Un grupo de científicos españoles ha desarrollado una molécula empleando hydroxytyrosol, un antioxidante que se encuentra en grandes concentraciones en la hoja del olivo, que tiene propiedades antivirales y antiinflamatorias, y que podría servir para elaborar un fármaco con actividad microbicida y de aplicación tópica, que evitaría la transmisión del VIH por vía sexual.

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El hydroxityrosol también está presente, aunque en menor cantidad, en el aceite de oliva virgen extra, y el producto elaborado a partir de esta sustancia ya se ha probado en modelos in vitro, donde ha alcanzado una tasa de eficacia del 100%.

El nuevo compuesto inhibe la integración del VIH en los genes de la persona infectada, y al impedir que arraigue en el organismo, el virus no es capaz de sobrevivir

Los investigadores utilizaron un método de síntesis química y enzimática para aprovechar al máximo las propiedades microbicidas y antiinflamatorias del hydroxityrosol. Según los expertos, este doble potencial es el que distingue a esta molécula de otros microbicidas, y explican que el nuevo compuesto actúa inhibiendo la integración del virus en los genes de la persona infectada; de esta forma, al impedir que el VIH arraigue en el organismo, el virus no es capaz de sobrevivir.

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Las propiedades antiinflamatorias del hydroxityrosol contribuyen a disminuir el riesgo de infección, lo que supone una gran ventaja, ya que se ha comprobado que cuando la zona vaginal se inflama el riesgo de contagio se incrementa, y algunos microbicidas de primera generación irritaban e inflamaban la mucosa vaginal, por lo que algunos llegaron a favorecer la infección por VIH en vez de evitarla.

Gracias al éxito conseguido con este nuevo compuesto en modelos ‘in vitro’, la Comisión Europea ha financiado un proyecto que iniciará próximamente el Instituto Carlos III, en el que se probará su empleo como gel microbicida en primates y, en caso de obtener resultados positivos durante los próximos dos años, se comenzarían los primeros ensayos clínicos con seres humanos.

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El objetivo del proyecto es que el producto se pueda comercializar en un plazo no superior a cinco años, y a un precio asequible, una vez se demuestre su efectividad en humanos. Esto supondría un gran avance en la lucha contra el contagio del sida, especialmente en países de África y Asia, en los que más del 20% de la población adulta está afectada por esta enfermedad, y donde el uso de medidas profilácticas como el preservativo no está suficientemente extendido por razones socioculturales.

Actualizado: 21 de mayo de 2020

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