Beneficios del teatro para los niños
Actualizado: 4 de mayo de 2023
El teatro no debería limitarse a las lecturas recomendadas por la escuela o las excursiones programadas cada curso. Más allá, hay un sinfín de posibilidades para que los más pequeños disfruten del teatro como público, pero también como actores. Y es que, gracias a la práctica de teatro durante la infancia y la adolescencia se pueden desarrollar determinadas habilidades emocionales y sociales que pueden ser muy útiles para la vida.
Además, se trata de una actividad muy enriquecedora a nivel cultural que puede abrir la puerta al amor por los libros y la lectura. Dos expertas en educación nos explican desde qué edad pueden empezar a practicar teatro los niños y niñas, qué beneficios les aporta y cómo podemos introducirlo en sus vidas.
Cuándo pueden comenzar los niños a hacer teatro
Desde aproximadamente los seis meses de vida los niños y niñas pueden asistir al teatro con su familia. El teatro es emoción, es creatividad y es fascinación, y todas estas experiencias no tienen edad. Eso sí, deben estar especialmente adaptadas para bebés y niños pequeños tanto en lo que se refiere al espacio, como al montaje y el argumento: obras de teatro sencillas, muy visuales, que le den un gran protagonismo a las luces, los colores y la música. Su duración no debe superar los 30 minutos, ya que es difícil que los bebés mantengan la atención mucho más allá de este tiempo. Hoy existe una amplia variedad de obras de teatro para este público, de entre los seis meses y los tres años, en la mayoría de ciudades.
Según diversas pedagogías, como la pedagogía Montessori, durante los seis primeros años de vida se producen los mayores aprendizajes de la vida. Es un momento de vital importancia porque los niños y niñas aprenden “sin esfuerzo”, de forma natural. Aprovechar esta capacidad puede ser muy interesante, pero también lo es acompañar y respetar los tiempos de los hitos evolutivos. Así, no será hasta los dos años cuando aparezca el juego simbólico; que no es otra cosa que pequeñas “representaciones” de la vida cotidiana. ¿Es este el momento de comenzar a hacer teatro? Aún no.
Para Inés Hijosa, profesora y pedagoga especializada en dificultades de aprendizaje, los niños y niñas pueden comenzar a partir de los cinco o seis años; ya que este es el momento en el que suelen estar preparados para ello. “Aunque se puede comenzar antes, sin embargo, antes de esa edad lo harán más por imitación del adulto que les instruye que por tener capacidad de interpretar algún papel”, señala la experta.
Qué beneficios aporta el teatro al desarrollo de los niños y niñas
Practicar teatro puede ser una actividad lúdica muy interesante, ya que permite a niños y adolescentes pasárselo bien de un modo sencillo y sano, pero también por los numerosos e importantes beneficios que actuar o ensayar les aporta. A nivel emocional, según Inés Hijosa, el teatro puede aumentar su autoestima, les puede ayudar a desarrollar el sentido de pertenencia a un grupo (“esto será especialmente útil para los niños introvertidos y solitarios”) y a vencer la timidez, “pues al interpretar un papel pueden ser capaces de expresar sentimientos y emociones que son de un personaje, pero no propios, lo que les irá preparando para reconocer las emociones y sentimientos propios de forma más sencilla”.
¿Qué hay de cierto en que a un niño “tímido” le puede venir bien hacer teatro? Responde Hijosa que, aunque es cierto por los motivos que ha señalado, “hay niños tímidos que no son capaces de lanzarse a interpretar y es importante no forzarles”.
