David González Jara

Doctor en Bioquímica, divulgador científico y autor de ‘Un zoo en casa: la microfauna con la que convivimos’
La mayoría de las personas tiene un miedo injustificado a los insectos. David González Jara, bioquímico, divulgador y autor de ‘Un zoo en casa’ nos explica por qué no debemos temer a los bichos que habitan en nuestro hogar.
David González Jara, bioquímico experto en insectos
Una habitación calentita con su mullida alfombra, el polvo acumulándose debajo de la cama y unos homínidos durmiendo a pierna suelta es el sueño de escarabajos, ácaros y mosquitos

26/11/2021

Cuenta David González Jara en las páginas de Un zoo en casa: la microfauna con la que convivimos (Plataforma Actual) que, según los datos de un estudio reciente, en un hogar normal habitarían entre 30 y más de 200 especies de artrópodos diferentes. Una desoladora noticia para quienes temen a los bichos de cualquier tipo, ya que no hay altura o mosquitera que sirva de barrera. Y es que, como señala el divulgador científico, “los bichos siempre terminan por llegar”. En su último libro, González Jara adopta un tono simpático y divulgativo para adentrarnos en el maravilloso mundo de los bichos que colonizan nuestros hogares y que nosotros, con mayor o menor empeño, nos desvivimos por expulsar, matar o exterminar, recelosos de lo que nos puedan hacer. Sin embargo, como explica este doctor en Bioquímica, “la inmensa mayoría de los bichos que podemos encontrar en nuestras casas son inofensivos, cuando no beneficiosos, algunos algo molestos, y solo unas pocas especies de mosquitos, moscas y cucarachas pueden resultarnos dañinas”. Confía el autor en que su libro cambie la mirada y los miedos que los lectores tienen hacia los bichos y que, si bien muchas personas sigan sin admitir la convivencia con ellos, al menos en vez de matarlos o rociarlos con insecticidas, cojan un vasito y los liberen en el exterior de sus casas.

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Yo tengo un miedo irracional a los bichos/insectos, especialmente a los voladores (que no son moscas o mosquitos), porque siento que sus movimientos escapan a mi control. No sé si era la persona ideal para leer tu libro. ¿Por qué crees que tenemos muchos ese miedo a los insectos/bichos?

Un zoo en casa:libro de David González Jara

Por lo que me dices perteneces a ese grupo de personas para quien resulta ideal leer este libro, porque te va a quitar muchos de esos miedos. Es posible que, como sucede con las serpientes y las arañas, exista un componente innato en el temor que muchas personas manifiestan hacia los bichos, no en vano algunos de ellos, como los mosquitos, han estado y continúan estando implicados en la muerte de multitud de individuos de nuestra especie.

Sin embargo, a través de las páginas del libro conoceremos la biología de estos increíbles organismos y entenderemos que en la inmensa mayoría de los casos el miedo que mostramos hacia ellos es infundado y profundamente injusto.

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Te preguntaba lo anterior porque cuentas en las primeras páginas que un reciente estudio encontró en un hogar normal un intervalo de entre 32 y 211 especies de artrópodos diferentes… ¡Y nosotros que nos creíamos a salvo con nuestras mosquiteras!

Bueno, es cierto que, a pesar de la cantidad de artrópodos que conviven con nosotros, son muy pocos los que pueden causarnos algún problema. De hecho, la inmensa mayoría son inofensivos, cuando no beneficiosos, algunos algo molestos, y solo unas pocas especies de mosquitos, moscas y cucarachas pueden resultarnos dañinas.

En la inmensa mayoría de los casos el miedo que mostramos hacia los bichos es infundado y profundamente injusto

Aunque también es verdad que en otros lugares del mundo y dentro de las casas podemos encontrar bichos que sí son realmente peligrosos, no solo mosquitos transmisores de enfermedades, sino también molestas y peligrosas chinches o arañas dotadas de potentes venenos.

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En el libro explicas también que la presencia de bichos disminuye al aumentar la altura del edificio en el que se encuentra el hogar humano. Yo, cuando vivía en un quinto, siempre me preguntaba cómo era posible que llegasen allí las hormigas que se convertían en una plaga en mi salón…

Los bichos son ubicuos y muchos de ellos encuentran en los hogares humanos un lugar ideal para cobijarse, alimentarse, e incluso reproducirse. Ya podemos encerrarnos entre cuatro gruesas paredes de hormigón o vivir en un quinto piso que la naturaleza, porque no olvidemos que naturaleza son tanto los bichos de los que tratamos de huir como nosotros mismos, terminará por alcanzarnos. Lo que es cierto es que, cuanto más grandes sean las barreras que les pongamos, menor será la variedad de especies que cobijará nuestro hogar, pero te aseguro, como bien te han hecho saber las hormigas que te acompañan en el salón, que los bichos terminarán por llegar.

Insectos en casa

Yo, lo reconozco, soy de los que compra esos productos de venta en supermercados para erradicar hormigas o polillas. Tú, en cambio, estás en contra de ellos. ¿Por qué debería seguir tu consejo?

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En el empleo de insecticidas en el hogar no mantengo una postura radical en contra de su uso. Considero que, bajo ciertas circunstancias, como puede ser una plaga o una infestación, estos productos, preferentemente en manos de profesionales, pueden ser una buena solución. Sin embargo, sostengo la idea de que utilizar de forma habitual insecticidas en el hogar no trae ningún beneficio, pues estos productos son altamente inespecíficos y eliminan a muchos de los organismos inofensivos y beneficiosos que conviven con nosotros.

