Cómo enseñar a tu perro a no morder

Cuando un perro muerde no siempre se debe a una patología o a un problema de comportamiento. Te explicamos los motivos de esta conducta, cómo ayudar a tu can a controlar la mordida, y en qué casos recurrir a un profesional.
Perro en la cama mordiéndolo todo
Que un perro “muerda” es una función que forma parte de su naturaleza.
Diana Oliver Ortiz

Por: Diana Oliver

Periodista especializada en vida sana, maternidad e infancia y mascotas

Actualizado: 18 de diciembre de 2023

Motivos por los que el perro adulto puede morder

La boca es para el perro lo que para nosotros podrían ser las manos. Con ella descubren, aprenden, juegan, se alimentan y se defienden, por lo que en su propia naturaleza se encuentra la necesidad de morder. Sin embargo, pese a que en la etapa de cachorro y hasta la pubertad el mordisqueo suele ser bastante insistente, no lo es tanto en la edad adulta, y detrás de este comportamiento podríamos encontrar estrés o determinadas patologías físicas.

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Hablamos con dos expertos en educación canina y comportamiento animal para que nos expliquen los motivos por los que un perro muerde, y qué podemos hacer para ayudarle a controlar la mordida.

¿Es normal que nuestro perro muerda?

Un perro utiliza la boca para una gran cantidad de acciones a lo largo de toda su vida; su boca es para ellos lo que para nosotros nuestras manos. Así, y según explica Noel Espinosa, máster en etología clínica y adiestrador en Eurekan, algunas de esas acciones podrían resumirse en: “coger objetos para transportarlos, desgarrar o masticar al comer, morder juguetes o romper objetos para liberar estrés o para explorar, morder la piel de otros individuos (perros o personas, por ejemplo) para defenderse o para jugar”, entre otros. Por tanto, que un perro “muerda” es una función que forma parte de su naturaleza.

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Ahora bien, especifica el adiestrador que aunque usan la boca durante toda su vida, “hay una gran predisposición desde el nacimiento hasta los ocho meses de edad (las razas gigantes más tarde, porque maduran más lentamente), y ocurre principalmente para explorar y así poder realizar el aprendizaje que le permita ser hábil en su uso el resto de su ciclo vital; de esta manera aprenden a interactuar correctamente con el entorno, sin realizar daño alguno si no es necesario”.

Mordeduras de animales

Incide Noel en que también muerden objetos para liberar estrés, y esto puede suceder en cualquier momento de su vida, “aunque es más probable que ocurra cuando son jóvenes”. Por ello cabe preguntarnos a partir de cuándo no sería normal que sigan teniendo esa necesidad de morder. “Si vemos que un perro de más de un año de edad sigue mordiendo en muchos momentos del día, hemos de preguntarnos qué está pasando”, responde el experto.

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No solo hablamos de objetos, las personas también pueden formar parte de esos mordiscos caninos, y aquí Jaime Vidal “Santi” y Elisa Hinojosa, educadores caninos y fundadores de Más que guau, opinan que es importante distinguir entre morder y agresividad: “un perro puede morderte y en realidad no tener un problema de agresividad, simplemente está jugando o quizás todo lo contrario, ha agarrado tu mano para que dejes de hacer algo que le asusta o molesta. Lo que habitualmente está detrás del mordisqueo excesivo en frecuencia o intensidad hacia las personas, y las conductas destructivas hacia objetos, es el estrés. El morder puede ser una válvula de escape para ese exceso de estrés”.

De la misma opinión es Noel Espinosa quien, además, añade que puede haber otras situaciones que puedan conducir al can a morder a las personas como, por ejemplo, determinadas causas de tipo orgánico (malestar por una enfermedad, un tumor en el cerebro, etcétera). Por ello, según el fundador de Eurekan, “habría que valorar en cada caso tras una entrevista de al menos una hora de duración, y en ocasiones con pruebas médicas, cuáles son los factores que pueden generar este tipo de comportamientos”. 

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Juegos y técnicas para controlar la mordida de tu perro

Que un perro deje de morder objetos y no muerda a las personas pasa en muchas ocasiones por la prevención. Para el adiestrador y etólogo Noel Espinosa cualquier juego que implique que el perro “nos muerda” puede ser bueno para que nuestro compañero aprenda a usar la boca correctamente. Para ello recomienda que elijamos juegos que no supongan niveles altos de excitación y que sean breves (5-10 minutos), como “dejarles que nos muerdan y cesar la interacción, de manera calmada, si nos hacen daño. Cada uno puede valorar cuál es la presión que va a considerar como excesiva”.

