El síndrome de Korsakoff está asociado a la ingesta excesiva y crónica de alcohol, por lo cual la mejor forma de prevenirlo es precisamente moderando este consumo y procurando realizar períodos de abstinencia voluntaria, de forma que el cuerpo pueda recuperarse de sus efectos. Además, es necesario llevar a cabo los siguientes consejos:
- Mantener una alimentación equilibrada, en donde el alcohol no sustituya a los alimentos, con lo que garantizar una cantidad normal de vitamina B1 en el organismo.
- Acudir al especialista cuando se detecten problemas de memoria, de manera que se pueda descartar que se debe a alguna patología asociada a la edad, o que sea un problema neurológico, y de ser así, explorar de qué tipo es.
- Reducir el consumo del alcohol a medida que la persona va haciéndose más mayor, ya que su cuerpo no va a responder igual que cuando era joven.
- Acudir a un profesional médico cuando se tengan alguno de los síntomas asociados al síndrome de Korsakoff, como temblores en manos o pies o descoordinación motora, para confirmar el diagnóstico por si pudiesen deberse a este síndrome o a otra patología.
- Mantener una adecuada red de amigos, ya que en muchos casos son ellos los que “dan la voz de alarma” cuando alguien del grupo empieza a mostrar deterioros en sus relaciones.
- Evitar las situaciones o momentos en que se realicen grandes ingestas de alcohol, como en el caso de celebraciones.
- Acudir a desintoxicación cuando el problema del alcohol empiece a interferir en la vida profesional, de pareja o familiar, o a tener secuelas en el estado de salud.