Consejos para cuidar la voz
Actualizado: 5 de mayo de 2023
La voz nos sirve para comunicarnos, y para algunas personas también es un instrumento de trabajo –profesores, artistas, teleoperadores, periodistas…–, sin embargo, no solemos tomar medidas para cuidarla lo suficiente, y solo cuando sufrimos algún trastorno que nos deja literalmente sin habla nos damos cuenta de su importancia.
Los expertos de la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL) advierten de que está aumentando la prevalencia de patologías que afectan a la voz, sobre todo entre los profesionales que la utilizan como herramienta de trabajo. De hecho, en España, el 5% de la población tiene algún trastorno de la voz que necesita atención especializada, como advierte el vicepresidente de la SEORL, el doctor Miguel Arístegui, Jefe de Servicio ORL del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
El exceso de ruido, el estrés, los ambientes con humo o excesivamente secos, carraspear y toser con frecuencia, hablar más de cuatro horas (o más de dos en el caso de los cantantes), no dormir lo suficiente, y el consumo de alcohol, son los principales factores de riesgo para padecer problemas de voz, que también se pueden producir por alteraciones anatómicas de la laringe o disfunciones entre los órganos fonatorios.
Los trastornos más frecuentes que causan problemas de voz son:
- Disfonías. Pueden deberse a una lesión anatómica (orgánicas), o a un excesivo esfuerzo vocal.
- Nódulos. Es una patología de las cuerdas vocales que afecta sobre todo a mujeres de entre 20 y 50 años.
- Pólipos vocales. Son la causa más frecuente de cirugía en las cuerdas vocales, y la mayoría de los afectados –cuatro de cada cinco– son hombres de entre 30 y 50 años.
Decálogo de consejos para cuidar la voz
Con motivo del Día Mundial de la Voz, que se celebra cada año el 16 de abril, el doctor Juan Carlos Casado, Presidente de la Comisión de Voz y Foniatría de la SEORL y PCF nos recuerda que “la voz es nuestra principal herramienta de comunicación y debemos prestarle mucha atención. Por ello, debemos evitar conductas de riesgo para nuestra laringe y seguir unas pautas de buenos hábitos además de acudir al otorrinolaringólogo para controles periódicos y siempre en el caso de sufrir una disfonía durante más de dos semanas sin catarro asociado”.
La Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL) y la Sociedad Médica Española de Foniatría (SOMEF), ofrecen estos diez consejos para cuidar la voz y prevenir el desarrollo de las patologías que afectan a los órganos fonatorios:
- No fuerces la voz y no grites: es uno de los mayores esfuerzos vocales a evitar. Para ello conviene conocer los límites de nuestro aparato fonador, para saber hasta dónde podemos llevarlo sin realizar sobreesfuerzos y acomodar nuestro uso de la voz a nuestras posibilidades reales. Para lograrlo, algunas recomendaciones son descansar la voz realizando periodos en silencios de 15-20 minutos dos o tres veces al día, no hablar más de 4 horas seguidas ni cantar más de 2 horas, y hacer un uso razonable del teléfono móvil.
- Evita los lugares muy ruidosos, y no trates de hablar por encima del ruido ambiental cuando estés en ellos, pues es un comportamiento de abuso vocal. Para poder comunicarte mejor en estos casos sin forzar la voz puedes hablar de frente al interlocutor, articular más de lo habitual y hablar claro y lento para evitar repetir.
- No fumes ni permanezcas en ambientes con humo: el tabaco irrita la laringe, mientras que el humo se cuela entre las cuerdas vocales y predispone a la aparición de lesiones benignas como edemas o pólipos. Además, es la principal causa de cáncer de laringe. Este problema también afecta a los niños, un estudio publicado en Journal of Voice asegura que el 23% pequeños cuyos padres son fumadores, tienen disfonía, frente al 6% de aquellos que no son fumadores pasivos.
- Evita los irritantes laríngeos como el humo y los ambientes muy secos. En la medida de lo posible esquiva las áreas polvorientas y hablar en zonas con un exceso de sequedad ambiental ya que resta protección a las cuerdas vocales. Para combatirlo puedes recurrir a un humidificador, no permanecer demasiado tiempo en espacios con la calefacción o aire acondicionado altos, y mantener las habitaciones bien ventiladas para que el aire se renueve.
- Procura no carraspear con fuerza. Se trata de un hábito que supone un esfuerzo traumático para las cuerdas vocales. Es un movimiento fuerte y violento. Algunas alternativas para evitarlo pueden ser: tragar saliva, beber pequeños sorbos de agua, realizar una tos sorda (sin juntar las cuerdas vocales).
- Mantente hidratado. Beber al menos dos litros de agua al día ayuda a que la mucosa que recubre a las cuerdas vocales esté adecuadamente hidratada.
- Duerme lo suficiente, sobre todo si necesitas usar la voz en tu trabajo. Y es que, has de saber que la fatiga corporal se refleja en la proyección de la voz. Dormir más de seis horas, y descansar antes de utilizar mucho la voz, sobre todo en los profesionales de la voz, permite sacar el máximo rendimiento vocal.
- Vocalizar y respirar bien: para evitar elevar la voz y forzarla es preciso aprender a vocalizar bien y respirar de manera cómoda, sobre todo aquellos profesionales como los profesores que hacen un uso continuo de su voz. Tampoco se debe usar el aire pulmonar residual al hablar, es decir no hablar con el resto final de aire y sentir sensación de ahogo –cuando se marcan las venas del cuello al hablar–.
- Si tienes catarro o alergia, o toses con frecuencia, consulta a un especialista para tratar estos problemas correctamente.
- Acudir a un especialista de problemas de la voz si:
- En el caso de que una disfonía dure más de 15 días, ya que puede prevenir problemas crónicos de la voz
- Si tienes ronquera o afonía, sobre todo si se prolonga más de diez días.
- Si tomas medicamentos y notas alguna alteración de la voz.
- Si has tenido problemas previos con tu voz o la usas como herramienta profesional realiza controles periódicos de la voz con el otorrinolaringólogo
- Otros síntomas por los que debemos estar alerta son: tos con sangre; dificultad para tragar o para respirar; un bulto en el cuello; dolor al hablar o al tragar, o si pierde la voz por completo por más de un par de días.
Fuente: Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL) y Sociedad Médica Española de Foniatría (SOMEF)
Creado: 15 de abril de 2014