Los casos de tos ferina aumentan en España

Los infectados por ‘Bordetella pertussis’, la bacteria responsable de la tos ferina, han aumentado significativamente en España, y en los primeros ocho meses de año ya se han registrado más casos que en todo 2014.
Niño pequeño tosiendo
Los familiares son los principales transmisores de la tos ferina a los niños pequeños.

La tos ferina, una enfermedad muy contagiosa que afecta al aparato respiratorio y puede ser muy grave en los bebés menores de seis meses, ha incrementado la tasa de contagio en España en 2015, ya que en los primeros ocho meses del año ya se han registrado más casos de personas infectadas por la bacteria Bordetella pertussis –responsable de esta patología– que en todo 2014. Según datos del Instituto Carlos III hasta la semana 32 de 2015 se han detectado 4.822 nuevos casos, 1.699 más que el total del año pasado.

La vacuna contra la tos ferina suministra una inmunidad del 95%, pero su efecto protector desaparece progresivamente y haber padecido la enfermedad tampoco proporciona inmunidad de por vida

Existe una vacuna para prevenir la infección que suministra una inmunidad del 95%, pero su efecto protector desaparece progresivamente. Además, haber padecido tos ferina tampoco proporciona inmunidad de por vida –si bien los síntomas suelen ser leves en las infecciones posteriores–, por lo que la bacteria continúa activa y circula entre adolescentes y adultos, que se convierten en un vehículo de transmisión y la principal fuente de contagio para la población infantil.

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Un nuevo estudio que se ha publicado en Pediatrics señala que, en los casos en los que el origen de la infección pudo ser identificado, el 85% de los bebés que contrajeron tos ferina se contagiaron a través de un miembro de su familia, sobre todo de sus hermanos mayores (35,5%), y su madre (21%). La edad promedio de los hermanos transmisores de tos ferina era de ocho años, momento en el que la protección de la vacuna comienza a desaparecer.

Lo más preocupante es que la tos ferina puede tener graves consecuencias en los niños menores de un año, sobre todo en bebés de menos de dos meses, a los que puede llegar a causar la muerte. Así, la tasa de ingreso hospitalario en los menores de seis meses es de un 18%, la enfermedad deja secuelas en uno de cada 100 pacientes, y la mortalidad alcanza el 1%.

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La mejor protección para los bebés menores de dos meses –edad a la que reciben la primera dosis de la vacuna DTP (de las siglas difteria, tétanos y Pertussis)– es la administración de la vacuna a las embarazadas en el tercer trimestre del embarazo para que pasen los anticuerpos al bebé antes de que éste reciba las primeras dosis del fármaco (a los dos, cuatro y seis meses de edad). Sin embargo, la Agencia Española del Medicamento (AEMPS) ha advertido de que existen problemas de suministro porque los titulares de la comercialización de la vacuna tienen dificultades en su fabricación, ya que se elabora mediante procesos biológicos que requieren su tiempo.

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Actualizado: 7 de agosto de 2017

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