El trasplante fecal podría mejorar síntomas del autismo

El trasplante fecal –transferencia de bacterias intestinales de un donante sano– para equilibrar la microbiota intestinal, ha mejorado los síntomas de autismo de un grupo de niños que participaban en un estudio.
Bacterias intestinales
El trasplante fecal se había empleado hasta ahora para tratar infecciones graves causadas por la bacteria 'Clostridium difficile'.

Reemplazar la microbiota intestinal mediante un trasplante fecal ha mejorado los síntomas del autismo en un grupo de 18 niños y adolescentes, de entre siete y 16 años, afectados por esta enfermedad, que han participado en un estudio realizado por la Universidad de Ohio, en Estados Unidos, cuyos resultados se publicaron en la revista Microbiome el pasado mes de enero.

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El trasplante fecal se había empleado hasta ahora para tratar infecciones graves causadas por la bacteria Clostridium difficile, y ya se dispone de evidencias científicas sobre la conexión entre el cerebro y las alteraciones que se producen a nivel intestinal en estudios con ratones, que han establecido la existencia de un vínculo entre el desequilibrio de la microbiota intestinal y el desarrollo de ciertas patologías como ansiedad, depresión, o enfermedad de Parkinson.

Los trastornos de comportamiento relacionados con el lenguaje, la interacción social y las conductas repetitivas mejoraron significativamente, y los menores se mostraban menos hiperactivos, irritables o letárgicos

Los investigadores administraron a los menores con autismo un tratamiento en el que se incluyeron antibióticos, limpieza intestinal, y transferencias de bacterias intestinales vivas de donantes sanos, durante diez semanas, y observaron que tanto los síntomas asociados a la alteración gastrointestinal, como los trastornos de comportamiento relacionados con el lenguaje, la interacción social y las conductas repetitivas habían mejorado significativamente, y se mostraban menos hiperactivos, irritables o letárgicos.

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El Dr. Ramón Cisterna, presidente de la Asociación de Microbiología y Salud (AMYS), explica que las mejoras se podrían atribuir a las sustancias generadas por la microbiota transferida, como ácidos grasos de cadena corta, vitaminas, y neuromediadores como serotonina, triptófano y GABA, así como determinadas toxinas e interacciones de fagos y bacterias.

Aunque tanto este experto, como los propios autores del trabajo, han advertido de que son necesarios nuevos ensayos más grandes, y controlados con placebo, para evaluar la efectividad del tratamiento, el Dr. Cisterna ha señalado que varios estudios también han descubierto una asociación positiva entre la administración de ciertos componentes como Bifidobacterium infantis o Bifidobacterium longun, y diversas especies de Lactobacillus, y el control de la ansiedad o la depresión.

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Actualizado: 29 de mayo de 2020

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