En situaciones prolongadas de estrés somos más propensos a contraer infecciones, e incluso a desarrollar patologías tan graves como enfermedades cardiovasculares o autoinmunes. Un estudio realizado en Estados Unidos por un equipo de investigadores de la Universidad Carnegie Mellon, de Pittsburgh, relaciona este incremento de susceptibilidad frente a la enfermedad con una alteración de la capacidad de la respuesta inflamatoria del organismo, que se produce precisamente a consecuencia del estrés crónico.

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Ante un episodio de estrés pasajero, el organismo reacciona elevando los niveles de la hormona cortisol en la sangre, pero los autores del estudio detectaron que lo más relevante en la propensión a contraer un resfriado cuando las personas sometidas a estrés crónico se exponían a un virus respiratorio, no era este incremento de cortisol en sí mismo, sino la forma en que los tejidos del organismo responden al aumento de la hormona.

La alteración de la capacidad de la respuesta inflamatoria, que se produce como consecuencia del estrés crónico, aumenta la susceptibilidad frente a la enfermedad

Los investigadores comprobaron que las células del sistema inmunitario de las personas que sufrían estrés crónico no respondían correctamente a las señales hormonales que regulan la inflamación, y esto era lo que les hacía más propensos a sufrir un resfriado. Los científicos llevaron a cabo otro estudio para evaluar la capacidad de regular la respuesta inflamatoria que tenían 79 voluntarios sanos. También esta vez se expuso a los participantes a un virus del resfriado común para observar la producción de citocinas proinflamatorias, que intervienen para estimular la producción y liberación de otras sustancias proinflamatorias. Comprobaron así que las personas con mayores dificultades para regular la respuesta inflamatoria presentaban una mayor producción de citocinas –que impulsan la inflamación– cuando se les expuso al virus.

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El autor principal del estudio, Sheldon Cohen, profesor de Psicología de la Universidad Carnegie Mellon, señala que la inflamación interviene decisivamente en el desarrollo de numerosas enfermedades, como las que afectan al aparato cardiovascular y las patologías autoinmunes o el asma. Por ello, la influencia del estrés para alterar la capacidad del sistema inmune para regular la inflamación, que han constatado en esta investigación, explica la forma en que el estrés crónico favorece la aparición de otras enfermedades.

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Actualizado: 11 de septiembre de 2017

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