Un fármaco para el cáncer podría ayudar a tratar también el párkinson

Investigadores españoles comprueban que Rucaparib, un fármaco que se emplea contra varios tipos de cáncer, podría ayudar en el tratamiento del párkinson gracias a las transformaciones bioquímicas que experimenta dentro del organismo.
Mujer con temblores en la mano intentando coger un vaso de agua

10/02/2024

De vez en cuando los científicos nos dan una buena noticia cuando descubren que un medicamento que originalmente se desarrolló para tratar una determinada enfermedad también resulta útil para aliviar la sintomatología de otra diferente, o incluso curarla. Es lo que ha ocurrido ahora con el fármaco Rucaparib, que se utiliza en quimioterapia de cáncer de ovario, de mama y, más recientemente, de cáncer de próstata, y que se ha comprobado que tiene potencial como tratamiento del párkinson.

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El estudio ha sido liderado por los investigadores Albert A. Antolin, del programa Oncobell del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y ProCure del Instituto Catalán de Oncología (ICO), y Amadeu Llebaria, del Instituto de Química Avanzada de Cataluña (IQAC-CSIC), y ha demostrado que Rucaparib y su principal metabolito, la molécula M324 exhiben actividades diferenciales.

Los investigadores han explicado que cuando los fármacos se introducen en el organismo, además de realizar su función terapéutica, se transforman bioquímicamente por acción de la maquinaria metabólica, y que este proceso facilita su expulsión. El resultado de esta biotransformación es una desaparición paulatina del fármaco, que se va convirtiendo en sus metabolitos. “Éstos, a su vez, pueden alcanzar altas concentraciones en el organismo y mostrar, también, una actividad biológica que puede ser distinta a la del fármaco original. Es decir, los metabolitos y el fármaco coexisten en el organismo, y pueden provocar efectos distintos de los obtenidos con las moléculas individuales”.

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Rucaparib forma parte de un grupo de fármacos diseñados para tratar varios tipos de cánceres que muestran alteraciones en la reparación del ADN. En concreto, son inhibidores de la enzima PARP1, que precisamente está involucrada en el proceso de reparación de mutaciones en el material genético.

Los metabolitos de los fármacos se podrían usar en medicina de precisión

Los investigadores han analizado Rucaparib y M324, haciendo una predicción computacional de la actividad del metabolito. En el artículo publicado en la revista Cell Chemical Biology se describe la síntesis de M324 y su ensayo biológico, demostrando que el fármaco y su metabolito tienen actividades diferenciadas y actúan de forma sinérgica en algunas líneas celulares de cáncer de próstata.

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También comprobaron que, sorprendentemente, M324 reduce la acumulación de la proteína α-sinucleína (un componente importante de los cuerpos de Lewy), en neuronas derivadas de pacientes de párkinson, una enfermedad neurodegenerativa caracterizada por un trastorno del movimiento, y en la que las neuronas no producen las cantidades suficientes del neurotransmisor dopamina.

En concreto, la sinergia demostrada entre Rucaparib y M324 en líneas celulares de cáncer de próstata podría tener impacto en ensayos clínicos para estadios avanzados de este tipo de cáncer. Por otra parte, el hecho de que M324 sea capaz de reducir la acumulación anormal de α-sinucleína en neuronas derivadas de células madre de un paciente de párkinson, evidencia el potencial terapéutico de este metabolito y su posible aplicación farmacológica para el tratamiento de esta enfermedad.

La molécula M324 de Rucaparib reduce la acumulación de la proteína α-sinucleína (un componente importante de los cuerpos de Lewy), en neuronas derivadas de pacientes de párkinson

Los investigadores han utilizado métodos computacionales y experimentales para caracterizar de forma integral, y por primera vez, la farmacología de la molécula M324. El primer autor del trabajo, Huabin Hu, ha hecho una exhaustiva predicción de la actividad diferencial del fármaco original y de su producto, que se traduce en espectros diferentes del patrón de fosforilación de proteínas celulares.

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Carme Serra, del grupo MCS del IQAC-CSIC, ha sintetizado el metabolito M324, lo que ha permitido verificar experimentalmente, en ensayos biológicos y celulares, la predicción computacional. Los resultados obtenidos podrían tener implicaciones en el tratamiento clínico con Rucaparib y, a su vez, abren nuevas oportunidades de descubrimiento de fármacos.

En resumen, el estudio apunta hacia una nueva perspectiva conceptual en farmacología: la que considera el metabolismo de los fármacos no como un proceso indeseable que degrada y elimina la molécula terapéutica del organismo, sino que puede tener potenciales ventajas desde el punto de vista terapéutico. El trabajo destaca la importancia de caracterizar la actividad de los metabolitos de los fármacos para comprender de forma integral su respuesta clínica y aplicarla en la medicina de precisión.

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Fuente: Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)

Actualizado: 10 de febrero de 2024

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