Mejorar el estado físico reduce un 35% el riesgo de cáncer de próstata

Un estudio realizado en más de 57.000 hombres de Suecia encuentra que un aumento en la aptitud física del 3% o más al año se correlaciona con hasta un 35% menos riesgo de desarrollar un cáncer de próstata.
Hombre joven preparándose para hacer ejercicio

05/02/2024

El sedentarismo es uno de los cinco factores de riesgo de cáncer que es posible modificar, según destacan desde la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), y cada vez hay más evidencias científicas que demuestran los beneficios que tiene la práctica de ejercicio físico para prevenir esta y otras enfermedades, así como para mejorar el pronóstico de los pacientes que ya han sido diagnosticados, como explica Javier S. Morales, experto en ejercicio y cáncer infantil y autor de ‘El ejercicio: un muro contra el cáncer’.

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Ahora, una nueva investigación realizada por especialistas del Departamento de Actividad Física y Salud de la Escuela Sueca de Ciencias del Deporte y la Salud GIH, en Estocolmo, ha revelado que los hombres que mejoran su condición física y, en concreto, consiguen un aumento de al menos un 3% anual en su aptitud respiratoria pueden reducir hasta un 35% su riesgo de desarrollar un cáncer de próstata.

La aptitud cardiorrespiratoria es un factor que mide cómo el corazón y los pulmones suministran oxígeno a los músculos durante el ejercicio. Los resultados del estudio se han publicado en British Journal of Sports Medicine (BJSM) y demuestran lo importante que es intentar mejorar la condición física para prevenir este tipo de cáncer ha señalado Kate Bolam, investigadora del GIH y primera autora del trabajo.

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Asociación entre la condición física y el desarrollo de cáncer

Los investigadores analizaron los datos de 57.652 varones que formaban parte de la población activa sueca y completaron dos pruebas de aptitud física en bicicleta en las que se midió la cantidad de oxígeno que consumían durante la realización de ejercicio vigoroso en relación con una evaluación de su perfil de salud en algún momento entre los años 1982 y 2019.

Los datos se obtuvieron de la empresa de salud HPI, Health Profile Institute. En promedio, transcurrieron 4,9 años entre las dos pruebas de aptitud física. Además de la prueba de aptitud física, se midieron el peso, la altura y la presión arterial, y los participantes contestaron a preguntas sobre su estilo de vida y la salud percibida.

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Tras la última prueba de aptitud física, los hombres fueron seguidos en los registros nacionales durante un promedio de 6,7 años, y se comprobó así que 592 hombres (el 1%) desarrollaron cáncer de próstata y 46 (0,08%) fallecieron a consecuencia del cáncer de próstata. Se excluyó a los hombres que enfermaron por cáncer de próstata antes de la última prueba de aptitud física. Los participantes también se dividieron en tres grupos: aquellos cuya condición física se deterioró en un 3% o más por año, aquellos cuya condición física aumentó en un 3% o más por año y aquellos cuya condición física permaneció estable (-3% a +3% por año).

Los hombres cuya condición física había mejorado en un 3% o más por año tenían un riesgo un 35% menor de desarrollar cáncer de próstata, en comparación con el grupo cuyo estado físico había empeorado

Los investigadores comprobaron que “un aumento porcentual anual en la aptitud cardiorrespiratoria absoluta se asoció con un riesgo un 2% menor de cáncer de próstata, pero no de muerte, después de tener en cuenta factores potencialmente influyentes, como la edad, el nivel educativo, el año de la prueba, el peso (IMC) y el tabaquismo”. Además, aquellos cuya condición física había mejorado en un 3% o más por año tenían un riesgo un 35% menor de desarrollar cáncer de próstata, en comparación con el grupo cuyo estado físico había empeorado.

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“Lo novedoso es que en un grupo grande de hombres pudimos investigar los cambios en el estado físico entre dos mediciones repetidas y el riesgo de cáncer de próstata. En estudios anteriores, la aptitud física generalmente se estudió en un momento determinado, y luego una mayor aptitud física a menudo covarió con un mayor riesgo de cáncer de próstata en particular”, ha explicado Elin Ekblom Bak, profesora asociada del GIH y otra de las autoras del estudio.

“Sin embargo, es importante señalar que este es un estudio llamado observacional y no podemos establecer una relación de causa y efecto. Un factor importante que no hemos podido investigar es la importancia de la genética en este contexto”, concluye Kate Bolam.

Actualizado: 5 de febrero de 2024

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