La cirugía por laparoscopia, menos invasiva y agresiva que la tradicional, permite implantar el marcapasos gástrico, un dispositivo que se fija en el estómago y que funciona enviando señales al paciente para evitar que tenga apetito cuando no es el momento de comer, y corregir así paulatinamente sus hábitos alimenticios.

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Durante la operación se colocan dos electrodos en la pared del estómago, y se conectan con el marcapasos, situado en la piel del paciente. Uno de los electrodos es un sensor capaz de detectar la ingesta de alimentos y enviar esa información al marcapasos que, si no es la hora de comer establecida previamente, lanza una señal que provoca al paciente sensación de saciedad. Los especialistas explican que se trata de regular la conducta alimenticia de los pacientes para que coman únicamente en las horas apropiadas para ello, y no piquen entre comidas, lo que ayuda a que pierdan peso.

Los pacientes que se han sometido hasta ahora a esta intervención, que tiene un riesgo de morbilidad y mortalidad mucho menor que otros tipos de cirugía bariátrica, han tenido una respuesta positiva al tratamiento

Esta nueva técnica para corregir la obesidad mórbida, que se considera el último avance en cirugía bariátrica, se comenzó a emplear en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla a finales del año pasado. Los pacientes que se han sometido hasta ahora a esta intervención, que tiene un riesgo de morbilidad y mortalidad mucho menor que otros tipos de cirugía bariátrica, han tenido una respuesta positiva al tratamiento, con una pérdida de peso similar a la que se obtiene con otras técnicas más agresivas. Sin embargo, no está indicada para todos los pacientes porque depende de su forma habitual de alimentarse, y es preciso comprobar previamente que el estómago responde a los estímulos enviados por los electrodos que forman parte del tratamiento.

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El marcapasos gástrico aún se encuentra en una fase de ensayo clínico a nivel internacional y falta comprobar sus resultados en periodos de tiempo más largos tras la operación pero, en opinión de los expertos, alrededor de la mitad de los pacientes que sufren obesidad mórbida podrán beneficiarse de esta nueva técnica cuando finalmente se determinen su eficacia y seguridad a largo plazo.

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Actualizado: 1 de agosto de 2017

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