Andrea Carucci

8 de julio de 2025
La menopausia sigue siendo para muchas mujeres una etapa rodeada de dudas, silencios y mitos. Andrea Carucci, nutricionista y naturópata especializada en salud femenina, ha decidido aportar en su nuevo libro SOS Menopausia a la vista (¿Y ahora qué hago?) (Libros Cúpula) todo su conocimiento adquirido en la práctica clínica y en su perfil de docente y divulgadora en medios y en sus redes sociales, así como en su investigación sobre este tema en la que lleva inmersa los últimos 25 años, acompañando a mujeres en etapa de perimenopausia y menopausia, ayudándolas a comprender su cuerpo y recuperar el equilibrio desde un enfoque integrativo y natural, con el objetivo de ayudarlas a transitar por este periodo de cambios hormonales, físicos y emocionales. En él propone un práctico plan de 28 días –“porque las mujeres somos cíclicas”, dice– diseñado para aliviar los síntomas de la menopausia, mejorar la imagen corporal y recuperar el bienestar integral a través de hábitos saludables centrados en la nutrición, el ejercicio y la meditación. Hablamos con ella sobre cómo vivir esta etapa con consciencia, salud y poder personal, desterrando tabúes y abrazando el cambio.
¿Por qué decidiste escribir ‘SOS Menopausia a la vista ¿Y ahora qué hago?’ ¿Sientes que muchas mujeres llegan a la menopausia sin ninguna información o preparación?

Tengo una experiencia clínica de 28 años o más (ya perdí la cuenta) y desde el principio me interesaba muchísimo este tema porque era una especie de incógnita para las mujeres. Yo no quería pasar por esta etapa con síntomas porque, aunque mi madre no los había tenido, sabía que con la vida que llevamos actualmente era probable que yo sí los tuviera. Por lo tanto, me puse a investigar para averiguar qué podía poner en práctica con las últimas evidencias disponibles.
El subtítulo también tiene que ver con que es un libro totalmente práctico, en el que explico qué hacer a partir de la menopausia y cómo resolver ciertas situaciones, por ejemplo, afrontar la pereza que da hacer ejercicio, o cómo puedes comer mejor… Yo había visto que la paciente sabe lo que debe hacer, pero que le cuesta ponerlo en práctica, y por eso he diseñado una guía que te dice paso a paso cómo ir mejorando para llegar a tu objetivo.
Uno de los factores que más influye en los signos y síntomas que experimentamos en esta etapa es la forma en la que llegamos a ella, y en esto resultan clave las toxinas que acumulamos durante la vida. Por ello, dedico un capítulo a explicar cómo eliminar toxinas, cómo hacer para que tu hígado y tu intestino sean los súper héroes y te ayuden en ese cambio, que no solamente es hormonal, como nos están vendiendo.
Precisamente te iba a preguntar por ese capítulo que dedicas a los tóxicos conocidos como disruptores hormonales, ya que parece que estamos rodeados. ¿Podemos hacer algo para librarnos de su impacto?
Nos ha tocado vivir esta época y la cuestión es cómo adaptarnos mejor. Para reducir el impacto de los disruptores hormonales es fundamental tener precaución y tomarnos la molestia de leer las etiquetas: desde las que lleva la ropa que nos ponemos, hasta las de los productos que usamos para limpiar la casa o para nuestro cuidado personal…
Para reducir el impacto de los disruptores hormonales es fundamental tomarnos la molestia de leer las etiquetas: desde las que lleva la ropa que nos ponemos, hasta las de los productos que usamos para limpiar la casa o para nuestro cuidado personal…
En el libro he puesto códigos QR –porque si no se volvía una biblia– con contenido extra, donde también incluyo fórmulas para que prepares tus propios limpiadores para el hogar que no sean tóxicos, porque creo que es fundamental. Cuando limpias, esos olores a los que estas tan acostumbrado tapan los receptores hormonales, proporcionan una información completamente diferente a nuestras células, y esto nos genera problemas.
Los sofocos son seguramente los síntomas de la menopausia más conocidos, pero ¿cuáles son los más ignorados o a los que se da menos importancia?
Los síntomas emocionales, que son también los que más nos perjudican, porque los físicos son evidentes, pero los que más tardamos en identificar son los emocionales, y eso es un problema. Habría que puntualizar que los síntomas se refieren a una enfermedad y la menopausia no es una enfermedad, porque no estamos falladas, no tenemos un error de la biología, sino todo lo contrario. El problema que tiene la mujer al enfrentarse a esta situación es el miedo, el desconocimiento y la falta de identificación y de propósito.
