El entrenamiento con intervalos, más eficaz que el continuo

Realizar un entrenamiento a intervalos, cambiando de ritmo a distintas cargas, incluso a intensidad moderada, y haciendo pausas es más eficaz para mejorar el rendimiento deportivo que el ejercicio aeróbico continuo.
Chica realiza entrenamiento a intervalos subiendo escaleras
Según el estudio la salud cardiovascular mejora con actividad de intensidad tanto alta como moderada.

No todos los beneficios del ejercicio físico se deben a la intensidad con la que se practica, a las cargas de trabajo, ni al tiempo que se le dedica, ya que según un reciente estudio, realizado por investigadores del departamento de Didáctica de la Educación Física, Plástica y Musical de la Universidad de Cádiz, la clave está en entrenar con intervalos; es decir, combinar periodos cortos de actividad, con cambios de ritmo y breves descansos es más eficaz que un entrenamiento aeróbico continuo.

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Además, contrariamente a lo que suele pensarse, han demostrado que hacer deporte a una intensidad moderada también aporta beneficios para diversos grupos de personas –como los que tienen obesidad–, y no solo para la salud cardiovascular, sino que también permite mejorar los resultados y el rendimiento deportivo.

Beneficios del entrenamiento a intervalos

Hasta ahora, muchos estudios han demostrado que a la hora de quemar grasa y mejorar la salud cardiovascular, es mejor realizar un entrenamiento a intervalos de alta intensidad (HIIT, High Intensity Interval Training) que correr a intensidad moderada durante una hora. Pero ahora parece que los beneficios no se deben tanto a la carga de trabajo, sino a la alternancia, también denominada metodología intermitente, que tiene sus propios efectos sobre la fisiología humana.

Para algunas personas, como las que padecen obesidad, es más beneficioso realizar el entrenamiento a intervalos a intensidad moderada, que realizarlo a intensidad alta

Tal y como revela el nuevo trabajo, que ha sido publicado en la revista British Journal of Sports Medicine, el entrenamiento con cambios de ritmo se asocia con una mejora tanto de la capacidad aeróbica, como metabólica. Está demostrado que al entrenar con intervalos se consigue aumentar la sensibilidad a la insulina y, por tanto, disminuye la acumulación de grasa y, a su vez, se logra que durante el periodo de recuperación (una vez ha acabado el entrenamiento) se sigan quemando grasas, pues el efecto EPOC (Excess Post-exercise Oxygen Consumption) se maximiza con este tipo de entrenamiento.

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La actividad intermitente a intensidad moderada, igual de beneficiosa

Sin embargo, la novedad que aporta esta investigación, realizada a partir de un análisis de toda la literatura científica publicada hasta el momento, es descubrir que realizar este tipo de entrenamiento con intervalos, pero a intensidad moderada, también resulta beneficioso. En algunos casos, incluso, más que a intensidad alta. Es el caso por ejemplo de las personas con alguna dificultad de salud o con obesidad. De hecho, en uno de los estudios analizados, se muestra que las personas con obesidad que realizaban actividades de intensidad moderada obtenían los mismos beneficios que aquellas que soportaban cargas de trabajo mayor esfuerzo. Y es que con ambas aumentaba la oxidación de la grasa y las respuestas de lactato en sangre, es decir, el ácido que se genera cuando el organismo descompone carbohidratos para utilizarlos como energía cuando los niveles de energía son bajos.

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En ese mismo trabajo se concluye, además, que la salud cardiovascular mejora con actividad de intensidad tanto alta como moderada, pues con las dos se consigue ampliar el consumo máximo de oxígeno, y disminuir el índice de masa corporal y el porcentaje de grasa. Otra ventaja añadida de la intensidad moderada, tal y como explica David Jiménez Pavón, autor principal del estudio, es que la percepción del esfuerzo disminuye, y ello ayuda a que la adhesión al deporte sea mayor.

Actualizado: 4 de mayo de 2023

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