El consorcio Northwestern Medicine, en Estados Unidos, ha desarrollado una nanopartícula biodegradable, que ha demostrado su eficacia -en un ensayo clínico realizado con ratones de laboratorio- para detener los síntomas de esclerosis múltiple (EM). En concreto, la nanopartícula sirve para hacer llegar un antígeno al sistema inmune, de forma que éste deje de atacar a la mielina.

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La mielina es una membrana que protege las células de los nervios en el cerebro y otras zonas del organismo y, cuando se destruye, las células no pueden enviar señales eléctricas, y se producen los síntomas característicos de la esclerosis múltiple remitente recidivante -una forma de EM, que afecta al 80% de los pacientes-, entre los que se incluyen desde un leve adormecimiento de las extremidades, hasta la parálisis o la ceguera.

Al inyectar a los ratones las nanopartículas con antígenos de la mielina, su sistema inmune se restableció y dejó de atacar a la mielina, y no se produjeron síntomas de esclerosis múltiple

Los autores del estudio que ha revelado las posibilidades de esta nueva nanotecnología, y cuyas conclusiones se han publicado en ‘Nature Biotechnology’, unieron las nanopartículas a antígenos de la mielina y se las inyectaron por vía intravenosa a los ratones de laboratorio, comprobando que el sistema inmunitario de los animales se restablecía, dejaba de tomar a la mielina por un ente invasor, y detenía el ataque, y esto sin necesidad de suprimir la actividad del sistema inmune, que es como actúan otras terapias empleadas contra la esclerosis múltiple.

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Los investigadores han explicado que se trata de un importante avance en el tratamiento de la esclerosis múltiple y que, además, este mismo tipo de terapia se podría emplear para tratar otras enfermedades autoinmunes, como el asma, la diabetes tipo 1 y las alergias alimentarias. Una de las grandes ventajas que presenta el hallazgo es que las nanopartículas se pueden elaborar fácilmente en el laboratorio utilizando una sustancia que ya ha sido aprobada por la FDA (la agencia estadounidense del medicamento).

Los resultados que se obtienen con las nanopartículas utilizadas en esta investigación son similares a los que se han conseguido en otros ensayos clínicos que usan las propias células blancas de la sangre del paciente para administrar el antígeno. Con la diferencia de que el uso de las células blancas implica un proceso intensivo y costoso, y las nanopartículas se podrían producir de forma sencilla y económica, y se convertirían en una terapia más accesible para los pacientes.

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Actualizado: 21 de mayo de 2020

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