Poliomielitis
La poliomielitis, una enfermedad infecciosa que puede causar discapacidad, suele ser asintomática, lo que favorece su propagación y hace de las campañas de vacunación el único método de control efectivo.

Síntomas de la poliomielitis

David Saceda

Por: David Saceda Corralo

Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

La enfermedad de la polio puede aparecer de cuatro formas diferentes, que se caracterizan por los siguientes síntomas:

  • Polio subclínica o abortada: entre 7 y 14 días después de haber entrado en contacto con el poliovirus, el niño infectado puede sufrir un cuadro clínico inespecífico más o menos intenso que dura de tres días a una semana. Los síntomas más frecuentes son malestar general, cansancio, fiebre y dolor de garganta, como cualquier otro cuadro vírico (gripe, citomegalovirus, etcétera). También pueden aparecer vómitos o diarrea, que recuerdan a una gastroenteritis.

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  • Polio asintomática: en muchos casos la infección por el virus de la polio no provoca síntomas en los niños que se han infectado. O puede ser que los provoque pero sean tan leves que la persona que los sienta no les dé ninguna importancia y no acuda al médico. El 90% de los infectados por poliovirus estarían en esta situación o tendrían una polio subclínica.
  • Polio no paralítica o preparalítica: en el 5% de los niños infectados por poliovirus la infección avanza hasta el sistema central. Todos presentan días antes un cuadro de polio subclínica. La afectación del sistema nervioso se manifiesta en dos períodos: un primer momento donde hay picos febriles de hasta 39ºC y dolor de cabeza intenso; un segundo momento en el que aparece rigidez de nuca notable y afectación del sistema nervioso autónomo (taquicardia, sudor frío, diarreas, etcétera).

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  • Polio paralítica: desgraciadamente en un niño de cada 200 infectados el virus de la polio infecta el sistema nervioso central y lo daña de forma permanente. Este daño se localiza concretamente en las neuronas motoras responsables de inervar los músculos de nuestro esqueleto. Las neuronas que se afectan con más frecuencia son aquellas responsables del movimiento de las piernas. Cuando se dañan estas neuronas, el músculo se atrofia y queda inservible. Con el tiempo la pierna del niño se deforma, deja de crecer, y caminar se vuelve muy difícil.

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Creado: 20 de agosto de 2013

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