Harpagofito, antiinflamatorio natural
El harpagofito se revela como una alternativa natural a los medicamentos antiinflamatorios para tratar problemas reumáticos, lesiones deportivas y otros procesos inflamatorios, así como para combatir el dolor.

Qué es el harpagofito

Jordi Cebrián

Por: Jordi Cebrián

Periodista especializado en plantas medicinales

Actualizado: 28 de febrero de 2023

Del África austral nos llega el que está considerado como uno de los mejores antiinflamatorios herbarios que se conocen: el harpagofito. Supone una alternativa muy válida a los medicamentos antiinflamatorios convencionales, que tienen en nuestra sociedad un consumo muy elevado.

Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, en sólo 12 años este consumo se había incrementado en un 12%. El abuso en la toma de este tipo de fármacos, por lesiones, dolores musculares, lumbalgias y reumatismos, se ha demostrado que puede provocar el desarrollo de úlceras gástricas, irritación del tracto gastrointestinal, aumento de la presión sanguínea y disminución de la función renal, tal y como alertaban los expertos en los medios de comunicación hace sólo unos meses. Una planta que posee de forma destacada propiedades antiinflamatorias y analgésicas como es el harpagofito puede revelarse en muchos casos como una solución a explorar para evitar estos efectos indeseados y muchos facultativos así lo están recomendando.

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Componentes bioquímicos del harpagofito

Del harpagofito se aprovechan sus tallos subterráneos o tubérculos. Contiene glucósidos amargos, entre los que cabe destacar por su importancia terapéutica el harpagósido o harpagina y el procúmbido. Contiene también fitoesteroles, principios amargos, flavonoides, ácidos triterpénicos y, de forma abundante, un hidrato de carbono u oligosacárido, conocido por  estaquiosa.

Garra de demonio
Harpagofito, también llamado garra del diablo, es una planta vistosa y con gran capacidad de resistencia ante las inclemencias del tiempo.

Estos principios activos son responsables de sus propiedades antiinflamatorias, analgésicas, antiespasmódicas y diuréticas. Se comporta así mismo como hipolipemiante (reduce el colesterol malo), hipoglucemiante y cicatrizante.

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Cómo es y dónde se encuentra el harpagofito

El harpagofito Harpagophytum procumbens es una mata de la familia de las pedaliáceas, de apenas un metro de alto, con las hojas suculentas, de forma lobulada, y flores solitarias, grandes, de color rosado intenso. Cuando madura, desarrolla un fruto en forma de garra, al que debe su nombre de ‘garra del diablo’, devil’s claw en inglés.

Estamos ante una planta admirable por su capacidad de resistencia a las duras condiciones climáticas a las que se enfrenta. Crece en ambientes desérticos y predesérticos del Transvaal y el Kalahari, en Sudáfrica, Botswana y Namibia, al sur de África. Son lugares donde se dan unas condiciones de temperaturas extremas, con un índice de pluviosidad muy escaso, de menos de 200 mm de lluvia anual. Muy pocas plantas y también muy poco animales son capaces de resistir y de medrar en estas condiciones. El secreto del harpagofito para hacerlo es su capacidad para almacenar agua y nutrientes en sus tejidos carnosos y en sus tallos subterráneos, lo que le permite sobrevivir largos periodos de sequía.

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Usos tradicionales del harpagofito

Los pueblos nativos de la zona, los San y los Khoi-san entre ellos, conocen desde hace incontables generaciones las posibilidades curativas de esta planta magnífica, y saben dónde y cómo hallarla, realizando amplias campañas de búsqueda bajo el sol impío del desierto africano. Desentierran sus tubérculos con sumo cuidado y los curanderos de la comunidad los han venido empleando para sanar diferentes afecciones, como estados febriles, desórdenes gastrointestinales, dolores posparto y heridas, desgarraduras e inflamaciones por golpes y contusiones. Este conocimiento secular se ha ido transmitiendo de generación en generación.

Diferentes estudios científicos han certificado en parte las potencialidades terapéuticas del extracto de harpagofito a partir de estos tubérculos, y su consumo, fuera de los países de donde es originario, se ha disparado en las últimas dos décadas. Para evitar poner en peligro las poblaciones naturales de esta planta, los gobiernos de la región impusieron cuotas de recolección y se crearon viveros activos para tratar de dar respuesta a la creciente demanda internacional.

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Por Internet es posible encontrar semillas de harpagofito, que se venden por encargo, pero cabe antes asegurarse de que proceden de un cultivo sostenible.

Creado: 18 de noviembre de 2015

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