Tanto si has sido diagnosticado como alérgico al huevo, o sospechas que puedes sufrir este problema, o bien, quieres ser cuidadoso en el caso de un bebé o niño pequeño, para prevenir la alergia al huevo y sus síntomas debes seguir estas pautas:
- Se recomienda leer todas las etiquetas de los alimentos envasados para determinar si están elaborados con huevo o con alguno de sus componentes, como albúmina, lecitina o E-322, ovoalbúmina, ovomucoide, vitelina, livetina, etcétera.
- Es preciso consultar sobre la composición de los alimentos cuando se come fuera de casa, especialmente en lo referido a las salsas, rebozados, cremas, sopas, pastas, patés, postres…
- Tener en cuenta que los utensilios de cocina también pueden estar contaminados con pequeñas cantidades de huevo, y que no se debe utilizar aceite en el que se haya cocinado huevo, en la preparación de alimentos para la persona alérgica.
- Algunas vacunas incluyen componentes de huevo (vacunas antigripales, de la fiebre amarilla, antisarampión, antiparotiditis y triple vírica), por lo que es importante informar al personal sanitario de la condición de alérgico antes de su administración, ya que pueden llegar a originar reacciones adversas.
- En el caso de prescripción de medicamentos, advertir al médico y farmacéutico que se padece alergia, y leer meticulosamente en el prospecto la composición del fármaco.
- Es aconsejable retrasar la introducción del huevo en la alimentación de los niños hasta los 18-24 meses.
- Es conveniente que la persona alérgica lleve alguna chapa o pulsera en la que se detallen las sustancias concretas que le afectan.