Tratamiento de la rabia y prevención de la rabia

Por: David Saceda Corralo
Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología
Actualizado: 26 de septiembre de 2025
En cuanto tengamos constancia de haber sido mordidos por un animal sospechoso de estar infectado con el virus de la rabia, el caso debe ser comunicado a los pertinentes Servicios Sanitarios. Si es posible, lo ideal es intentar conservar el animal en cuestión para que pueda ser analizado por expertos.
En primer lugar es esencial el tratamiento local de la herida producida por el animal infectado con rabia. Para ello se recomienda acudir a un centro de salud lo antes posible, donde un médico o enfermera limpiará la herida en profundidad con agua y jabón, y povidona yodada, durante al menos 15 minutos. Es importante que el agua arrastre la suciedad de la herida con la presión suficiente para que se pueda eliminar la mayor parte del virus. También es importante eliminar cuerpos extraños y nunca raspar la herida al limpiarla, ya que facilitaría el paso del virus hacia el interior del cuerpo.
El tratamiento de la rabia en sí consiste en su prevención mediante una vacuna postexposición, que se debe administrar de forma inmediata cuando hay riesgo de contraer la infección a través de heridas. La vacuna activa al sistema inmune para que identifique y elimine el virus de la rabia de nuestro cuerpo. La pauta de la vacuna es de cinco dosis repartidas en un mes; se debe comenzar el tratamiento en el mismo momento que se limpia la herida, pero la profilaxis también es efectiva si se comienza hasta 14 días después.
Para las personas en situaciones de riesgo o viajeros en determinadas circunstancias también cabe la posibilidad de administrar una vacuna preexposición que, en el caso de los viajeros se debe administrar al menos un mes antes de la partida, como indican desde el Ministerio de Sanidad,1 y que también precisa dosis de refuerzo al cabo de un tiempo si el riesgo de infección continúa.

Si la herida es muy profunda y se ha sangrado bastante es recomendable añadir a la vacuna una inmunoglobulina, es decir, anticuerpos que atacan directamente al virus sin tener que esperar a que se active el sistema inmune. En este caso también hay que tener en cuenta que la herida puede estar infectada por tétanos y otras bacterias, que obliguen a administrar tratamiento antibiótico y profilaxis tetánica.
Cuando la rabia ya se ha instaurado, se trata directamente con inmunoglobulina y se mantiene al paciente en una unidad de cuidados intensivos donde esté controlado constantemente para evitar el coma. El éxito del tratamiento en esta fase es escaso, y por eso se debe evitar con una profilaxis adecuada.
Prevención de la rabia y vacuna antirrábica
Para evitar el contagio de la rabia y prevenir su propagación se recomiendan una serie de medidas, fundamentalmente la vacunación antirrábica de los perros domésticos:
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Creado: 22 de abril de 2013