Cefalea, niebla mental, anosmia, ictus: secuelas neurológicas del COVID

Los síntomas neurológicos afectan al 60% de los pacientes con COVID-19, pero la SEN señala que el 12% de los que han superado la infección también presenta problemas como cefalea, niebla mental, anosmia o más riesgo de ictus.
Síntomas neurológicos del COVID: secuelas y cuánto duran

21/04/2021

La tos seca persistente y la fiebre fueron los dos principales síntomas asociados a la infección por coronavirus al principio de la pandemia, pero pronto se advirtió que los síntomas neurológicos (como la pérdida del olfato o el gusto (anosmia y ageusia), o el dolor de cabeza o muscular podían ser los primeros en aparecer tras el contagio.

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Los expertos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) ya señalaron el año pasado que el 57% de los pacientes con COVID-19 hospitalizados experimentó sintomatología neurológica, un porcentaje que han elevado ahora al 60%, añadiendo, además, que las secuelas de este tipo afectan al 12% de los pacientes que han superado la enfermedad.

Muchos pacientes que fueron ingresados en la UCI o desarrollaron síntomas graves de COVID pueden sufrir a largo plazo una reducción en la reserva neuronal que les originará problemas neurológicos

Estas son algunas de las conclusiones del 2º Congreso Nacional Multidisciplinar COVID-19 de las Sociedades Científicas de España, en el que han participado más de 70 sociedades científicas españolas. Estos expertos también han advertido sobre la posibilidad de que a largo plazo muchos pacientes que fueron ingresados en la UCI o desarrollaron síntomas graves de COVID presenten una reducción en la reserva neuronal que les originará problemas neurológicos con diferentes manifestaciones, aunque consideran muy improbable que esto conlleve una futura epidemia de enfermedades neurológicas.

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Síntomas neurológicos del COVID-19 más habituales

A lo largo de estos meses se han reportado en pacientes con COVID-19 numerosos síntomas neurológicos “como dolor muscular, encefalitis, encefalopatías, mielitis, crisis epilépticas, neuropatías… Pero los más reseñables por su alta prevalencia fueron la anosmia (perdida de olfato) y las cefaleas y, por su gravedad, los accidentes cerebrovasculares, como los ictus isquémicos, ictus hemorrágicos, o trombosis venosas cerebrales que se han producido”, ha destacado el Dr. Jesús Porta Etessam, neurólogo del Hospital Clínico San Carlos y Vicepresidente de la SEN.

Cuando se ha detectado presencia del virus en células del sistema nervioso central, este parece haber podido invadir el sistema por la vía olfatoria, por el líquido encefalorraquídeo, o por el torrente sanguíneo

Pérdida de olfato y COVID: por qué ocurre y cuánto dura

Se ha comprobado que la anosmia era más frecuente en personas jóvenes o con alguna afección neurológica previa y en mujeres, y que además era un signo de buen pronóstico. Su aparición está asociada en la mayoría de los casos a la afectación del neuroepitelio olfativo, y cuando esta pérdida del olfato se prolonga podría deberse a la neurodegeneración provocada como mecanismo de defensa por las neuronas sensitivas-olfativas para evitar que el SARS-CoV-2  invada el sistema nervioso central.

Pérdida del olfato

Los pacientes se suelen recuperar de esta pérdida de olfato entre la 2ª y la 8ª semana, pero pueden tardar hasta tres años en volver a oler como antes. La parosmia, un trastorno del olfato en el que se perciben los olores distorsionados, o incluso algunos que ni siquiera existen (fantosmia) también se considera un signo de buen pronóstico.

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Dolor de cabeza por COVID-19

El dolor de cabeza asociado a la infección por coronavirus es muy específico y se caracteriza por ser de tipo opresivo, empeorar con la actividad y al mover la cabeza y provocar hipersensibilidad en algunos casos, además de tener una intensidad que hace que el 33% de los afectados se lleguen a despertar por la noche. Aunque esta cefalea se ha comparado con la migraña, los pacientes que ya sufrían migraña señalan que el dolor es diferente.

Una de las posibles causas de los episodios de cefaleas puede ser la tormenta de citoquinas, y se estima que un 10-20% de las personas que los padecieron durante la enfermedad podrían desarrollar una cefalea crónica, aunque todavía se están estudiando los factores que pueden influir en su cronificación.

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Trombosis e ictus: más riesgo y peor pronóstico

La infección por SARS-CoV-2 también aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular, y se ha comprobado que entre el 1 y el 2% de los pacientes hospitalizados sufren ictus isquémicos y un 4% trombosis venosas cerebrales. Además, el pronóstico de los ictus asociados al COVID-19 es peor, ya que causan una mayor mortalidad y discapacidad, y algunos estudios han encontrado que en los pacientes con COVID la mortalidad por ictus llega al 59%.

