José Ramón Fernández

Neonatólogo del Hospital General Universitario Santa Lucía (Cartagena), experto en asistencia al trauma pediátrico
Sensato, riguroso y un gran divulgador, José Ramón Fernández nos habla de la importante labor de las Unidades de Neonatología en la atención y cuidado de los bebés prematuros, con malformaciones u otros problemas de salud.
Entrevista a José R. Fernández
“En bebés prematuros la lactancia materna se podría considerar prácticamente un fármaco más dentro de su tratamiento”

20/09/2018

La prematuridad, el bajo peso al nacimiento, la ictericia, las malformaciones congénitas o las infecciones son los principales motivos de ingreso en las unidades de Neonatología. Los avances científicos han permitido que los bebés con este tipo de problemas tengan una mayor supervivencia, especialmente si hablamos de prematuros porque, como explica José Ramón Fernández, neonatólogo en la Unidad de Neonatología del Hospital General Universitario Santa Lucía de Cartagena y experto en asistencia inicial al trauma pediátrico, si bien hace tan sólo 50 años era muy difícil que un bebé sobreviviera por debajo de las 34 semanas de gestación, hoy muchos pueden salir adelante incluso con 22 o 23 semanas. Advierte eso sí, que hay que ser muy prudentes con los “casos extraordinarios” de bebés con pocas semanas o peso “ya que la probabilidad de supervivencia sin secuelas importantes a largo plazo de prematuros por debajo de las 25 semanas es todavía bastante reducida”.

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Muy activo en su cuenta de Twitter y gran divulgador de salud sin bulos, José Ramón Fernández recuerda la necesidad de basarse siempre en evidencias científicas, huyendo del pensamiento mágico y lo sobrenatural, y de tener siempre una máxima presente: “cada niño es único y totalmente diferente de los demás”.


¿Cómo llega un bebé a Neonatología? ¿Cuáles son las razones de ingreso más habituales?

Puede llegar desde el propio paritorio o el quirófano tras el nacimiento, cuando se trata de recién nacidos prematuros, de bajo peso o con alguna patología diagnosticada prenatalmente, como malformaciones congénitas, o por problemas que se presentan durante el parto como la hipoxia-isquemia perinatal.

También pueden ingresar desde la planta de Maternidad, donde están los recién nacidos sanos ingresados con sus madres, cuando se detecta algún problema durante su estancia y por último pueden ingresar desde Urgencias cuando son los padres o su pediatra del centro de salud quienes detectan algún problema y acuden al hospital, como por ejemplo por fiebre, problemas de alimentación o ictericia (coloración amarillenta de la piel).

La prematuridad, el bajo peso al nacimiento, la ictericia, las malformaciones congénitas o las infecciones son las razones de ingreso más frecuentes en neonatología

Entre las razones de ingreso más frecuentes destacaría la prematuridad, el bajo peso al nacimiento, la ictericia, las malformaciones congénitas o las infecciones.

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Se habla mucho de bebés milagro, que nacieron demasiado pronto y que en otra época hubieran tenido pocas o ninguna expectativa de vida. ¿Ha habido algún caso que hayas presenciado y que haya salido adelante?

A mí personalmente la palabra ‘milagro’ no es un término que me guste por las connotaciones sobrenaturales que conlleva y por el sensacionalismo que suele acompañarle, pero comprendo que a mucha gente ajena a la medicina le pueda parecer un milagro que ciertos niños salgan adelante. Hace 50 años, que un bebé nacido a las 34 semanas sobreviviera podría considerarse un milagro (el presidente Kennedy sin ir más lejos tuvo un hijo con 34 semanas que falleció a los pocos días de vida sin que se pudiera hacer nada por él) y en cambio hoy día, niños de 34 semanas lo normal es que sobrevivan en la inmensa mayoría de ocasiones.

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Eso se lo debemos a los avances que nos ha proporcionado el conocimiento científico y que permiten que hoy día puedan salir adelante niños de 500 gramos o hasta 22-23 semanas de gestación. Sin embargo hay que ser muy prudentes con estos casos extraordinarios que saltan en ocasiones a los medios, tipo “el bebé más pequeño del mundo” o “el bebé con menos semanas del mundo”, ya que la probabilidad de supervivencia sin secuelas importantes a largo plazo de prematuros por debajo de las 25 semanas es todavía bastante reducida, por lo que debemos mantener siempre los pies en el suelo y no contribuir a generar falsas expectativas en familias que puedan estar pasando en estos momentos por situaciones similares. Por ello creo que a las familias se les debe ofrecer información veraz sobre su bebé en base a su situación clínica y no en base a anécdotas que mediáticamente son muy efectistas, pero no representan la realidad.

