Dengue y chikungunya se disparan más allá de sus fronteras habituales

La OMS alerta de que los casos de dengue y chikungunya se han disparado en las Américas y se han extendido más allá de las zonas históricas de transmisión, y propone medidas para controlar estas infecciones transmitidas por mosquitos.
Hombre fumigando un jardín en Brasil para luchar contra los mosquitos

25/03/2023

El dengue y la fiebre de chikungunya son dos enfermedades arbovirales provocadas por virus que se transmiten por la picadura de mosquitos cuya presencia es habitual en países tropicales y subtropicales, como el Aedes aegypti y el Aedes albopictus, y constituyen un importante problema de salud pública en las zonas más afectadas del planeta, como la Región de las Américas. Estas enfermedades, de hecho, son endémicas en la mayoría de los países de América Central, América del Sur y el Caribe.

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Ahora, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que se ha producido un incremento de la transmisión y la expansión de los casos de chikungunya más allá de las zonas tradicionales y que en lo que llevamos de año también se ha observado una intensa transmisión del dengue, que se espera que aumente en los próximos meses en el hemisferio sur porque se darán condiciones climáticas (altas temperaturas y humedad) que favorecen la proliferación de mosquitos.

Los datos de la OMS señalan que en 2022 se han notificado en las Américas 2,8 millones de casos de dengue, lo que significa que se han duplicado respecto a 2021, cuando se notificaron 1,2 millones de casos. También han incrementado los casos de chikungunya, junto a una elevada incidencia de meningoencefalitis, asociada posiblemente a chikungunya reportado por Paraguay, lo que aumenta la preocupación.

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La confluencia de varios factores como la presencia generalizada de mosquitos vectores, el riesgo de infecciones graves que incluso puedan provocar la muerte, y la propagación de estas enfermedades a otras zonas donde no fueran habituales y en las que tanto la población como los profesionales sanitarios no conozcan bien sus síntomas, incluyendo los más graves, hace que la OMS esté evaluando el riesgo como alto en la Región de las Américas.

Más casos de dengue y chikungunya en las América

En 2022 se notificaron 3.123.752 casos (sospechosos y confirmados) de enfermedad por arbovirus en la Región de las Américas, de los que 2.809.818 (90%) fueron casos de dengue y 273.685 (9%) fueron casos de chikungunya. Esto supone un aumento proporcional de alrededor del 119% en comparación con 2021. En 2022, ambas enfermedades alcanzaron su punto álgido en la semana epidemiológica 18 (que comienza el 1 de mayo de 2022).

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Este año 2023, entre el 1 de enero de y el 4 de marzo, se notificaron 342.243 casos de dengue, incluidas 86 muertes, en la Región de las Américas. Durante el mismo período, la mayor incidencia acumulada de casos de dengue se registró en Bolivia con 264,4 casos por 100.000 habitantes, seguido de Nicaragua con 196,8 casos por 100.000 habitantes y Belice con 145,6 casos por 100.000 habitantes.

La OMS ha estado apoyando a los Estados Miembros de la Región de las Américas para prevenir estas enfermedades y hacer frente a los brotes epidémicos, y ha propuesto medidas para reducir el impacto que puede tener el incremento de la transmisión sobre la salud pública de la Región, como:

  • Centrar los esfuerzos de prevención en la vigilancia y control de las poblaciones de los mosquitos Aedes spp., por ser el vector más extendido en la zona.
  • Mejorar la detección precoz de la enfermedad y el acceso a tratamientos médicos para evitar el agravamiento de los pacientes y la mortalidad.
  • Mantener medidas de protección personal para prevenir las picaduras de mosquitos, como utilizar repelentes, dormir con mosquiteras que hayan sido impregnadas con insecticida y vestir con prendas que cubran brazos y piernas.
  • Utilizar RT-PCR para diagnosticar estas enfermedades, ya que los síntomas de los arbovirus pueden confundirse y existe una reactividad serológica cruzada entre los virus del dengue y Zika, lo que dificulta un diagnóstico y tratamiento adecuados y puede afectar también a la vigilancia epidemiológica.
  • Formar a los profesionales sanitarios para que estén mejor capacitados para la detección de casos y posibles complicaciones de estas enfermedades y para el manejo clínico de los pacientes que ayude a prevenir síntomas graves y muerte.

Actualizado: 5 de mayo de 2023

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