Adicción a los opioides
La adicción a los opioides con receta médica, y que incluso se pueden adquirir por internet, es ya un problema de salud pública en países como Estados Unidos, donde rivalizan en muertes por sobredosis con las drogas ilegales.

Causas y consecuencias de la adicción a los opioides

Eva Salabert

Por: Eva Salabert

Periodista experta en salud

Actualizado: 5 de mayo de 2023

La adicción a los opioides es una enfermedad crónica que deteriora la salud física y mental, afecta a todos los ámbitos de la vida (profesional, académico, familiar, social), y puede provocar recidivas incluso tras largas temporadas sin consumir drogas. Se estima que 50 millones de personas sufren dolor crónico en Estados Unidos, y el fácil acceso a los opioides, que no solo se consiguen con receta médica, sino que también se pueden adquirir por internet, o a través de los traficantes de drogas, ha convertido esta dependencia y sus fatales consecuencias en la peor crisis sanitaria de la historia reciente del país, superando a la epidemia de sida de las décadas de los 80 y 90.

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Las causas por las que una persona se vuelve adicta a los opioides se deben tanto a la susceptibilidad individual (factores genéticos que influyen en la forma de metabolizar la droga, o trastornos psiquiátricos previos), como a los efectos biológicos de la sustancia en el organismo.

Los opioides, en concreto, tienen una gran capacidad adictiva y originan una serie de alteraciones a nivel celular y molecular y cambios en el equilibrio químico del cerebro que conducen rápidamente a la dependencia, con síntomas como la tolerancia a la droga, que hace que sea necesario consumir más cantidad para obtener el mismo efecto, el craving o deseo compulsivo de conseguir la sustancia como sea y las manifestaciones físicas que provoca el síndrome de abstinencia si no se consume.

La sobredosis de opioides se caracteriza por síntomas como la contracción de las pupilas, la pérdida de la consciencia o la depresión respiratoria, y pone en riesgo la vida

La administración continuada de opioides de prescripción médica, bien porque el profesional sanitario haya prescrito demasiada cantidad del fármaco (los médicos estadounidenses recetan muchos más analgésicos opiáceos que los europeos), o bien porque el paciente lo haya seguido adquiriendo por su cuenta porque su uso le proporcione alivio para el dolor crónico que padece, o una sensación placentera que desea seguir experimentando, es lo que ha llevado a la epidemia de adicción a los opioides en Estados Unidos.

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Consecuencias de la adicción a los opioides

Las consecuencias más directas y evidentes de la adicción a los opioides, tanto si se trata de fármacos con receta médica como de drogas adquiridas ilegalmente como la cocaína o la heroína, son las manifestaciones físicas y psicológicas y la importante alteración en las actividades cotidianas y la inevitable desestructuración de la vida profesional, social y familiar del afectado.

Síndrome de abstinencia

Entre los problemas de salud derivados de esta adicción destacan las posibles infecciones que se pueden producir por no tomar precauciones cuando las drogas se administran por vía intravenosa –como la infección por VIH o por hepatitis C– o los daños a órganos como el hígado por la toxicidad asociada al uso continuado de estas sustancias. Un análisis de registros médicos realizado en Estados Unidos también ha relacionado el abuso de opioides con más riesgo de contraer COVID-19 o de padecer un cuadro grave de la enfermedad.

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Además, pueden aparecer trastornos psicológicos y emocionales como ansiedad, conductas de riesgo, delirios, fobias, insomnio, etcétera, o los provocados por el síndrome de abstinencia si el adicto no tiene acceso a la sustancia.

La adicción a los opioides puede provocar infecciones, daños a órganos como el hígado, o trastornos psicológicos como ansiedad o delirios

Lo más peligroso, sin embargo, es que el individuo sufra una sobredosis de opioides, una situación muy grave que se caracteriza por síntomas como la contracción de las pupilas o miosis, la pérdida de la consciencia o la depresión respiratoria, y que pone en riesgo su vida si no se actúa con rapidez. Por ejemplo, una sobredosis de fentanilo –un opioide sintético que tiene una potencia entre 50 y 100 veces superior a la morfina que se usa bajo prescripción médica para aliviar el dolor oncológico severo– puede bajar el ritmo respiratorio y reducir los niveles de oxígeno, lo que puede provocar coma y daños irreversibles en el cerebro.

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El Dr. Ángel Nieto, médico internista del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, y especialista en toxicología, explica que “los opioides tienen un antídoto, que es la naloxona, y cuando hay signos que indican que una persona presenta una sobredosis de opioides y puede experimentar una parada respiratoria se utiliza”. Y añade que la naloxona es muy eficaz porque bloquea los receptores opioides y el paciente puede pasar de estar en coma a despertarse de forma relativamente brusca, por lo que al mismo tiempo se realiza un soporte de ventilación, hemodinámico y general, para facilitar su recuperación.

Creado: 12 de julio de 2019

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