Síntomas del cáncer de riñón
Por: María Dolores Tuñón
Médico Residente de Medicina Familiar y Comunitaria
Revisado: Dr. José Antonio Nuevo González
Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Actualizado: 7 de marzo de 2024
El cáncer de riñón a menudo no presenta síntomas en sus etapas iniciales y, en la actualidad, más del 40% de los tumores renales se diagnostican de forma accidental en una ecografía o un TAC abdominal que se realiza por cualquier otro motivo. Si se detecta precozmente, la tasa de supervivencia es de casi el 95%, ya que se pueden observar desde estadios muy tempranos, cuando la masa de células malignas es aún pequeña. Sin embargo, a medida que el cáncer crece, pueden aparecer síntomas más notorios.
Los tres síntomas del cáncer de riñón más comunes son el dolor de la zona lumbar de la espalda que no desaparece –probablemente localizado en la zona del riñón afectado, justo debajo de las costillas–, la hematuria o presencia de sangre en la orina (a simple vista– puede hacer que la orina se vea de color rosado, rojo o cola– o en un examen de una muestra de orina), y la palpación por el médico de una masa abdominal en los flancos del abdomen que se extiende sobre la cadera y bajo el tórax. La aparición de estos tres síntomas simultáneamente es rara, siendo la hematuria el hallazgo más frecuente.
Se acompaña, además, de un cuadro muy inespecífico de fiebre que no está causada por una infección y que no desaparece, anemia –que puede provocar fatiga y debilidad–, pérdida de peso sin hacer cambios en la dieta o en la rutina de ejercicio y síntomas digestivos.
Como justo encima del riñón se encuentra la glándula suprarrenal, en algunos casos también se originan alteraciones hormonales, que son las responsables de síntomas como hipertensión, aumento del calcio en la sangre, aumento de la viscosidad sanguínea y ginecomastia (agrandamiento de las mamas en el varón).
El cáncer de riñón puede dar metástasis a ganglios linfáticos regionales, pero también a otras zonas del organismo como pulmón, hígado, huesos y cerebro. En algunos casos aislados, la afectación de estos órganos puede ser la primera manifestación clínica.
Creado: 5 de diciembre de 2011