

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Existen diferentes tipos de fármacos antihipertensivos5, como:

  • Diuréticos: como hidroclorotiazida, clortalidona, furosemida. Favorecen la eliminación de sodio y agua por los riñones, reduciendo el volumen sanguíneo y la presión arterial. Económicos y de fácil manejo, sus diversos efectos secundarios les han hecho perder protagonismo6 respecto a otras opciones.
  • Inhibidores del sistema renina angiotensina (IECA): Enalapril, ramipril, lisinopril. Inhiben la conversión de angiotensina I en angiotensina II, una sustancia vasoconstrictora, promoviendo la vasodilatación y disminución de la presión.
  • Antagonistas de los receptores de angiotensina (ARA-II): Losartán, valsartán, candesartán. Bloquean los receptores de angiotensina II, impidiendo su efecto vasoconstrictor y su acción sobre la retención de sodio.
  • Calcioantagonistas: Amlodipino, nifedipino, verapamilo, diltiazem. Inhiben la entrada de calcio a las células del músculo liso vascular y cardíaco, produciendo vasodilatación y disminución de la contractilidad.
  • Betabloqueantes: Metoprolol, bisoprolol, atenolol, carvedilol. Bloquean los receptores beta-adrenérgicos, reduciendo la frecuencia cardíaca y la fuerza de contracción del corazón, lo que disminuye el gasto cardíaco.
  • Alfabloqueantes: Doxazosina, prazosina. Bloquean los receptores alfa-1 adrenérgicos, provocando vasodilatación periférica.
  • Centrales simpaticolíticos (agonistas alfa-2): Metildopa, clonidina, moxonidina. Actúan en el sistema nervioso central bloqueando señales cerebrales que pueden elevar la frecuencia cardiaca7 y estrechar los vasos sanguíneos, para disminuir el tono simpático y reducir la presión arterial. 
  • Vasodilatadores directos: Hidralazina, minoxidil. Relajan directamente el músculo liso vascular.

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El médico indicará el tratamiento que considere más apropiado a las circunstancias concretas del paciente para el control de la presión arterial, habitualmente con una sola pastilla. Este puede ser el tratamiento a largo plazo de un hipertenso, aunque en aquellos en los que no se consiga el objetivo, o en los que aparezcan algunas de las complicaciones descritas, se añadirán otros fármacos. 

Alimentación para reducir la hipertensión arterial

Asimismo, debe complementarse el tratamiento de la HTA con el de otras circunstancias que acompañen al afectado, como la diabetes, la hipercolesterolemia o las enfermedades cardiacas o renales que puedan ir apareciendo.

El cumplimiento del tratamiento es de vital importancia, pues la reducción del riesgo de sufrir complicaciones va estrechamente ligada a las cifras de presión arterial. Y no debemos abandonar el tratamiento una vez conseguidas cifras normales. En el caso de que se presenten efectos secundarios, estos suelen ser leves, pero si hay dudas es imprescindible consultar con el médico antes de modificar o suspender el tratamiento.

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Tratamiento de la hipertensión arterial secundaria

Cuando se detecte la estenosis o estrechez de una arteria renal como causa de hipertensión arterial, la colocación de un stent puede ser la solución definitiva de ese paciente.

De igual forma, si existiera un tumor en las glándulas suprarrenales como causa de HTA, la intervención quirúrgica para su extirpación conseguiría el control de la enfermedad, incluso sin necesidad de medicación.

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  • 1
    J.A. García-Donaire. «Guía práctica Sobre El diagnóstico Y Tratamiento De La hipertensión Arterial En España, 2022. Sociedad Española De Hipertensión - Liga Española Para La Lucha Contra La Hipertensión Arterial (SEH-LELHA)». Hipertensión Y Riesgo Vascular, vol. 39, n.º 4, Elsevier BV, 2022, pp. 174–194+, doi:10.1016/j.hipert.2022.09.002.
  • 2
    «Tratamiento». NHLBI, NIH, https://www.nhlbi.nih.gov/es/salud/presion-arterial-alta/tratamiento.
  • 3
    «Diez maneras De Controlar La presión Arterial Alta Sin Medicamentos». Mayo Clinic, https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/high-blood-pressure/in-depth/high-blood-pressure/art-20046974.
  • 4

    World Health Organization: WHO. “Hipertensión.” World Health Organization: WHO, 20 June 2019, https://www.who.int/es/health-topics/hypertension#tab=tab_3.

  • 5
    «Presión Arterial». Fundación Española Del Corazón, https://fundaciondelcorazon.com/prevencion/riesgo-cardiovascular/hipertension-tension-alta.html.
  • 6

    Bragulat, E., and MT Antonio. “Tratamiento Farmacológico de La Hipertensión Arterial: Fármacos Antihipertensivos.” Medicina Integral, vol. 37, no. 5, Mar. 2001, pp. 215–21.

  • 7
    «Types of Blood Pressure Medications». Www.heart.Org, https://www.heart.org/en/health-topics/high-blood-pressure/changes-you-can-make-to-manage-high-blood-pressure/types-of-blood-pressure-medications.

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