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¿En qué medida los avances en neonatología han permitido reducir la mortalidad neonatal de estos bebés?

En los últimos 20 o 30 años se han producido grandes avances. Destacaría la administración de corticoides prenatales a las madres con amenaza de parto prematuro, que “acelera” la maduración fetal antes de nacer y el empleo del surfactante, que es una sustancia necesaria para el adecuado funcionamiento pulmonar de la que los prematuros, sobre todo los más inmaduros, carecen.

La probabilidad de supervivencia sin secuelas importantes a largo plazo de prematuros por debajo de las 25 semanas es todavía bastante reducida

También hay que mencionar los avances en ventilación mecánica, que cada vez tiende a ser menos invasiva, el control y prevención de infecciones, las mejoras en las técnicas de nutrición y el fomento de la lactancia materna que son fundamentales para conseguir no solo que sobrevivan, sino que lo hagan con el menor riesgo de complicaciones y secuelas posibles.

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¿Qué papel juega la lactancia materna en el cuidado de bebés ingresados en neonatología?

La lactancia materna es el alimento idóneo que debería recibir cualquier recién nacido tanto por sus propiedades nutricionales como inmunológicas y en el caso de un prematuro me atrevería a decir que se podría considerar prácticamente un fármaco más dentro de su tratamiento, pues se ha demostrado que previene complicaciones tan graves como la enterocolitis (una afección intestinal típica de los prematuros que puede ser mortal) y promueve un mejor desarrollo neurológico, entre otros beneficios.

Bebé en brazos de su madre
Foto de Freepik ©phduet

De hecho, la importancia es tal que en los últimos años cada vez más hospitales disponen de bancos de leche materna donada por madres altruistas, que nos permite alimentar a recién nacidos cuyas madres no pueden dar leche materna a sus hijos. Por desgracia, en la Región de Murcia aún no disponemos de este servicio propio, aunque gracias a un acuerdo de colaboración con el Banco de Leche Humana Donada del Hospital Virgen de las Nieves de Granada, en nuestro hospital podemos ofrecer leche donada a los neonatos que la necesitan.

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El papel de la familia en los ingresos de prematuros

¿Qué pautas se siguen en las unidades de neonatología para atender a los bebés prematuros?

En los últimos años estamos fomentando mucho la implicación de las familias en el cuidado de sus hijos durante el ingreso en las unidades neonatales. En cuanto su situación clínica lo permite, animamos a los padres a que realicen el método canguro. Para ello se saca al bebé de la incubadora y se coloca sobre el pecho de la madre o el padre en contacto piel con piel durante 1-3 horas. A parte de los beneficios emocionales que conlleva para los padres poder estar en contacto con su bebé, se fomenta la lactancia materna y durante estos períodos que el bebé permanece fuera de la incubadora con sus padres, sus constantes vitales tienden generalmente a ser más estables.

La tendencia general en las unidades de neonatología es promocionar los cuidados centrados en la familia

Mencionas el Método Madre Canguro pero, ¿se favorece lo suficiente o sigue siendo un reto pendiente en algunos hospitales?

Es posible que aún quede alguna unidad donde no se fomente el Método Madre Canguro, aunque mi impresión es que son minoría. La tendencia general es promocionar los cuidados centrados en la familia, incluido el Método Madre Canguro.

¿Hasta qué punto son importantes las unidades de puertas abiertas para que los padres puedan permanecer con ellos durante su ingreso hospitalario?

Que los padres puedan entrar libremente y estar todo el tiempo que deseen con sus hijos favorece que se genere confianza en su propia capacidad para cuidar de su hijo tras el alta. Muchos padres temen el día del alta porque no se creen capaces de cuidar a su hijo fuera de ese ambiente controlado y con monitorización constante. La posibilidad de estar con su hijo les permite conocerlo, participar en los cuidados durante su ingreso y adquirir confianza de cara a ese momento. Y eso es un gran avance en mi opinión, que podría incluso disminuir reingresos hospitalarios tras el alta.

¿Cuándo se considera que un bebé prematuro está preparado para recibir el alta?

