Problemas de pies más frecuentes en los adultos mayores
Actualizado: 6 de diciembre de 2022
Los problemas podológicos no son exclusivos de la tercera edad, ya que utilizar calzado elaborado con materiales de mala calidad o zapatos de tacón, por ejemplo, son algunos de los factores que deterioran la salud de los pies, pero algunos factores asociados al envejecimiento pueden agravarlos. Identificar a tiempo estos trastornos evitará que vayan a más e interfieran en tu día a día.
Te explicamos los principales problemas que pueden afectar a los pies de las personas mayores y soluciones y cuidados para prevenirlos o tratarlos:
Durezas y metatarsalgia
Cuando los pies sufren un desgaste y una presión contante en una zona muy concreta como la parte superior de los dedos o el talón, y además esa zona está especialmente seca, es muy común que aparezcan durezas. En cambio, si esta combinación de factores se da en la principal zona de descarga del pie, es decir, los huesos metatarsianos (zona donde comienzan los dedos) puede aparecer la metatarsalgia.
Ambos problemas deben ser tratados por un especialista en podología, porque son dolorosos y pueden llegar a impedir caminar. En el caso de las durezas, es posible que las molestias desaparezcan al eliminarlas, pero si se padece metatarsalgia será necesario buscar otras soluciones, como perder peso, cambiar el tipo de calzado o usar plantillas a medida.
Juanete o 'hallux valgus'
También conocido como hallux valgus, el juanete es una deformidad ósea común que surge cuando el dedo gordo del pie, llamado primer ortejo o hallux, se desvía hacia el segundo dedo, provocando una protuberancia en el borde interno del pie. Se desarrolla poco a poco a lo largo de los años, por lo que si se trata desde sus inicios se puede evitar que vaya a más; en caso contrario, provoca una importante deformación, que afecta a los tejidos de la articulación y puede originar la acumulación de líquido en la zona, generar una lesión e infectarse. Además, el afectado suele sentir la articulación del dedo entumecida y perder movilidad.
Existen varios motivos por los que pueden aparecer los juanetes y uno de ellos es por la propia estructura del pie heredada; pero también se deben al uso de zapatos con puntera estrecha y tacón porque favorecen la opresión del dedo gordo, y es por ello que son más comunes entre las mujeres mayores.Será necesario ponerse en manos de un podólogo para que analice el problema y dé una posible solución. Mientras tanto, para disminuir sus molestias se puede aplicar frío en la zona durante unos 10 minutos varias veces al día para reducir la inflamación, usar correctores posturales para juanetes durante la noche, apósitos para aliviar el dolor de la callosidad y durezas que surgen en el juanete, y protectores para proteger el abultamiento de la presión.
Cuando el juanete genera tanto dolor que afecta a la calidad de vida del mayor, se puede optar por una cirugía correctiva, siempre teniendo en cuenta el estado de salud de la persona, su edad y su nivel de actividad. Existen multiples técnicas quirúrgicas para corregir este problema, por lo que el médico tendrá en cuenta cuál es la mejor para cada caso.
Pie diabético en la tercer edad
La diabetes es una enfermedad frecuente en las personas mayores, y puede originar alteraciones vasculares que impiden que la sangre llegue correctamente a los pies. Esta falta de riego sanguíneo hace que sus tejidos sean menos resistentes, y puede ocasionar daños en los nervios y una pérdida de sensibilidad que hace que el mayor no note que tiene una herida o que le duele una parte del pie.
Esta combinación de factores negativos conlleva que el paciente pueda presentar lo que se conoce como pie diabético, es decir, que aparezcan úlceras, infecciones, daños, e incluso la destrucción de los tejidos profundos de la extremidad. Si estas afecciones no son tratadas en sus inicios puede que sea necesario proceder a la amputación de alguno de los dedos, o del pie entero. Para no llegar a este punto, a las personas con diabetes se les indican las siguientes recomendaciones:
Dedo en martillo
El dedo en martillo se caracteriza por la deformación de uno o más dedos del pie que adoptan una posición doblada hacia abajo como si se tratase de una garra. Por lo general afecta al segundo dedo, pero también puede aparecer en el resto.