La inmensa mayoría de los bichos que podemos encontrar en nuestras casas son inofensivos y solo unas pocas especies de mosquitos, moscas y cucarachas pueden resultarnos dañinas

Además, resulta paradójico que muchos de los bichos perjudiciales que queremos eliminar, como cucarachas y piojos, terminan generando resistencia a estos productos químicos con sorprendente facilidad.

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Bichos diferentes en cada estancia de la casa

¿Podríamos decir que cada habitación de la casa (cocina, baño, salón, dormitorios) tiene tendencia a ser cobijo de unos bichos diferentes?

Sin duda podríamos decir que las estancias de una casa constituyen hábitats diferentes con ciertas particularidades que las hacen más aptas para un tipo de bichos que para otros. Así, lugares húmedos como el baño o la bodega conforman el hábitat ideal para bichos como los pececillos de plata o el ciempiés doméstico; los alimentos almacenados y la casi permanente oscuridad hacen de las despensas y armarios un lugar ideal para la vida de los gorgojos, las polillas y las hormigas; y una habitación calentita con su mullida alfombra, el polvo acumulándose debajo de la cama y unos homínidos durmiendo a pierna suelta es el sueño de escarabajos, ácaros y mosquitos.

Los insecticidas son productos altamente inespecíficos y eliminan a muchos de los organismos inofensivos y beneficiosos que conviven con nosotros

A mí, que tengo la casa llena de libros, me ha marcado profundamente conocer la existencia del “piojo de los libros”. Ahora ya miro a los libros de otra forma. ¿Quién es el “piojo de los libros”?

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Los piojos de los libros son unos insectos que poco tienen que ver con los verdaderos piojos. Estos últimos se alimentan sorbiendo la sangre de su hospedador, y provocando que nos rasquemos la cabeza sin parar. Sin embargo, Liposcelis divinatorius, el más frecuente de entre los piojos de los libros, se alimenta del pegamento y la cola con la que se encuadernan los manuscritos y no son parásitos de los humanos. Por este motivo, el único daño que pueden provocar es el de deteriorar un libro que llevemos mucho tiempo sin abrir.

La inmensa mayoría de las especies de arañas que viven con nosotros ejercen una impagable labor insecticida al cazar una enorme variedad de bichos transmisores de enfermedades

Dices que antes de pisar, aplastar o, en el mejor de los casos, echarlos de nuestros hogares, deberíamos darles una oportunidad a los bichos y conocerlos. ¿Ese conocimiento puede ser el primer paso para perderles el miedo y ver de otra forma esa “obligada” convivencia?

Así es. Pero es que conocer la biología de los organismos que viven junto a nosotros no solo nos va a permitir perderles el miedo (que, en la mayoría de los casos, no está justificado), sino también descubrir la sorprendente variedad de comportamientos y estrategias de supervivencia que muestra ese heterogéneo conjunto de minúsculos seres que agrupamos y simplificamos bajo el nombre de bichejos.

Por qué tenemos tanto miedo a las arañas

Mi hija de ocho años y sus amigas gritan que tienen aracnofobia cuando ven una araña. Creo que es un miedo muy extendido. ¿Por qué tememos tanto a las arañas?

El miedo a las arañas parece ser un miedo generalizado entre los de nuestra especie, por ello los científicos sospechan que podría tratarse de un temor innato hacia un animal que en nuestro pasado evolutivo pudiera haber constituido una amenaza.

Dicho esto, ese temor a las arañas, ¿está justificado?

No puedo negar que existan arañas peligrosas, pero son muy pocas y en nuestro país su presencia se reduce prácticamente a una especie que, eso sí, podríamos encontrar en nuestras casas: la araña violinista (Loxosceles rufescens). No obstante, la inmensa mayoría de las especies de arañas que viven con nosotros no solo son inofensivas para los humanos, sino que además ejercen una impagable labor insecticida al cazar moscas, mosquitos y toda una enorme variedad de bichos molestos y transmisores de enfermedades.

Las estancias de una casa constituyen hábitats diferentes con ciertas particularidades que las hacen más aptas para un tipo de bichos que para otros

Me ha sorprendido lo de la araña bananera, porque recuerdo una historia de cuando era pequeño según la cual un niño habría muerto en Francia por la picadura de una de estas arañas. Y yo siempre pensé que era el típico bulo…

No conozco la historia, pero si hay una araña con un carácter agresivo y dotada con un veneno lo suficientemente potente para dar un disgusto con su picadura esa es la araña bananera (Phoneutria nigriventer). Aunque para tranquilizar al lector, tengo que decir que se trata de una especie de arácnido que vive en las selvas de Sudamérica, y que solo de forma extraordinaria llega hasta nuestras casas oculta en los cargamentos de bananas.

Los científicos sospechan que el miedo a las arañas podría ser un temor innato hacia un animal que en nuestro pasado evolutivo pudiera haber constituido una amenaza

Después de todo lo comentado, ¿qué hacer si nos encontramos con una araña por casa?

No sabría qué responderte. Lo que te puedo decir es lo que hago yo: las dejo vivir tranquilamente. Pero este comportamiento tan permisivo no creo que sea una opción válida para una persona que tenga miedo a las arañas. En ese caso me encantaría pensar que después de leer este libro cogerán la araña con un vasito y la liberarán en el exterior de la casa.

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