La exposición al cobre podría predisponer al alzhéimer

Un nuevo estudio señala que la exposición continuada al cobre puede desencadenar la aparición de la enfermedad de Alzheimer, y también favorecer la progresión de este tipo de demencia.
La exposición al cobre podría predisponer al alzhéimer

La exposición continuada al cobre puede ser un desencadenante de la aparición de la enfermedad de Alzheimer y favorecer la progresión de este tipo de demencia, según los resultados de un estudio que se acaba de publicar en ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ (PNAS).

El autor principal del estudio, Rashid Deane, profesor de Investigación en el Departamento de Neuromedicina Traslacional del Centro Médico de la Universidad de Rochester de Nueva York (EE.UU.), ha explicado que la acumulación de cobre a largo plazo deteriora los sistemas por los que el beta-amiloide se retira del cerebro, lo que favorece que esta proteína se acumule en este órgano y forme las placas que se asocian con el desarrollo de alzhéimer.

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El cobre es un oligoelemento esencial presente en los tejidos del organismo, necesario para el correcto desarrollo de diversas funciones corporales, y cuyo déficit puede causar anemia y osteoporosis. Sin embargo, en exceso, resulta tóxico, y si se acumula en los órganos, puede originar trastornos cerebrales y renales, hepatitis, etcétera.

El exceso de cobre resulta tóxico y, si se acumula en los órganos, puede originar trastornos cerebrales y renales, entre otros.

Los investigadores realizaron varios experimentos con ratones, a los que administraron dosis de cobre a través del agua durante tres meses. Observaron así que el mineral recorre el sistema sanguíneo y se acumula en los vasos que alimentan de sangre al cerebro, accediendo a unas células que contribuyen a regular el paso de moléculas hacia y desde el tejido cerebral.

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Con el tiempo, el cobre se deposita en dichas células e inhibe la eliminación de la proteína beta-amiloide del cerebro, y esto también se observó cuando se probó con células humanas. Posteriormente, los científicos comprobaron que el cobre, además, estimulaba la producción de beta amiloide y provocaba la inflamación del tejido cerebral, lo que puede facilitar todavía más la rotura de la barrera hematoencefálica y favorecer la acumulación de toxinas asociadas al alzhéimer.

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Actualizado: 14 de septiembre de 2016

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