La presencia de un juanete puede ser el origen de este problema al ejercer presión sobre los dedos, en los que también pueden aparecer callos en su parte superior y en la planta del pie. Son los propios callos los que provocan dolor, pero también la deformación que presenta el pie, ya que el dedo está forzado a mantenerse en una posición doblada, algo que también repercute en los músculos y tendones del dedo. Si el problema no se soluciona, el dedo puede llegar a perder movilidad y quedarse rígido.
Además del juanete, el hecho de padecer artritis reumatoide, y de nuevo el uso de un calzado inadecuado, pueden ser el origen del dedo en martillo en la tercera edad. Cuando surgen las primeras señales de la aparición de este problema, es necesario cambiar el calzado por uno amplio, pero del tamaño correcto y, por supuesto, acudir al podólogo y ortopeda para que diseñen un dispositivo que frene la deformidad, que puede ser un enderezador o un regulador del dedo. Si no hay otro remedio, se puede proceder a una intervención quirúrgica, pero siempre valorando la edad del individuo, su nivel de actividad y su estado de salud.
Espolón calcáneo
El calcáneo es el hueso del talón, el más grande del pie y el que se encarga de soportar la presión y la fuerza que hacemos al andar, al permanecer de pie, al bailar, etcétera. Por tanto, es un hueso que recibe muchos impactos a lo largo de la vida, por lo que es lógico que las personas mayores se resientan de él, y más aún cuando surge un crecimiento de un sobre hueso, o lo que conocemos como espolón calcáneo.
En los primeros estados el espolón no provoca dolor; de hecho, suele pasar desapercibido y en ocasiones se localiza por medio de una prueba de radiología realizada por otro motivo. Es en este momento cuando se puede comenzar a adoptar medidas preventivas para evitar que siga creciendo y aparezca un dolor que puede llegar a incapacitar al mayor.
Existen diferentes tipos de espolones calcáneos, pero en las personas mayores los más comunes son el conocido como inflamatorio, que surge como consecuencia de una enfermedad reumática e inflamatoria –como la gota o la artritis reumatoide–, y el espolón degenerativo, que aparece c uando se produce un crecimiento del hueso por la calcificación de inserciones debidas a la edad.
El propio espolón no es el que provoca dolor, pero sí la inflamación de la bolsa serosa o la fascitis que surge como consecuencia de su presencia. Cuando se dan estos problemas se experimenta dolor al apoyar el talón en el suelo, y puede aparecer cojera porque el mayor evita cargar el talón y camina ejerciendo la presión sobre el metatarso.
Si hay dolor puede ser necesario hacer reposo o acudir al fisioterapeuta, quien podrá proceder a vendar el piel con un vendaje neuromuscular, así como aconsejar el uso de taloneras. Estas medidas se pueden combinar con la toma de medicamentos antiinflamatorios e incluso corticoides, pero en personas mayores no se suele realizar una cirugía porque la recuperación es lenta y no soluciona el problema por completo.
Sabañones en los pies de los mayores
El frío puede ser un enemigo de los pies de las personas mayores porque los problemas de circulación y las bajas temperaturas favorecen la aparición de sabañones, es decir, inflamaciones en la piel de los pies (también pueden aparecer en las manos) que provocan picor, quemazón, y pueden ser el origen de heridas que pueden llegar a ser peligrosas en la vejez.
Ante esta posibilidad se recomienda a las personas mayores que mantengan los pies calientes con el uso de calcetines y zapatos apropiados, pero eviten la exposición a fuentes de calor directa porque esto puede perjudicar la circulación. En épocas de más frío habrá que mantener una temperatura correcta en las casas y usar ropa de abrigo en la cama que proteja pero no ejerza presión sobre los pies.
Creado: 5 de abril de 2019