En muchas culturas ni siquiera existe la palabra ‘menopausia’ y se designa a ese tránsito como la mujer que llega a su esplendor, por lo que las mujeres que están en edad fértil desean estar en la menopausia porque quieren ser consideradas como sabias, como la gran mujer que han ido construyendo durante toda su vida. Lamentablemente en la sociedad en la que vivimos el máximo símbolo de la mujer es alrededor de los 30 años, y cuando la mujer los pasa quiere volver a esos 30 años, sin darnos cuenta de que, si la sociedad no tiene esas mujeres sabias, no continuaría, porque la cultura está asignada a la mujer.
En muchas culturas ni siquiera existe la palabra menopausia y se designa a ese tránsito como la mujer que llega a su esplendor
Y esto es naturaleza y biología, porque por algo la mujer vive más tiempo y esto se repite en algunos animales, como mamíferos muy inteligentes, que transmiten la cultura a la siguiente generación. Esto es determinante para la mujer y para reconocer su gran papel, tanto si es madre, como si no lo es. Eso da igual, porque puedes ser madre con tus hijos y tus nietos, y también puedes ser tía, o puedes tener sobrinos o hijos de amigos o conocidos a los que transmitirles lo que tú aprendiste.
Dieta saludable y bienestar emocional en la menopausia
¿Cómo influye el tipo de dieta en la mejora de los signos de la menopausia? ¿Hay alimentos clave que siempre recomiendas y algunos que deberíamos eliminar?
La alimentación en esta etapa es clave, pero no solo eso, ya que podrías estar comiendo perfecto y tu entorno, o tu estilo de vida, podrían estar afectando. El estrés y la alimentación, junto con todo lo que absorbemos del ambiente nos pueden influir, porque todo lo de afuera afecta a lo de dentro y la alimentación es un pilar fundamental.
En esta etapa es fundamental no tomar alcohol o reducirlo al mínimo porque ya no lo metabolizas igual, y ya no vale con comer cualquier cosa. Si quieres que esos signos y síntomas no se acentúen y mantener la figura que quieres debes adoptar medidas, porque antes te cubrían los estrógenos a cambio de tener la posibilidad de la reproducción, que es el objetivo de la naturaleza –sea o no el tuyo–, y las hormonas te cubren para ello, pero cuando se acaba ese fin te tienes que cubrir tú y es el momento en el que tienes que aplicar esa sabiduría de saber lo que comes, el ejercicio que tienes que hacer…
En esta etapa es fundamental no tomar alcohol o reducirlo al mínimo porque ya no lo metabolizas igual, y ya no vale con comer cualquier cosa
Con respecto a los alimentos beneficiosos o perjudiciales, en general lo mejor es una alimentación equilibrada, que también sirve para una mujer en periodo fértil, y que debe reducir al mínimo o evitar alimentos industriales, procesados, azúcares… Y tener en cuenta que la alimentación no es la misma para un hombre que para una mujer, tanto en la etapa fértil, como en la etapa no fértil. Y esto es así porque nosotros somos cíclicas y, tanto si el ciclo es de 21 días, como de 30 –lo normal es hablar de 28 días– tu insulina, que es lo que responde cuando consumes azúcares y almidones (arroz, patatas, panes…, todo lo que lleve harina) va a responder de distinta manera cuando está en tu fase preovulatoria o cuando está en la fase post-ovulatoria.
Lamentablemente no nacemos con una biblia que nos diga este es tu ciclo hormonal y así vas a ser, ni se enseña en el colegio, por lo que las mujeres deberíamos empezar a ser conscientes y transmitirlo a las siguientes generaciones de mujeres para que sepan cómo son y que sus hormonas van a influir en su alimentación. Las mujeres en perimenopausia, en menopausia y en posmenopausia van a seguir siendo cíclicas, lo que sucede es que la posmenopausia no está estudiada. Si hablas con cualquier mujer en la posmenopausia sabe que hay alimentos que en determinadas fases de su ciclo le sientan mejor y en otras le inflaman más. Quizás sea un punto que en el futuro se estudie más y que tengamos que observarlo.
¿Son útiles los suplementos alimenticios, como por ejemplo las isoflavonas de soja, o las plantas medicinales?
A mí la soja no me gusta mucho desde ningún punto de vista. Hay isoflavonas de otras plantas, pero en el caso de la soja no se le puede dar a todo el mundo porque tiende a inhibir la función tiroidea en algunas personas que tienen ese problema. Pero, puntualmente, sí funcionan, aunque no en todas las mujeres. Y esto es así porque no todas las mujeres han llevado una vida saludable y su microbiota no está adaptada para transformar esos alimentos en fitoestrógenos o fitoprogesterona. En el caso de esas mujeres hay otras sustancias a través de otros suplementos que se llaman equol, y que podrían funcionar bien.
