Por qué en las guarderías alemanas dejan a los niños sin juguetes

Un desarrollo sano de las habilidades sociales y personales desde la infancia podría prevenir conductas adictivas futuras. Para lograrlo, algunas escuelas infantiles alemanas han optado por retirar los juguetes de las aulas.
Niños pintando en una guardería alemana
Con esta práctica pretenden que los niños aprendan a gestionar el aburrimiento y la frustración.

En algunas escuelas infantiles en Alemania no hay juguetes siempre disponibles para los niños. Y no por una cuestión económica. Son las toy-free kindergarten, guarderías y jardines de infancia para niños de entre tres y seis años en las que se retiran los juguetes durante varias semanas consecutivas para que sean los propios pequeños los que decidan a qué jugar. ¿El objetivo pedagógico final? Mejorar las habilidades psicosociales de los niños con el fin de disminuir el riesgo de que tengan conductas adictivas en el futuro.

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Según la teoría, cuando los niños no disponen de juguetes a su alcance tienen una oportunidad mayor de desarrollar sus propios juegos y sus competencias psicosociales: los niños aprendan cómo hacer frente a la frustración y al aburrimiento, juegan más y mejor juntos, practican la empatía, son más creativos y resuelven mejor los problemas que pueden surgir en el día a día. Todo ello repercute directamente en un saludable desarrollo personal y en el incremento de la autoestima, lo que se traduce en una menor probabilidad de caer en adicciones como las drogas.

Algunas escuelas infantiles alemanas retiran completamente los juguetes durante semanas para fomentar las habilidades sociales y personales de los niños

El mecanismo es sencillo: se retiran los juguetes durante tres meses tras una previa y clara explicación de los profesores de lo que va a ocurrir a continuación. Después, y una vez que comienza el periodo libre de juguetes, los docentes tan solo pueden observar el juego pero nunca dirigir a qué deben jugar.

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Libres de juguetes, ¿libres de adicciones?

Esta iniciativa viene de la década de los ochenta del siglo XX, cuando en el distrito Weilheim-Schongau (uno de los 71 que forman el estado alemán de Baviera) se lleva a cabo una extensa investigación sobre la adicción a las drogas. Es a través de ella que los investigadores encuentran tras trabajar con adultos con problemas de adicción que, en la mayor parte de los casos, el origen del problema se hallaba en sus primeros años. A raíz de esto, ya en los noventa, nacía de la mano de la asociación contra la drogadicción Aktion Jugendschutz, el proyecto ‘Libre de juguetes’; que rápidamente se extendió por toda Alemania y también a otros países vecinos como Suiza y Austria. A día de hoy son cientos las escuelas que lo han implantado con normalidad.

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Este proyecto que ha cumplido más de treinta años no está exento de polémica. A finales de los noventa, varios psicólogos criticaban públicamente la iniciativa de las escuelas infantiles libres de juguetes por carecer de evidencia científica. Algunos especialistas, incluso, manifestaron que podría ser perjudicial a largo plazo por someter a los niños a elevados niveles de estrés innecesarios.

Como consecuencia de ese ataque, algunas escuelas infantiles libres de juguetes decidieron encargar estudios independientes que comprobaran si realmente este tipo de iniciativas eran tan perjudiciales para los niños a largo plazo. Dichas investigaciones, de tipo observacional, concluyeron que los niños que habían disfrutado de periodos libres de juguetes mostraban un incremento en la interacción social, la creatividad, la empatía y las habilidades comunicativas. El debate, sigue abierto, y en las escuelas infantiles libres de juguetes continúan con un proyecto cuanto menos, curioso.

Actualizado: 4 de mayo de 2023

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