Síndrome de Sjögren
El síndrome de Sjögren o síndrome seco es una enfermedad autoinmune en la que la sequedad ocular y de boca suelen ser las primeras manifestaciones de un proceso crónico complejo. Explicamos qué lo causa.

Síntomas del síndrome de Sjögren

Sensación de boca seca por Sjögren
En el síndrome de Sjögren la producción de saliva disminuye, de ahí derivan la sensación de sequedad de boca o la dificultad para tragar.
Dra. Sari Arponen

Por: Dra. Sari Arponen

Doctora en Medicina, especialista en Medicina Interna y experta en microbiota

Actualizado: 20 de julio de 2023

El síndrome de Sjögren también es llamado ‘síndrome seco’, porque son la sequedad de boca y de los ojos los síntomas que predominan en los afectados. El inicio de la enfermedad suele ser lento y progresivo, por lo que el paciente puede estar con molestias durante mucho tiempo antes de consultar por ellas al médico. 

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La sequedad de boca se debe a la afectación de las glándulas salivales, cuya producción de saliva disminuye. La falta de saliva hace que además de la xerostomía o boca seca se produzca mucositis (inflamación y llagas de la mucosa de dentro de la boca), queilitis (inflamación de los labios), alteraciones del sentido del gusto y dificultades para masticar y tragar. Puede haber incluso alteraciones de la pronunciación. Igualmente, es frecuente la presencia de otros síntomas, como la halitosis o mal olor del aliento. Es común además el aumento de tamaño de la glándula parótida (la mayor glándula salival) por la inflamación.

La sequedad ocular u ojo seco es la otra manifestación fundamental del síndrome de Sjögren. En general, el ojo seco puede ser causado por una evaporación excesiva de las lágrimas por diversas causas o por falta de secreción suficiente de lágrimas, como pasa en el síndrome de Sjögren. Los síntomas son la sensación de sequedad ocular, el parpadeo constante, el picor de ojos y la sensación de tener algo metido en el ojo. Los ojos con frecuencia están rojos por la irritación y pueden aparecer alteraciones visuales y dolor al parpadear. A largo plazo, las posibles complicaciones son la perforación de la córnea, la escleritis y la epiescleritis. Además es más frecuente la queratitis por bacterias.

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Adicionalmente a la sequedad ocular y oral, en los afectados por Sjögren también hay sequedad de otras mucosas. Así, son frecuentes las epistaxis o sangrados nasales por la sequedad nasal. Y puede haber tos por sequedad de garganta. La piel también se seca y se puede caer el pelo con mayor facilidad. La sequedad de la mucosa genital en las mujeres tiene consecuencias directas en forma de coitos dolorosos. El oído se puede ver afectado con dolor de oído, otitis, vértigos y acúfenos.

También existen algunos síntomas generales en estos pacientes que suelen ser los más complejos ya que incluyen fatiga (en el 85% de pacientes), dolor articular generalizado (81%), fiebre, trastornos del sueño (62%), fallos de memoria, (62%), rigidez matutina (46%) y depresión, según una encuesta realizada en 2020 en pacientes por la Asociación Española del Síndrome de Sjögren

Artritis como consecuencia del síndrome de Sjögren

Los pacientes con síndrome de Sjögren pueden sufrir también de múltiples síntomas a nivel de casi cualquier órgano. Algunas de las manifestaciones extraglandulares que pueden aparecer en los afectados son:

  • Piel: fenómeno de Raynaud (manos que se ponen blancas y azuladas con el frío), vasculitis y lesiones inflamatorias policíclicas.
  • Pulmones: la enfermedad pulmonar intersticial difusa es una posible manifestación en 1 de cada 10 pacientes.
  • Síntomas neuropsiquiátricos: como depresión o alteraciones diversas del sistema nervioso central y periférico. Hasta el 46% de los pacientes con Sjögren pueden presentar alguna manifestación neurológica, entre las más comunes “se encuentran las relacionadas con el Sistema Nervioso Periférico (SNP), siendo las neuropatías (NP) axonales de fibra gruesa el grupo más frecuente (15%); mientras que las manifestaciones del Sistema Nervioso Central (SNC) pueden ser focales o difusas, siendo la afectación encefálica focal la manifestación más frecuente y sus características similares a las de un accidente cerebrovascular”, como apunta  la Dra. Mónica Fernández Castro, reumatóloga del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda. 
  • Riñones: hasta en un tercio de los casos se ha descrito la acidosis tubular renal. También puede haber glomerulonefritis.
  • Digestivo: son frecuentes las alteraciones esofágicas y la gastritis atrófica.
  • Hígado: es común la afectación hepática, pudiendo aparecer colangitis biliar primaria (CBP) y hepatitis autoinmune.
  • Hematológica: la anemia de trastornos crónicos es relativamente común.
  • Articulares: el dolor de las articulaciones con o sin artritis aparece hasta en la mitad de los pacientes.
  • Otras manifestaciones posibles son el derrame pericárdico, la astenia, la fibromialgia, el aumento del tamaño de los ganglios linfáticos, la febrícula y el hipotiroidismo.
  • Linfoma: en algunos pacientes se puede producir una progresión a un linfoma no Hodgkin.

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Creado: 30 de enero de 2016

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