Algunos estudios han encontrado que en los pacientes con COVID la mortalidad por ictus llega al 59%

“En nuestro centro, el 1,4% de pacientes con COVID-19 ingresados desarrollaron ictus, y con peor pronóstico, ya que el 74% de los supervivientes desarrollaron discapacidad funcional. Y si bien la mortalidad no alcanzó al 59%, sí al 35% de nuestros pacientes, un porcentaje mucho más alto de lo que habitualmente manejamos”, explica el Dr. Francisco Hernández Fernández, neurólogo del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete.

Trombosis provocada por el coronavirus

De hecho, en los primeros meses de la pandemia el 26% de los casos de ictus atendidos en este centro se dieron en pacientes con COVID, mientras que en el Hospital de Bellvitge entre el 15 y el 20% de los casos totales de ictus también se produjeron en estos pacientes.

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Secuelas neurológicas pos-COVID-19

Una investigación realizada en España recientemente revela que el 51% de los pacientes que ha superado el COVID-19 sufren secuelas que pueden prolongarse incluso durante un año y en concreto los síntomas neurológicos afectan al 12% de los pacientes pos-COVID.

Entre los pacientes pos-COVID-19 los síntomas y secuelas de tipo neurológico más frecuentes son la cefalea y los problemas cognitivos como la niebla mental. Muchas de las personas que padecieron anosmia mientras estaban enfermas tampoco han recuperado el olfato, mientras que otros refieren parosmia.

“Respecto al dolor muscular, pensamos que se trata de una consecuencia de la respuesta inflamatoria, semejante a la que producen otros virus”

Dolor muscular y cansancio

 Otros síntomas no exclusivamente neurológicos como la fatiga o los dolores musculares son también muy comunes, ya que más de la mitad de las personas que han pasado el COVID-19 se sienten fatigadas y padecen trastornos del sueño, y el dolor muscular y la fatiga se encuentran entre las secuelas más persistentes.

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“Respecto al dolor muscular, puesto que son muy pocos los pacientes que han desarrollado afectación directa del músculo, pensamos que se trata de una consecuencia de la respuesta inflamatoria, semejante a la que producen otros virus”, explica el Dr. Jesús Porta.

Niebla mental por COVID-19

Porta añade que la “llamada ‘niebla mental’ tampoco es algo nuevo,  ya que con anterioridad ya se había observado en pacientes con dolores crónicos, o en personas que padecen depresión o ansiedad. Pero también se está estudiando la posibilidad de que en algunos casos se deba a una disfunción mitocondrial producida por el virus, o que haber padecido la enfermedad haya acelerado procesos en personas que probablemente en un futuro hubieran desarrollado algún tipo de enfermedad neurodegenerativa. Por lo tanto, lo prudente sería analizar cada caso en concreto para determinar la causa que pueda estar detrás de estos problemas cognitivos”.

“Hemos observado un leve incremento de consultas por cefalea –tanto en atención primaria como en hospitales– de personas vacunadas"

Cefaleas

“Finalmente señalar que, como la incidencia de trombosis venosa cerebral en relación con la vacuna es muy anecdótica, no se ha necesitado modificar los flujos de trabajo en Neurología ni en los circuitos asistenciales en Urgencias, aunque sí que hemos observado un leve incremento de consultas por cefalea –tanto en atención primaria como en hospitales– de personas vacunadas", concluye el Dr. Pere Cardona.

Cómo afecta el SARS-CoV-2 al sistema nervioso

El Dr. Pere Cardona Portela, neurólogo del Hospital Universitari de Bellvitge y moderador de la mesa ‘Afectación neurológica en pacientes con COVID’, ha explicado que “el SARS-CoV-2 tiene varias vías para producir afectación neurológica: por invasión directa del virus en el sistema nervioso central, por la respuesta inmune, pero sobre todo por afectación indirecta. En todo caso la invasión directa del virus del sistema nervioso parece anecdótica y muy poco probable”.

“En los pocos casos en los que se ha detectado presencia del virus en células del sistema nervioso central, este parece haber podido invadir el sistema por tres vías distintas: la olfatoria, por el líquido encefalorraquídeo, o por el torrente sanguíneo. Por otra parte, la autoinmunidad también podría haber jugado un papel que podría explicar algunos de los también pocos casos que se han dado de Guillain-Barré o de desmielinización autoinmune cerebral. En todo caso, la gran mayoría de la afectación neurológica en pacientes COVID-19 ha sido por afectación indirecta, bien como respuesta inflamatoria (lo que se ha llamado tormenta de citoquinas), procesos cerebrovasculares por coagulopatía o daños sobre el endotelio vascular o miocárdico, o bien por complicaciones secundarias”.

Actualizado: 5 de mayo de 2023

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