La malaria también puede deteriorar los huesos del paciente

Un estudio ha descubierto que los parásitos de la malaria pueden alterar el equilibrio de las células óseas y deteriorar el esqueleto, provocando desde osteoporosis, hasta retrasos en el crecimiento de los huesos.
La malaria también puede deteriorar los huesos del paciente
El virus de la malaria liberó una sustancia química llamada hemozoin, que penetró en los huesos, dañándolos.

La malaria es una grave enfermedad parasitaria, que no solo provoca síntomas como fiebre elevada, un intenso dolor de cabeza, dolor de músculos y articulaciones, vómitos y diarrea, sino que también puede desencadenar un fallo multiórganico fatal. Ahora, un nuevo estudio realizado con ratones –publicado en Science Immunology–, ha revelado que los parásitos responsables de esta enfermedad –que pertenecen al género de protozoos Plasmodium– también pueden debilitar los huesos del paciente, por lo que si este efecto es extrapolable a los seres humanos, los niños infectados podrían tener problemas de crecimiento.

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El grupo de investigadores, dirigido por la estudiante de posgrado Michelle Lee, y el inmunólogo Cevayir Coban, de la Universidad de Osaka (Japón), infectaron a los roedores con dos especies de parásitos de la malaria, y aunque su sistema inmunológico combatió la enfermedad, sus esqueletos se vieron afectados y, según ha declarado Coban, pudieron observar una pérdida ósea en los dos tipos de infecciones.

Osteoporosis y menor crecimiento óseo en ratones con malaria

En el caso de los animales adultos el material esponjoso que se encuentra en el interior de los huesos comenzó a descomponerse y a presentar huecos, y se produjo un adelgazamiento de las estructuras de soporte, que también eran menos numerosas; unas alteraciones que, según Coban, son similares a las que sufren las personas con osteoporosis.

Los efectos nocivos de la malaria sobre el esqueleto solo se han podido observar en ratones, pero los niños que residen en zonas donde el paludismo es muy frecuente suelen presentar problemas de crecimiento

En los ratones jóvenes se apreció un crecimiento de los huesos más lento de lo normal, y los huesos de los muslos eran alrededor de un 10% más cortos de lo habitual en comparación con los de los animales de la misma edad que estaban sanos. Este hallazgo resulta muy preocupante, teniendo en cuenta que

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los niños menores de cinco años son, junto a las embarazadas, los sectores de la población más vulnerables a la malaria, porque sus sistema inmune todavía no está plenamente desarrollado para combatir la infección.

Los parásitos de la malaria alteran el equilibrio de las células óseas

Los autores del trabajo atribuyen los efectos negativos de la malaria sobre el esqueleto a una alteración del equilibrio entre las células denominadas osteoclastos –cuya función es remodelar el hueso– y los osteoblastos –que se encargan de la regeneración ósea–, ya que comprobaron que ambos tipos de células dejaron de funcionar cuando los ratones se infectaron con los parásitos de la malaria, y reanudaron sus funciones cuando los animales ya habían eliminado a los patógenos. A pesar de ello, la descomposición del tejido óseo era superior a su restauración, y el esqueleto continuó deteriorándose a pesar de que los parásitos ya habían sido eliminados.

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Los científicos comprobaron que, antes de ser erradicados, los parásitos liberaron una sustancia química llamada hemozoin, que penetró en los huesos, y continuaba allí dos meses después. Para contrarrestar sus efectos nocivos, los investigadores administraron a los ratones alfacalcidol, un derivado de vitamina D que se emplea en el tratamiento de la osteoporosis, con el que consiguieron prevenir la pérdida ósea en los ratones.

De momento, las consecuencias negativas de la malaria sobre el esqueleto solo se han podido observar en ratones, y aunque los niños que residen en zonas donde el paludismo es muy frecuente suelen presentar problemas de crecimiento, los científicos no están seguros de si esto se debe a las secuelas de la enfermedad, a otras patologías, o a una alimentación insuficiente o desequilibrada. Sin embargo, si nuevos estudios confirman los resultados, tal vez se podría administrar alfacalcidol a la población infantil en riesgo de contraer malaria para prevenir alteraciones en el desarrollo óseo.

Actualizado: 4 de mayo de 2023

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