No existen unos criterios universalmente aceptados. En general se suele decir que un prematuro puede irse de alta cuando está lo suficientemente estable a nivel respiratorio, térmico, tiene una ganancia de peso adecuada… Esto sucede habitualmente en torno a los 2 Kg de peso, alrededor de las 36-37 semanas de edad posconcepcional (la edad gestacional que tendría si el embarazo hubiera seguido en curso).

Es fundamental que antes del alta los padres sean capaces de identificar y manejar correctamente las necesidades de su hijo

Supongo que cuanto más se acorte la estancia de los niños en el hospital, será más positivo tanto para ellos como para sus familias. ¿Es posible una hospitalización domiciliaria en la actualidad para bebés que, pese a presentar algún problema, tengan una situación clínica estable?

Sí, aunque no se realiza en todas las unidades, existen algunos centros que ofertan modalidades de hospitalización domiciliaria que incluyen altas precoces en niños que reciben alimentación por sonda, por ejemplo, en las cuales una enfermera neonatal acude al domicilio de los padres para darles el soporte que precisen.

Cuidados y seguimiento en casa de los prematuros

¿Necesitan los bebés prematuros cuidados especiales cuando se marchan a casa con sus familias?

Algunos de ellos se marchan a casa con oxígeno y pulsioxímetro para controlar su oxigenación, pero en nuestro centro la mayoría suelen irse a casa sin ningún soporte técnico. Solemos recomendar que se evite el contacto con personas que estén cursando cualquier enfermedad infecciosa (catarros, gripe, gastroenteritis…), que se eviten aglomeraciones de gente en espacios cerrados por este mismo motivo y que se evite a toda costa la exposición al tabaco. Por lo demás, los cuidados en casa de un prematuro no difieren mucho de lo que recomendaríamos para cualquier recién nacido, incluido el acostarlos boca arriba para dormir como prevención del síndrome de muerte súbita del lactante.

Mi recomendación a los padres es que vivan el día a día y que intenten disfrutar de su hijo todo lo posible, evitando comparaciones con otros casos similares

Al margen de estas recomendaciones generales, dependiendo de la edad gestacional y la situación concreta de cada niño se programan visitas de seguimiento. En general se recomienda que todos los menores de 32 semanas o menores de 1500 gramos tengan un seguimiento en consultas de Neonatología y por los Servicios de Atención Temprana, con el objetivo de detectar precozmente alteraciones del neurodesarrollo que sabemos son más frecuentes en estos niños.

¿Cuánto dura el seguimiento que se les hace después?

El tiempo de seguimiento lo determinará la situación concreta de cada niño y la accesibilidad a Atención Temprana que tenga cada comunidad, que por desgracia no es uniforme, con listas de espera de varios meses en algunas comunidades autónomas que limitan el acceso de estos niños a los programas de seguimiento y, por desgracia, a las terapias en caso de ser necesarias, aunque por regla general se suele realizar un seguimiento hasta los 4-6 años de vida.

¿Se prepara a los padres en el hospital para que puedan atender ellos solos las necesidades del bebé cuando llegan a casa?

Sí, es fundamental que antes del alta los padres sean capaces de manejar correctamente e identificar las necesidades de su hijo. Para ello, como he comentado antes es fundamental la implantación de unidades de puertas abiertas.

Las estadísticas de supervivencia y complicaciones son útiles y necesarias, pero únicamente sirven como orientación

Si tuvieras que dar unas recomendaciones a una familia que está viviendo el ingreso de su bebé. ¿Qué le dirías? ¿Qué es lo más importante en estos casos?

Lo primero es darles la enhorabuena por el nacimiento de su bebé. No les puedes decir que estén tranquilos y que todo va a salir bien porque nunca vamos a poder saber con certeza lo que va a ocurrir en el futuro. Por tanto, mi recomendación es que vivan el día a día y que intenten disfrutar de su hijo todo lo posible, evitando comparaciones con otros casos similares, pues no hay dos casos iguales. Las estadísticas de supervivencia y complicaciones son útiles y necesarias, hay que conocerlas e informar de ellas a la familia si lo desean, pero únicamente sirven como orientación para conocer qué podemos esperar en casos similares al suyo, sin que ello signifique que el resultado vaya a ser igual que en esos casos, pues cada niño es único y totalmente diferente de los demás. Eso creo que es lo más importante que deben saber.

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