Artritis reumatoide
La artritis reumatoide afecta a las articulaciones provocando inflamación y dolor. Aunque no se conoce la causa de esta enfermedad crónica y no se puede prevenir, seguir algunas recomendaciones puede aliviar sus síntomas.

Síntomas de la artritis reumatoide

Por: Estefanía Hernández Benito

Doctora en Farmacia

Dr. José Antonio Nuevo González

Revisado: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 15 de febrero de 2023

El primer síntoma de artritis reumatoide, y que refieren los pacientes con mayor frecuencia, es el dolor en pequeñas y grandes articulaciones. El inicio es gradual o insidioso, con progresión de los síntomas y adición de nuevas articulaciones; el curso es crónico. El dolor es consecuencia de la inflamación de las articulaciones, que con frecuencia se aprecia a simple vista en personas que padecen artritis reumatoide. 

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Las articulaciones más comúnmente dañadas son las muñecas, los nudillos, las articulaciones de los dedos, donde cabe destacar que no suele afectar a articulaciones interfalángicas distales (articulación más cercana al extremo de los dedos), los hombros, los codos, las caderas, las rodillas, los tobillos y los dedos de los pies, seguidas de la cadera y las articulaciones temporomandibulares. El dolor de cuello también puede estar originado por la artritis reumatoide y, por tanto, debe ser valorado por el médico.

Además del dolor y la inflamación, se produce rigidez articular matutina, es decir, hay dificultad en el inicio de los movimientos durante más de 45 minutos. La inflamación permanente y no tratada puede terminar dañando los huesos, así como los ligamentos y tendones que los rodean. La consecuencia será la deformidad de las articulaciones de forma progresiva, perdiendo el paciente la capacidad para realizar las actividades normales de la vida diaria.

Artritis reumatoide

La deformidad de los dedos frecuentemente referida como en “cuello de cisne” y en “ojal” se presenta tarde en el curso de la artritis reumatoide, y es característica de la enfermedad crónica; normalmente no se observa en la presentación inicial, donde los signos de sinovitis y de daño articular son sutiles.

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También se producen otros síntomas extraarticulares asociados, que son alteraciones de la enfermedad a otros niveles, estos son:

  • Adelgazamiento.
  • Astenia o cansancio.
  • Fiebre inexplicable.
  • Xerostomía, es decir, sequedad de boca.
  • Xeroftalmia o sequedad en los ojos, sensación de arenilla y ojos rojos.
  • Bultos en la piel llamados nódulos subcutáneos, que son característicos de la artritis reumatoide, aunque no son exclusivos de ella, ya que en ocasiones aparecen en otras enfermedades.
  • Debilidad muscular.
  • Dolor de cuello intenso y persistente.
  • Hormigueo en manos o pies.
  • Ronquera mantenida sin notar catarro.

¿A qué otras partes del cuerpo afecta la artritis reumatoide?

Además de afectar a las articulaciones, la artritis reumatoide también afecta otros órganos, estos son:

Ganglios linfáticos

Que con frecuencia se encuentran agrandados, aunque rara vez son palpables.

Neumopatía

Es frecuente la pleuritis o inflamación de la capa (pleura) que recubre el pulmón, pero suele ser leve, al igual que otras manifestaciones pulmonares y cardiacas. También pueden producirse derrames pleurales.

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Los nódulos reumatoides pulmonares son un hallazgo asintomático en la artritis reumatoide. Radiológicamente son lesiones en forma de moneda que pueden resultar difíciles de diferenciar de una neoplasia.

Sistema cardiovascular

Existe cada vez más evidencia de que los pacientes con artritis reumatoide tienen una mayor incidencia de enfermedad cardiovascular, independientemente de los factores de riesgo tradicionales. Parece ser que la inflamación que se produce en la artritis reumatoide juega un papel importante en el desarrollo de la aterosclerosis.

Piel

Es frecuente que se produzca eritema palmar, que es un enrojecimiento de las palmas de las manos. También puede estar presente el fenómeno de Raynaud (cambios de coloración de la piel), con asociación de infartos, úlceras cutáneas y sobreinfecciones.

Pies con artritis reumatoide

En aproximadamente el 30% de los pacientes están presentes los nódulos reumatoideos, que se encuentran principalmente en la superficie extensora del antebrazo y en zonas de presión de la piel. Los nódulos tienen diversos tamaños y distinta consistencia, y habitualmente son asintomáticos, aunque pueden romperse debido a traumatismos e infectarse. Los nódulos no son específicos de la artritis reumatoide, pero son útiles para el diagnóstico y el pronóstico, dado que se correlacionan con la actividad de la enfermedad y su progresión.

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Afectación ocular

En menos del 1% de los pacientes se afecta el ojo. La vasculitis reumatoide (afectación de pequeños vasos del ojo) puede dar lugar a una forma grave de escleritis dolorosa donde se afectan las capas profundas del ojo, y a la episcleritis, que es benigna y desaparece.

Afectación neurológica

La artritis reumatoide suele respetar el sistema nervioso central de forma directa, aunque la vasculitis (afectación de pequeños vasos) puede causar neuropatía periférica.

La subluxación de la articulación situada entre la primera y la segunda  vértebras cervicales, también llamada articulación atloaxoidea, está presente en un tercio de los pacientes con artritis reumatoide, pero suele ser asintomática.

La mielopatía cervical (afectación de la médula espinal), debido a la inestabilidad cervical, puede ser mortal. Los síntomas incluyen parestesias u hormigueos, debilidad, parálisis, pérdida sensorial, incontinencia urinaria y síncope.

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Riñón

La afectación renal es el tipo más frecuente de fracaso orgánico en la artritis reumatoide, aunque con frecuencia están también afectados la piel, el hígado y el tracto gastrointestinal.

Síndrome de Felty

Consiste en la asociación de artritis reumatoide, esplenomegalia (aumento del tamaño del bazo) y neutropenia (disminución de los neutrófilos). También son frecuentes hepatomegalia (aumento del tamaño del hígado) y linfadenopatía, y la presentación en familiares es más frecuente de lo esperado.

Creado: 20 de julio de 2010

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