Células inmunes siguen inflamadas meses después de pasar COVID leve

Meses después de superar un COVID-19 leve cierto tipo de células del sistema inmunológico –los macrófagos– siguen mostrando alteraciones en su expresión metabólica e inflamatoria, lo que podría explicar el COVID persistente.
Células inmunes inflamadas tras COVID-19

16/03/2022

Algunas personas siguen presentando problemas de salud meses después de superar la infección por coronavirus, un fenómeno que los expertos han bautizado como COVID persistente y que se manifiesta con diversos síntomas, desde cefaleas diarias a un intenso cansancio sin motivo aparente, niebla mental, pérdida de olfato o gusto, trastornos del sueño, dolores musculares, o dificultades respiratorias, entre otros.

PUBLICIDAD

Actualmente no se sabe con exactitud por qué sucede esto, pero una nueva investigación realizada por científicos del Instituto Karolinska (Suecia) y el Centro Helmholtz de Múnich (HMGU) y la Universidad Técnica de Múnich (TUM), ambos en Alemania, ha demostrado que un tipo de células inmunitarias denominadas macrófagos presentan una expresión inflamatoria y metabólica alterada varios meses después de un COVID-19 leve, lo que podría explicar en parte la permanencia de esta sintomatología.

“Podemos demostrar que los macrófagos de personas con COVID-19 leve exhiben una expresión inflamatoria y metabólica alterada de tres a cinco meses después de la infección”, ha afirmado Craig Wheelock, docente del Departamento de Bioquímica Médica y Biofísica del Karolinska Institutet, y uno de los autores del estudio. “Aunque la mayoría de estas personas no tenían síntomas persistentes, su sistema inmunológico era más sensible que el de sus contrapartes sanas”.

Tener niveles elevados de leucotrienos tras el COVID-19 "podría causar una mayor sensibilidad a la inflamación respiratoria, pero también podría mejorar la inmunidad antiviral al SARS-CoV-2 u otros virus”

Las secuelas posCOVID son relativamente frecuentes en las personas que han sufrido un COVID-19 grave, pero pueden afectar también a individuos que han pasado la infección por SARS-CoV-2 de forma leve. Para intentar averiguar por qué ocurre esto, los investigadores analizaron muestras de sangre de 68 personas que habían tenido un COVID leve y de otras 36 que no habían padecido la enfermedad y actuaron como grupo de control.

PUBLICIDAD

Gran cantidad de moléculas proinflamatorias asociadas al asma

Tras aislar los macrófagos en el laboratorio, los estimularon con proteína espiga, esteroides y lipopolisacáridos (LPS), una molécula que activa el sistema inmunológico. Posteriormente, secuenciaron las células con ARN para medir los genes activos. Además, midieron la presencia de moléculas de señalización de eicosanoides, que son una característica clave de la inflamación.

“No es sorprendente encontrar una gran cantidad de moléculas de eicosanoides en personas con COVID-19, ya que la enfermedad causa inflamación, pero fue sorprendente que todavía se produjeran en grandes cantidades varios meses después de la infección”, dice Craig Wheelock. En el estudio, que se ha publicado en la revista Mucosal Immunology, también se encontró una mayor concentración de leucotrienos, que son un tipo de moléculas proinflamatorias conocidas por causar asma.

PUBLICIDAD

“Es muy sorprendente que la concentración de leucotrienos permanezca elevada en los macrófagos en personas que han tenido COVID-19 leve”, ha declarado Julia Esserv-von Bieren, líder del grupo de investigación en el Centro Helmholtz de Múnich y la Universidad Técnica de Múnich. “Los leucotrienos son mediadores clave del asma, pero también están involucrados en la defensa antiviral del huésped contra la influenza. Un aumento sostenido después de la infección por SARS-CoV-2 podría causar una mayor sensibilidad a la inflamación respiratoria, pero también podría mejorar la inmunidad antiviral al SARS-CoV-2 u otros virus”.

Los síntomas persistentes desaparecieron a los 12 meses

Los investigadores recogieron las muestras de sangre en dos ocasiones: de tres a cinco meses tras la infección por SARS-CoV-2 y al cabo de 12 meses. En el primer caso, alrededor del 16% por ciento de los participantes refirió tener síntomas leves persistentes, mientras que el resto no presentaba síntomas. A los 12 meses, ninguno informó de síntomas persistentes y ya no se observaron diferencias en los marcadores inflamatorios entre los que habían tenido COVID-19 y el grupo de control sano.

PUBLICIDAD

Los autores del estudio han explicado que no examinaron específicamente el diagnóstico posterior al COVID y que por ello es necesario llevar a cabo una nueva investigación para determinar si sus hallazgos pueden relacionarse directamente con lo que también se conoce como COVID prolongado.

“Nos gustaría hacer un estudio correspondiente incluyendo tanto a personas con COVID-19 grave como a personas sin COVID-19 pero que tienen otro tipo de enfermedad respiratoria, como la influenza”, dice Esserv-von Bieren. “Luego examinaremos si lo que afecta a los pacientes con COVID-19 también afecta a aquellos que tengan, por ejemplo, gripe estacional”.

Actualizado: 5 de mayo de 2023

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD