Cómo bañar a tu perro

El baño del perro en casa no es un jeroglífico, pero es importante saber cómo hacerlo, así como las conductas o productos a evitar para hacer de esta experiencia un momento agradable y libre de peligros.
Cómo bañar a tu perro

Una simple rutina de aseo puede contribuir a mantener un buen estado de salud de tu perro.

Por: Diana Oliver

Periodista especializada en vida sana, maternidad e infancia y mascotas

Actualizado: 25 de abril de 2025

El baño del perro es un hábito que debe incorporarse a nuestra rutina de cuidados junto a una correcta higiene dental, una alimentación saludable y algo de ejercicio diario. De esta forma le estaremos ofreciendo a nuestra mascota no sólo el bienestar y la calidad de vida que merece, sino mayores posibilidades de aumentar su longevidad.

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Pero no todos los perros consideran la hora del baño una experiencia agradable, por lo que seguir ciertas pautas y recomendaciones puede servirnos para que nuestra mascota acabe incorporando con normalidad esta costumbre saludable. Te contamos todo lo que debes saber para emprender con éxito el baño del perro.

¿Por qué es importante bañar a tu perro?

El baño con agua templada y un jabón especial debe ser un hábito de higiene para nuestro perro. El motivo del aseo no es otro que la eliminación de la suciedad que se va depositando sobre el pelo y la piel de nuestras mascotas durante los paseos, el ejercicio y los juegos con otros canes. Dicha suciedad puede producir malos olores pero también cierto malestar para el animal (picores) e incluso enfermedades externas provocadas por bacterias, por lo que estableciendo una simple rutina de aseo podremos contribuir en gran medida a mantener un buen estado de salud del animal y, por ende, su bienestar. Además, el momento del baño puede ser una buena forma de pasar un rato con nuestra mascota y estrechar con ello nuestra relación.

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Bañar a tu perro

Hay que tener en cuenta que nuestro perro no se ensucia igual que nosotros, ya que el mecanismo de protección de su piel funciona de forma muy diferente: las glándulas sebáceas segregan un film hidrolipídico para protegerle de la entrada de microrganismos. A diferencia de la piel humana, la suya no cuenta con glándulas sudoríparas, sino que la sudoración se produce únicamente por medio de las zonas sin pelo y del jadeo. Tampoco podemos olvidar que los poros de su piel son más grandes que los que componen la piel humana por lo que son más proclives a las infecciones, especialmente si se trata de una raza con muchos pliegues.

¿Todas las razas de perro necesitan realmente una rutina de baño? Sí. Independientemente de la raza, y por tanto del tamaño y del tipo de pelaje que tengan, es conveniente que todos los perros tengan asignada una rutina de aseo enmarcada en sus cuidados. Es cierto que existen familias caninas más propensas a ensuciarse o predispuestas al mal olor, ya sea por su propia anatomía, su actividad o su personalidad. Es el caso, por ejemplo, del bulldog inglés o del mastín, razas más proclives al comúnmente conocido “olor a perro” y que no es más que el olor que utilizan para relacionarse con otros animales. El aroma canino es más acusado en la zona que rodea el ano, las almohadillas de las patas y las orejas, ya que en ellas se concentran la mayoría de las glándulas encargadas de emanar su característico olor. Por supuesto, en el caso de una hediondez excesiva debemos valorar si se trata de falta de higiene o de alguna enfermedad canina.

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Cada cuánto tiempo debes bañar a tu perro

Ponerse de acuerdo sobre la frecuencia de los baños del perro es un tema más complicado. Si bien algunos expertos consideran que el baño se debe llevar a cabo sólo cuando el animal realmente lo necesita y no por norma para no dañar el manto del mismo, como cuando se ha ensuciado en un charco; otros señalan que la asiduidad de los baños dependerá siempre del estilo de vida del animal y de la necesidad de hacerlo o no.

Según este último argumento, no necesitará la misma higiene un animal que vive en un piso en la ciudad y sale a correr al parque dos veces al día que uno que vive a la intemperie o que pasa largos períodos en el campo. Tampoco será lo mismo para un perro de pelo largo que para uno de pelo corto. El primero puede necesitar un baño al mes, pero el segundo probablemente aguantará perfectamente sin pasar por la bañera hasta dos y tres meses.

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Cuándo y cómo lavar a nuestro perro

Al bañar a tu perro debes intentar evitar que el jabón entre en contacto con los ojos y que el agua se introduzca en los oídos.

Cuándo y cómo lavar a nuestro perro: productos necesarios 

No es aconsejable bañar al perro antes de los tres meses de vida, pero tampoco hay motivo para retrasarlo más. A partir de esa edad, y siempre una semana después de haber concluido con el calendario inicial de vacunación del animal, lo ideal es que el perro se vaya acostumbrado a la rutina del baño y lo relacione con un momento de mimos y juegos junto a su dueño. En definitiva, como un momento placentero.

Será crucial que esos primeros aseos sean tranquilos, agradables y que no se conviertan en una mala vivencia para el can. Para ello debemos elegir un lugar adecuado a su reducido tamaño (un barreño o la pila del lavabo pueden ser buenas elecciones) y que la caída del agua y el jabón no le produzca sensación de indefensión. Movimientos suaves y emplear un lenguaje cariñoso y tranquilo ayudarán al cachorro a sentirse seguro.

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Como decimos, para el baño del perro debemos elegir un lugar adecuado a las características del animal para que éste se sienta seguro. Basta con que no sea muy pequeño o claustrofóbico. En el caso de optar por la bañera hay que evitar que se resbale. Para ello podemos emplear una alfombrilla antideslizante. Prepararemos el agua, que siempre debe ser templada (39º) para que el perro permanezca tranquilo y realmente se sienta bien.

Empezaremos el baño por la cabeza evitando, en la medida de lo posible, que el jabón entre en contacto con los ojos y que el agua se introduzca en los oídos. Podemos limpiar con cuidado la parte externa de las orejas del perro, pero siempre eludiendo el interior. A continuación, enjabonamos masajeando con fuerza el resto del cuerpo: el lomo, las patas, la parte trasera, su vientre y el tórax. Aclaramos con abundante agua y tratamos de escurrir con las manos el exceso de agua desde la cabeza hasta las patas y la cola. Puede que el perro se sacuda en este momento enérgicamente por lo que debemos estar preparados para las salpicaduras.

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Facilitará mucho las cosas tener una toalla a mano y cubrir al animal con ella. Para completar el secado podemos ayudarnos de un secador, aunque el ruido es algo que quizás puede asustarle y desagradarle. Que el contacto con el aparato sea gradual puede facilitar las cosas. Siempre, eso sí, lo utilizaremos a una distancia razonable de no menos de 30 centímetros para evitar que el aire del secador le queme. Tras el secado, lo más importante es un buen cepillado final para terminar de desenredar el pelo.

Cuando bañar a tu perro

Productos para la higiene de tu perro: qué necesitáis

Nunca debemos emplear nuestro jabón para bañar al can ya que la piel humana tiene un pH que no llega al 5.5 mientras que el pH canino ronda el 7.5. Por ello es importante usar un jabón específicamente formulado para perros de modo que evitemos a nuestra mascota problemas de tipo dermatológico como heridas o irritaciones como consecuencia de una gran diferencia de acidez. Es fácil encontrar una amplia gama de productos diferentes según el tipo de piel y el tipo de pelaje del perro y que no son mucho más caros que lo que pueda ser el precio de un gel para nosotros.

Tras el baño podemos seguir con una pequeña rutina de observación del estado tanto de las uñas como de la salud bucodental del animal. En el caso de las uñas, hay animales a los que es recomendable cortárselas si no las han desgastado, ya que de lo contrario podría ocasionarles heridas y molestias al caminar. En el mercado encontramos tijeras especiales destinadas a tal fin.

En cuanto a la salud bucodental de tu perro conviene que sea algo que no pasemos por alto, así que el momento del baño puede ser la ocasión perfecta para no olvidarnos de echar un vistazo a los dientes y encías del animal.

Qué hacer si a tu perro no le gusta bañarse

A partir de los tres meses del perro puedes empezar con la rutina de los baños para que se vaya familiarizando con el agua y el jabón.

Consejos para actuar si a tu perro no le gusta bañarse

Pese a que el baño debe formar parte de la rutina de cuidados del perro, para algunos animales este momento no es agradable: les produce rechazo, nerviosismo o miedo. Sólo acercarse a la bañera ya les produce pavor. Éste no es un temor innato sino aprendido a raíz de una experiencia negativa con el medio acuático o por ausencia de contacto con el mismo. No existe de forma natural el pánico canino por el agua.

¿Qué hacer entonces cuando esto sucede? En nuestra actitud y en las medidas que adoptemos para acabar con esta situación están las claves para conseguir que el animal acepte el aseo como una experiencia agradable y no como un momento incómodo. Hay algunas recomendaciones que nos pueden servir para conseguirlo:

  • Lo ideal es empezar desde que es un cachorro de modo que se familiarice con el agua y el jabón. A partir de los tres meses del perro podemos comenzar con la rutina de baños prestando siempre, eso sí, especial atención para que no le resulte un momento desagradable.
  • Tener paciencia y tranquilizar al can durante el baño si éste siente temor será fundamental si queremos que supere su rechazo al agua. Ponernos nerviosos y gritarle sólo va a empeorar las cosas o a mantenerlas en el tiempo. Mejor ofrecerle una buena dosis de mimos y caricias.
  • Mantener en todo momento una temperatura correcta del agua también es imprescindible. Debe rondar los 39º C, que es la temperatura del cuerpo del animal. De esta forma, evitaremos que al perro le dé sensación entrar en el agua o, lo que es lo mismo, que el cambio brusco de temperatura le produzca rechazo.
  • Para que tu mascota asocie el baño a un momento divertido es positivo transformar el emplazamiento del aseo canino en una zona de juego. Podemos disponer algunos de sus juguetes de goma favoritos de forma que tome confianza.
  • El momento del aclarado debe ser suave y gradual. Es conveniente no emplear directamente el grifo de la ducha, sino ir vertiendo el agua sobre el cuerpo de tu mejor amigo poco a poco. Nos puede ayudar en esa labor un pequeño recipiente.
  • Utilizar premios comestibles para recompensar al perro cuando entre en la bañera o permita que le echemos agua también puede ser un buen recurso para conseguir que nuestro can pierda el temor al momento del aseo.

Creado: 9 de septiembre de 2016

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