Lidia Gascón, maestra de Educación Especial en el colegio Pérez Urruti de Murcia y autora del blog Srta Wabisabi, añade a lo anterior que el teatro ayuda a niños y niñas a potenciar cualidades como la expresión corporal, la memoria, el sentido espacial, la sensibilidad artística y la capacidad de hablar en público. Además, recuerda que el teatro permite a los niños la posibilidad de:
¿El teatro pedagógico puede ser interesante a nivel educativo como metodología de enseñanza? La respuesta para Gascón es un rotundo sí porque, según la maestra, se trata de una estrategia pedagógica, lúdica, motivadora, transversal y, por supuesto, multidisciplinar. “Con el teatro se mantiene a los alumnos motivados, mejorando así su autoestima personal, la capacidad de memorización, atención, autocontrol, empatía y habilidades sociales. Y lo que más me gusta es que es una práctica inclusiva en la que cada uno de los niños puede tener un papel y formar parte de la obra”, señala.
De hecho, Lidia Gascón habla desde la experiencia, ya que forma parte del grupo de teatro del centro de Educación Especial Pérez Urruti. Desde el curso escolar 2014 hasta el presente han trabajado cinco obras. “La idea del proyecto de teatro nació durante las sesiones de Audición y Lenguaje, considerando que ésta era la mejor manera de trabajar el área pragmática del lenguaje, de una manera lúdica, divertida y con mayor éxito, resultando muy motivadora para el alumnado. A los chicos les anima mucho pensar que un día podrán representar la obra que preparan durante todo el curso delante de un público”, explica.
Ideas para experimentar el teatro con niños
Para que niños, niñas y adolescentes hagan teatro hay un montón de opciones, tanto en casa como en la escuela o fuera de ella. Se puede comenzar utilizando marionetas cuando son más pequeños, y continuar con la práctica si vemos que el niño o la niña está interesada en el teatro a través de un grupo o una actividad extraescolar. Recopilamos algunas ideas que pueden ser prácticas para que los más pequeños se inicien en esta actividad y experimenten sus primeros pasos en el teatro:
En casa podemos hacer pequeñas escenificaciones con marionetas desde que son bebés, y, después, cuando ya tienen alrededor de los dos años, animarles también a que participen de este juego siendo alguno de los personajes. Basta con animarles y que puedan moverlas, hacer ruidos…
Los juegos de mímica son muy interesantes porque permiten a los niños desarrollar la imaginación, la expresividad corporal y la creatividad. En el mercado hay un sinfín de propuestas presentadas en forma de tarjetas, pero si queremos prescindir de este gasto, podemos hacerlo nosotros. Basta con escribir cosas, objetos, animales o acciones en pequeños papeles o cartulinas, darles la vuelta y que el niño o la niña escojan al azar uno. Deberá explicar de qué se trata sin emitir sonidos, sólo a través de gestos y movimientos.
La música también es muy importante y a la mayoría de niños les encanta. Si no sabemos tocar un instrumento podemos inventar bailes, cantar nuestras canciones preferidas o inventar canciones nuevas.
En casa también podemos organizar una pequeña obra de teatro, bien sea inventada o adaptada de algún cuento que conozca. Podemos hacer uso de disfraces y maquillajes y representarla después frente a amigos y familiares.
A partir de los cinco años es interesante plantear ejercicios de vocalización, ya que este aspecto es fundamental a la hora de interpretar. A modo de juego se trata de pronunciar diversas palabras alargando las sílabas. Pueden elegirlas ellos mismos o las podemos plantear nosotros subiendo el nivel de dificultad cada vez. Si al niño o la niña le gusta el teatro, esta práctica será importante de cara a practicar teatro a futuro.
En los centros culturales, centros con oferta de extraescolares y en algunos colegios, se ofertan habitualmente clases de teatro. Si a nuestro hijo o hija le gusta, es muy recomendable animarle a participar en estas actividades con otros niños de edades similares.
También hay grupos de teatro más profesionalizados para niños y niñas de hasta 12 años. Suelen ofertarse a iniciativa de teatros o centros de interpretación. En estos casos los equipos de profesores disponen de una gran experiencia y preparación, por lo que puede ser una opción fantástica si hay un gran interés por hacer teatro de forma lúdica pero quizás con vistas a la profesionalización.
Creado: 16 de julio de 2021