Al contrario de lo que se pueda pensar, si la conducta del mordisqueo tiene su origen en el estrés, es probable que el juego aumente los niveles de estrés, pese a que tras el ejercicio la sensación posterior sea de tranquilidad, debido al cansancio. Según Jaime Vidal “Santi” y Elisa Hinojosa, educadores caninos y fundadores de 'Más que guau', “cuando descanse la conducta del mordisqueo continuará intensa, por lo que simplemente debemos limitarnos a juegos no explosivos ni físicos, como por ejemplo el buscar en una zona en la que hemos esparcido gran cantidad de premios de pequeño tamaño, ya que el olfateo ayuda mucho a relajar.

Controlar la mordida en el perro

También pueden ser útiles para ayudar al can a controlar la mordida juegos de pensar y resolver problemas, siempre que la dificultad no sea demasiado alta. Y, por último, procurar que el perro siempre tenga a su disposición cosas atractivas y comestibles para masticar, como huesos, zanahorias, pan duro…. Nunca sabemos cuándo puede necesitar masticar para relajarse, por eso, si siempre lo tiene a su disposición, disminuimos la posibilidad de que mastique mobiliario, ropa u objetos, o dirija su mordisqueo hacia nosotros”.

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Cuándo acudir a un educador canino profesional para evitar que el perro muerda

“Cuando la conducta de morder es esporádica, entendemos que es algo completamente normal. Cuando ocurre de forma muy frecuente o intensa, entonces recomendaríamos consultar con un profesional. Una sola sesión de asesoramiento pudiera bastar si se acude pronto a consulta y el problema no hace demasiado tiempo que aparece”, argumentan Vidal e Hinojosa. Por su parte, Noel Espinosa cree que es necesario acudir a un profesional canino “cuando la familia no sabe cómo mejorar la situación”, pero considera recomendable que desde el primer día de la llegada del perro a casa se contacte con un educador: “es mucho más sencillo e infinitamente más efectivo actuar correctamente desde un inicio que modificar una conducta indeseada que ha aparecido por un mal manejo”.

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Advierten los fundadores de Más que guau que se debería rechazar la ayuda de un adiestrador que recomiende “castigar” o “corregir” al perro, o que ofrezca un pack de sesiones de obediencia, porque no se trata de obediencia o educación, sino de un “estado emocional alterado”. Y es que, para los expertos, castigar una determinada acción no es la forma de enseñar a un perro a que no lo haga: “es una gran equivocación, porque probablemente el perro seguirá mordiendo en nuestra ausencia.

Los castigos detienen las acciones porque añaden miedo como consecuencia de esa acción; esto probablemente incrementará el estrés del perro, y podría transformarse en algo peor en el futuro. Incluso muchos perros aprenden que morder es algo que les proporciona mucha atención por parte de las personas, aunque sea a través de castigos, por lo que sin saberlo podrían estar reforzando el mordisqueo”.

Persona enseñando a su perro a controlar la mordida

Consejos para enseñar a tu perro a controlar la mordida

Dejando a un lado determinadas patologías (que tendría que valorar un experto en salud animal), el estrés, o el desarrollo del juego y de las habilidades sociales de la mascota, un perro puede aprender a “morder” sin que ese mordisqueo se convierta en algo perjudicial para su entorno e, incluso, para sí mismo.

A continuación, y en base a los consejos de los expertos en educación canina, os ofrecemos algunas recomendaciones para enseñar a nuestro can a controlar la mordida:

  1. Durante la etapa de cachorro podemos enseñar a nuestro perro a usar la boca correctamente a través de juegos tranquilos como, por ejemplo, que nos muerda las manos de manera intermitente y avisando cuando nos hace daño.
  2. Si el cachorro se ha podido criar con su madre o hermanos hasta al menos los dos meses de edad habrá aprendido a controlar de manera considerable la fuerza de sus mandíbulas.
  3. Debemos cubrir en todo momento las necesidades del perro y mantener sus niveles de estrés moderados. Los perros cuando están tranquilos no suelen mordisquear todo lo que está a su alcance.
  4. Es recomendable quitar en casa del alcance del perro cosas peligrosas o de valor, y se le debe permitir investigar sin prestar demasiada atención a lo que está haciendo.
  5. Podemos dejar a su alcance cosas que le resulten agradables para masticar, de modo que no sienta interés por otras de mayor valor o que le podrían perjudicar.
  6. Es una buena idea revisar los niveles de estrés del animal y actuar en consecuencia. Más excitación y ejercicios movidos no implica la reducción del estrés; es más aconsejable optar por actividades como el olfateo o los juegos mentales.
  7. En el caso de que el can muerda objetos o personas de manera frecuente es mejor ayudarle a estar tranquilo, confiado, y a entender la situación, que emplear castigos ni violencia.
  8. Si creemos que el mordisqueo o la mordida a personas o a otros perros se ha convertido en un problema, es recomendable acudir a un profesional o educador canino que pueda ofrecernos una solución.

Creado: 8 de septiembre de 2017

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