La soja no se le puede dar a todo el mundo porque tiende a inhibir la función tiroidea en algunas personas que tienen ese problema
Las ventajas que tienen estas sustancias es que van a aportar ese plus a tus hormonas. Pero esto no es algo nuevo porque nuestros antepasados las han consumido siempre. Lo que ocurre es que ahora nos hemos pasado a los alimentos procesados y nos olvidamos de todo eso. Antes, sin embargo –según las encuestas que he hecho–, había un porcentaje muchísimo menor de mujeres que tuvieran síntomas exacerbados. Quizás experimentaban irritabilidad y algunos cambios que son normales en esta transición, pero no tantos como tenemos ahora porque influían factores como un estilo de vida más saludable y con menos estrés y una agenda menos apretada, menos plásticos y disruptores endocrinos en su entorno…, y todo eso, junto con los alimentos, hacía que tuvieran una transición más sana.
Has mencionado la influencia del estado emocional en la transición a esta etapa. En el caso de los hombres, ¿qué deberían saber para acompañar mejor a sus parejas, madres, amigas, compañeras…?
Interesante esta pregunta, me encanta. Los hombres deberían comprender que, a veces, cuando una mujer no está informada de lo que está pasando se puede poner un poquito más irritable. Piensa que es una transición. Hay una modulación de sus neuronas y de todo su cerebro –todo su cableado cerebral–, al igual que lo hubo en la menarquia –que es su primera menstruación– y en el embarazo. En la etapa fértil las hormonas te hacen estar alerta y destinar ciertas partes de tu cerebro a pensar en qué les pasa a los demás porque debes estar preparada para cuidar a un bebé, mientras que ahora vas a ocupar tu cerebro en tu autoobservación.
Antes las mujeres experimentaban menos síntomas en la menopausia porque tenían un estilo de vida más saludable y con menos estrés y una agenda menos apretada, menos plásticos y disruptores endocrinos en su entorno…
Las personas de su entorno, tanto los hombres, como el resto de la familia –porque muchas mujeres tienen hijos adolescentes en esa etapa– tienen que comprender que a lo mejor esa mamá o esa mujer puede tener ciertos cambios de humor, y apoyarla. Porque muchas veces las mujeres necesitamos un punto de apoyo, como puede ser una amiga, para contarnos, para que nos ayude a cumplir objetivos…, y la familia es fundamental en ese momento.
Describes un plan de 28 días, que es justo la duración habitual del ciclo menstrual. ¿Por qué ese formato? ¿Se produce una transformación visible en ese plazo de tiempo?
Nosotras estamos acostumbradas a ese periodo de tiempo porque somos cíclicas y elegimos 28 días porque constituyen el ciclo que la mayoría de las mujeres suele tener. Para cubrir esos 28 días el plan se puede repetir tantas veces como sea necesario. En fertilidad se sabe que un hombre puede cambiar muy rápido su ciclo reproductor, mientras que en la mujer es mucho más prolongado y se produce en ciclos de 28 en 28 días, y eso hacía que nos resultara familiar. En esos 28 días hay planes de ejercicio, para cambiar la alimentación, para añadir la fitoprogesterona en caso de que te falte o quieras darle un apoyo.
Tanto los hombres, como el resto de la familia tienen que comprender que a lo mejor esa mamá o esa mujer puede tener ciertos cambios de humor, y apoyarla
La idea fue que, a través de este libro, una mujer que no pueda tener acceso a una consulta privada se pueda autoayudar consultándolo.
Si solo pudieras dar un consejo a una mujer que está empezando a sentir los primeros síntomas de la menopausia, ¿cuál sería?
Lo primero informarse. Creo que la información es sabiduría y te va a proporcionar las herramientas para no tener miedo, porque uno de los principales problemas es el miedo y pensar que está fallada. Y no está fallada, todo lo contrario, está pasando por una transición como la de la oruga o la crisálida a mariposa, y en esa transición tiene que acompañar a su físico para intentar transitarla de la mejor manera.
Hoy llevamos unas agendas muy apretadas y hay que darse lapsos de tiempo de no hacer nada porque las hormonas femeninas lo necesitan
Y añadiría que coma lo mejor posible y se mime lo más posible. Y una cosa muy importante: hoy llevamos unas agendas muy apretadas y hay que darse lapsos de tiempo de no hacer nada porque las hormonas femeninas lo necesitan, y no poner en práctica cosas como ayuno intermitente u otras similares sin consultar antes con un especialista, porque no funcionan igual en los hombres y en las mujeres.