La terapia cognitivo-conductual puede aliviar el dolor por fibromialgia

Demuestran que la terapia cognitivo-conductual puede aliviar la forma en que el cerebro experimenta el dolor de la fibromialgia, al reducir las respuestas cognitivas y emocionales negativas al dolor y disminuir su impacto en la vida cotidiana de las pacientes.
Sesión de terapia cognitivo-conductual

22/09/2023

La fibromialgia (FM) es una enfermedad crónica que afecta sobre todo a las mujeres y que se manifiesta con dolor musculoesquelético generalizado, o una excesiva sensibilidad a estímulos dolorosos, además de un excesivo cansancio sin motivo, o fatiga. Además, suele ir acompañada de otros problemas, como trastornos del sueño, confusión mental, ansiedad o depresión, por lo que interfiere gravemente en las actividades diarias.

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En un nuevo intento para comprender mejor cómo manejar esta enfermedad un estudio liderado por investigadores del Mass General Brigham ha descubierto que la terapia cognitivo-conductual (TCC) puede contrarrestar la carga de la fibromialgia aliviando la forma en que el cerebro experimenta el dolor de la fibromialgia, ya que una respuesta cognitiva y emocional negativa puede intensificar el dolor a través de sentimientos de impotencia, rumiación y pensamientos intrusivos. Este hallazgo está respaldado por datos de neuroimagen que muestran una conectividad reducida entre regiones del cerebro asociadas con la autoconciencia, el dolor y el procesamiento emocional.

“En este estudio, observamos la interacción entre los procesos psicológicos y los patrones de conectividad del cerebro en respuesta al dolor”, ha declarado el coautor principal Robert Edwards, psicólogo clínico del Departamento de Anestesiología, Medicina Perioperatoria y del Dolor en el Hospital Brigham and Women's. “Queríamos explorar cómo la TCC, una terapia de conversación destinada a combatir los pensamientos desadaptativos, puede mejorar el funcionamiento diario de las personas y alterar el procesamiento cerebral de la información relacionada con el dolor”.

Después de la terapia cognitivo-conductual ciertas conexiones en el cerebro fueron significativamente menos fuertes, lo que sugiere que pacientes con fibromialgia lograron aislarse mejor de su dolor tras la terapia

Edwards ha explicado que la TCC puede reducir las respuestas cognitivas y emocionales negativas al dolor y afirma que, aunque estas respuestas son normales, pueden amplificar los efectos incapacitantes del dolor crónico y empeorar la discapacidad que provocan afecciones como la fibromialgia. Los resultados se han publicado en Arthritis & Rheumatology.

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Tratamiento multidisciplinar de los síntomas de la fibromialgia

En la investigación han participado 98 mujeres de entre 18 y 75 años con un diagnóstico de fibromialgia confirmado durante al menos seis meses y que padecían dolor crónico. Todas ellas respondieron a cuestionarios validados sobre dolor y calidad de vida. Fueron divididas en dos grupos al azar: 64 se incluyeron en un grupo que recibía terapia cognitivo-conductual, mientras que las 34 del grupo de control recibieron educación sobre fibromialgia y dolor crónico, pero no se les enseñaron técnicas específicas de TCC.

Ambos grupos participaron en ocho sesiones de intervención, que consistieron en visitas de 60 a 75 minutos con un profesional de salud mental autorizado. Las participantes fueron evaluadas principalmente por sus niveles de interferencia del dolor, o en qué medida su dolor interrumpió sus actividades diarias, el dolor catastrófico, la gravedad del dolor y el impacto general que tuvo la fibromialgia en su calidad de vida.

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Los resultados demostraron que las que fueron tratadas con TCC experimentaron reducciones significativamente mayores en la interferencia del dolor, y también mostraron significativamente menos dolor catastrófico y afirmaron que sus síntomas de fibromialgia tuvieron un impacto significativamente menor en su vida cotidiana.

Los investigadores comprobaron que, tras someterse a terapia cognitivo-conductual, las pacientes experimentaron cambios en las actividades de tres redes del cerebro –las regiones cerebrales somatosensoriales/motoras y de procesamiento de prominencia y la red de modo predeterminado en el dolor crónico– que sugerían una menor atención al dolor.

“Antes de que las participantes se sometieran a terapia cognitivo-conductual vimos que ciertas partes del cerebro relacionadas con la autoconciencia y la sensación estaban muy conectadas, lo que sugiere que las pacientes eran conscientes de la sensación de dolor que estaban experimentando e internalizaron estos síntomas”, ha destacado el coautor Jeungchan Lee, instructor en el Departamento de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital de Rehabilitación Spaulding y del Centro de Imágenes Biomédicas Athinoula A. Martinos del Hospital General de Massachusetts. “Después de la TCC estas conexiones fueron significativamente menos fuertes, lo que sugiere que las pacientes lograron aislarse mejor de su dolor tras la terapia”.

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Ambos científicos coinciden en que estos hallazgos sugieren que las afecciones complejas de dolor crónico como la fibromialgia deben abordarse con diversas terapias farmacológicas y cognitivas. “Espero que estos hallazgos motiven a los profesionales médicos a considerar la terapia cognitivo-conductual como una opción de tratamiento eficaz para reducir el impacto del dolor que experimentan los pacientes”, comentó Edwards. “Las condiciones de dolor crónico, como la fibromialgia, implican patrones duraderos de cambios en el sistema nervioso central, y la TCC es una entre muchas opciones de tratamiento, como medicamentos y fisioterapia, que sabemos que pueden ser beneficiosas para quienes viven con fibromialgia”, concluye.

Actualizado: 22 de septiembre de 2023

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