El alcohol es una sustancia tóxica que perjudica al organismo, y un abuso de su consumo se asocia con la aparición de más de 60 enfermedades. La adicción al alcohol es, de hecho, un grave problema sociosanitario en España, ya que se estima que el 60 por ciento de las personas mayores de 16 años consume alcohol de manera habitual en nuestro país, también el 60 por ciento de los adolescentes entre 14 y 18 años reconocen haberse emborrachado alguna vez, y se considera que más del 5% de los españoles son bebedores de riesgo, porque consumen una excesiva cantidad de alcohol.

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El alcoholismo ha sido, precisamente, uno de los temas que se han debatido durante el Congreso Nacional que la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) ha celebrado recientemente en Canarias, porque esta patología se puede estudiar y tratar en el ámbito de la Medicina Interna. Y es que el consumo excesivo y crónico de alcohol afecta a un gran número de órganos y sistemas corporales, desencadenando diversas enfermedades, como la cirrosis, la esteatosis hepática, la pancreatitis, problemas neurológicos y trastornos cardiovasculares (arritmias, hipertensión arterial…).

El Dr. Javier Laso, coordinador del Grupo de Trabajo de Alcohol y Alcoholismo de la SEMI, alerta de que los jóvenes y los adolescentes que suelen consumir alcohol en forma de atracones, lo que se conoce por el término inglés binge drinking, son especialmente vulnerables a los efectos de este tóxico, y los más susceptibles de desarrollar dependencia alcohólica son aquellos que comienzan a beber a más temprana edad.

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Alcoholismo crónico y malnutrición

Otro grave problema asociado al abuso del consumo de alcohol durante años es, sin duda, la malnutrición, que se calcula que afecta a un tercio de los pacientes alcohólicos ingresados en un hospital. Cuanto mayor es la ingesta diaria de alcohol y más tiempo se lleva consumiendo (por ejemplo, más de 200 g/día a lo largo de 20 años), peor es el estado nutricional del paciente, lo que además se relaciona directamente con el deterioro de las relaciones familiares, sociales y laborales del enfermo que normalmente provoca el alcoholismo, y que tiene como consecuencia unos hábitos de vida inadecuados y una alimentación deficiente y desequilibrada.

Los jóvenes que suelen consumir alcohol en forma de atracones, lo que se conoce como 'binge drinking', son los más susceptibles de desarrollar dependencia alcohólica

Un estudio europeo, el Informe Vintage, ha investigado el impacto del consumo de alcohol en las personas mayores de 65 años, por ser un grupo de población al que afectan especialmente los problemas nutricionales, y ha comprobado que el alcohol influye negativamente en la nutrición de los mayores, ocasionándoles un déficit de vitaminas del grupo B y de otros micronutrientes.

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Un consumo moderado y responsable de alcohol, sin embargo, puede resultar saludable. Así, según datos de un estudio liderado por investigadores del Hospital Clínic de Barcelona, denominado PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), la ingesta diaria de 10 gramos de alcohol (que equivalen a una caña de cerveza) en mujeres y 20 gramos (dos cañas) en hombres, siempre y cuando este consumo vaya acompañado de una dieta mediterránea, ejerce una acción preventiva contra las enfermedades cardiovasculares.

Fuente: Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI)

Actualizado: 29 de septiembre de 2017

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